En el 2019: Resistencia, disputa, alternativa y victorias

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Cierre de campaña de Gustavo Petro en Bogotá. Foto campaña.

El año que culmina nos deja un nuevo momento político para el país. Las contradicciones que se ensamblaron al calor de la lucha de clases van dibujando con altas expectativas los avances del movimiento democrático en Colombia, donde las movilizaciones sociales para resistir las medidas impopulares del actual Gobierno y un nuevo escenario electoral, marcarán la agenda del 2019.

El 2018 fue el año donde Colombia experimentó un despertar de la gente. La disputa electoral, que desafortunadamente se decantó con el regreso de las fuerzas más reaccionarias al poder, demostró que es posible una propuesta democrática que apueste por el cambio político en Colombia.

El saldo pedagógico que deja esta experiencia, es que la oportunidad para transformar radicalmente al país, pasa por la unidad de las fuerzas revolucionarias, democráticas y alternativas. Este mandato, exitoso en la primera y segunda vuelta presidencial, y en los resultados de la consulta anticorrupción, debe delinear la hoja de ruta en un año que no tolera sectarismos y ambigüedades. La joven y exitosa experiencia de la Bancada de Oposición en el Congreso de la República, es un reflejo de la importancia de la unidad para las luchas comunes del pueblo colombiano.

La ventana de oportunidad no se ha cerrado. Hoy más que nunca el movimiento revolucionario y democrático del país, cuenta con un acumulado popular y ciudadano para construir el cambio. En ese horizonte, el Acuerdo de Paz de La Habana cobra vigencia, ya que en él, el pueblo cuenta con un vital instrumento para la transformación de la realidad colombiana.

La victoria del uribista Iván Duque a la Presidencia de la República, contó no solo con la unión de todas las fuerzas reaccionarias y de derecha en el país, sino con una matriz mediática que tergiversó la realidad latinoamericana, en especial la venezolana, para sembrar un miedo masificado en el grueso de la población. Dicha estrategia, exitosa a la hora de conseguir votos pero deficiente en la conducción del país, viene confeccionando un genuino sentimiento de resistencia en la gente.

Los ahora llamados “presidente eterno” Álvaro Uribe Vélez, y el “subpresidente” Iván Duque, como toda la fuerza reaccionaria que respalda el nuevo Gobierno; pensaron que la radiografía social del país era similar a la del 2002, es decir, una sociedad ciega de guerra y unidimensional en sus criterios políticos. Sin embargo, la experiencia del retorno del uribismo al poder, ha demostrado que la pretensión restauradora del neoliberalismo más ortodoxo, en cabeza del Chicago Boy Alberto Carrasquilla, está agotada históricamente no solo en el país sino en toda América Latina.

Los hechos así lo demuestran. La evidente falta de gobernabilidad de Duque, que la prensa burguesa analiza a diario como el efecto de la anti-mermelada en el Congreso de la República, desdibuja la verdad en favor de las causas populares. Los distintos “paquetazos”, ya sea la Ley de Financiamiento, la Ley de las TIC o la crisis de la educación, han encontrado una vigorosa resistencia, por un lado, en el parlamento con la Bancada de Oposición, pero especialmente, en la calle con la movilización social, que tuvo como protagonista al movimiento universitario.

La grieta en la coraza del status quo se abre paulatinamente y la disputa por la hegemonía se agudiza cada día. El Partido Comunista, comprometido con los mandatos del XXII Congreso, a decir, la unidad y convergencia, exhorta al conjunto de fuerzas a mantener el espíritu unitario y diseñar una estrategia político-electoral, renovada y seductora, que permita victorias democráticas en los distintos territorios de la geografía nacional. Esa misma línea planteó el congreso reciente de la Unión Patriótica. No es demás repetir: Bogotá es prioridad, es la ciudad de los mayores retos de la unidad. La alternativa hoy es posible.

De igual forma, el Partido Comunista seguirá impulsando en este 2019 el espíritu movilizador en la gente. La resistencia y la movilización social son hoy las expresiones de un pueblo digno llamado a ser el arquitecto del definitivo cambio político en Colombia.

A 200 años de la primera independencia de nuestro pueblo liderada por el libertador Simón Bolívar y a 60 años de la gloriosa revolución socialista en el territorio libre de América, Cuba, la consigna para el 2019 sigue vigente: La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Para el Colectivo del Semanario VOZ, el año 2018 tiene un efecto emotivo en el trabajo periodístico debido al fallecimiento del camarada Carlos Lozano Guillén. Su ejemplo de dignidad y moral comunista, mantienen vivo el espíritu por construir periodismo alternativo a la altura de los acontecimientos, siendo la VOZ de los oprimidos y explotados, de los nadies, los ningunos, los ninguneados.