En medio del proceso de preparación del Congreso de Fensuagro, el movimiento campesino conmemora el 40 aniversario del Sindicato de Pequeños Agricultores de Cundinamarca
Daniela Vega Sotelo
En 40 años de luchas cundinamarquesas, tiene un papel protagónico el Sindicato Pequeños Agricultores de Cundinamarca, Sinpeagricun. Desde el movimiento campesino el rol desarrollado por este proceso nos llama a pensarnos la identidad y la interacción permanente entre la teoría y la práctica cotidiana.
La primera reflexión es sobre las luchas más importantes del sindicato, las cuales tienen que ver con el concepto del frente de poder, eso hace parte de la identidad del sindicato, que deviene de quienes se dedicaron a la tarea de crear Sinpeagricun. Es decir, estamos hablando de campesinos y campesinas que venían de impulsar las luchas agrarias a partir de un poderoso movimiento en los años cincuenta y sesenta, altamente politizado, con apertura hacia los aportes de la intelectualidad, además de caracterizarse por un sujeto político sensible que cantaba, que interpretaba la guitarra y bailaba. En ese nivel de politización no tuvo ningún rezago en participar en la vida política y electoral.
Por la reforma agraria
Sinpeagricun junto con el movimiento campesino ha participado y desarrollado ejercicios de poder popular, siendo una organización sindical con autoridad en la organización social, con capacidad para conducir la búsqueda de reivindicaciones para el bien de las comunidades, la construcción de escenarios y espacios territoriales, políticos y electorales, vocaciones de poder que hacen parte de su impronta.
La segunda característica del sindicato tiene que ver con la lucha por la tierra en diferentes etapas. La primera es la recuperación de predios ociosos en poder de terratenientes y latifundistas; la segunda se concentra en la defensa del territorio a través de una reforma agraria integral (que en varios municipios se logró por la fortaleza organizacional), lucha que se ha realizado mucha antes de su reconocimiento legal, acompañado desde la movilización, como se orientó reiteradamente en los congresos de Fensa desde el segundo hasta el quinto, donde se constituye Fensuagro y donde desde el sindicato se han destacado grandes hombres y mujeres, que han aportado en la construcción de este movimiento agrario.
Diversidad de luchas
Evolucionando esta lucha actualmente no solo se trata de defender la tierra, sino que también nace la necesidad de defender el territorio, considerando las luchas en defensa del agua, de los páramos y de la naturaleza en general. La lucha de la tierra también tiene otra evolución y es la búsqueda de las garantías necesarias para producir, la necesidad de la asistencia técnica, de la comercialización de los productos, y con ellas infraestructura vial, además de las condiciones de vida digna en el campo, salud, educación y energía eléctrica.
La tercera etapa es la defensa de la cultura y la economía campesina, que durante esta pandemia se demuestra su necesidad histórica, en razón a proveer los alimentos y en salir al paso a las concepciones erradas que se tienen desde el Establecimiento de priorizar las importaciones de alimentos y los productos ultra procesados, defendiendo el papel del campesinado en la economía del departamento. En la defensa por la identidad, la cultura, el territorio y la economía se han desarrollado ejercicios del reconocimiento del campesinado como sujeto político, por medio de la constitución de la Zona de Reserva Campesina y la búsqueda de los derechos campesinos.
Por la paz con justicia social
Históricamente Sinpeagricun ha luchado por la paz. Cuando surge el sindicato, las primeras peleas que le correspondió fue enfrentar el terrorismo de Estado, pues se debe recordar que este espacio de organización campesina forja sus primeras acciones en medio del estatuto de seguridad desplegado por el presidente Julio Cesar Turbay (1978-1982) donde se prioriza el concepto de seguridad nacional, del enemigo interno y la persecución contra líderes sociales y políticos (una historia que se parece mucho a la actual), y luego pasando por la seguridad democrática creada por la hegemonía conservadora hoy ejercida por el Centro Democrático, lo cual hace parte de una estrategia bien pensada de copamiento del Estado autoritario y guerrerista.
Desde los acuerdos de La Uribe (1984) realizados en el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), se crea la Unión Patriótica y la estrategia del cese al fuego y tregua. En esa coyuntura el sindicato inmediatamente aborda en su programa la lucha por la paz, y desarrolla lo que significa la idea de una salida política negociada, la cual hoy tiene nuevos alcances, buscando superar la violencia como forma de contención social ejercida por el Gobierno.
Lo anterior generó costos, pues en la estrategia del Plan Patriota se detuvo a toda la dirección departamental del sindicato, por medio de montajes judiciales, desarrollándose una ofensiva violenta dirigida contra el sindicato dejando como resultado la casi desaparición de Sinpeagricun por las amenazas, detenciones arbitrarias, desplazamiento, asesinatos y desapariciones en contra de las y los afiliados.
Resistiendo al autoritarismo
Por ello el sindicato ha tenido que trabajar en la defensa de los derechos humanos, intentando organizar a las víctimas y levantando las denuncias a nivel nacional e internacional. Actualmente el sindicato trabaja por su fortalecimiento organizativo, la vigencia de la Reforma Rural Integral, el fortalecimiento de la Zona de Reserva Campesina, por el posicionamiento político de los asuntos agrarios en el departamento, y la unidad con los demás sectores del campo y la ciudad.
Todas estas luchas han generado la necesidad de unidad con los sectores campesinos, agrarios y populares, la cual se ha desarrollado en distintos escenarios y momentos, inicialmente desde la Fundación de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, luego de que FENSA en su momento orientara la creación de esta y más recientemente en los procesos de la Mesa de Interlocución y Acuerdo, MIA, y CACEP, donde a lo largo de la historia en estos espacios unitarios se ha impulsado la soberanía nacional, la lucha contra el ALCA y los TLC, reivindicando no solamente la soberanía desde el punto de vista del orden económico y social, sino también la autonomía libre de la injerencia norteamericana en los aspectos militares, la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación como un derecho humano. Esto producto de todas estas luchas y reivindicaciones que Sinpeagricun ha forjado su carácter anticapitalista y antiimperialista.
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