En los años de construcción del socialismo, la ciudad ha sido escenario de numerosos eventos de solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo, referente de sueños de libertad de los pueblos de América Latina
Alberto Acevedo
Con la asistencia de 5.000 invitados especiales, entre quienes se contaron líderes de Estado de varios países del mundo, la noche del pasado 16 noviembre se vistió de luces multicolores, con un espectáculo de danza, música y fiestas de fondo, en un alegre acto que se llevó a cabo en la explanada del Capitolio Nacional. Fueron los actos centrales con los que culminó la celebración oficial de los 500 años de la fundación de la ciudad de La Habana.
Para el historiador Eusebio Leal, una de las mayores autoridades en la investigación sobre los orígenes de la ciudad, “definir a La Habana es tan difícil como definir la poesía”. Sin embargo, para uno de los mayores novelistas y literatos de la isla, Alejo Carpentier, La Habana “es una ciudad barroca en su sentido heterogéneo y abigarrado”, pero también, “tímida, sobria, como escondida”.
Fundada el 16 de noviembre de 1519, cuando el conquistador español Diego Velázquez, en nombre del rey, estableció el asentamiento actual, la ciudad tiene hoy 49 barrios, 329 repartos, 36 asentamientos poblacionales, y unos 2.125.000 habitantes, según el censo de 2015. Es la capital cubana y al mismo tiempo una de las 15 provincias en que se divide administrativamente el país. Por su riqueza arquitectónica y la conservación de sus edificaciones, la Unesco la declaró en 1982 Patrimonio Histórico de la Humanidad.
El puerto, un atractivo
El conquistador español dispuso administrativamente juntar dos caseríos ya existentes: Pueblo Viejo y Pueblo Nuevo, y se fundó con el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana. El 20 de diciembre de 1592, por designio real de Felipe II, la villa es exaltada como ciudad, y el 8 de octubre de 1607, mediante Real Cédula, es reconocida como capital de la colonia, y se le designa un gobernador como representante de la Corona española.
El puerto sobre el cual se asentó la ciudad, muy pronto adquirió fama y atrajo a numerosos visitantes, en principio funcionarios de la administración española que venía a organizar administrativamente la gobernanza. Los nativos hospedaron a los visitantes, les prepararon comidas típicas de la región, en lo que podría denominarse como una incipiente industria turística, que hoy representa la principal fuente de divisas para el país.
Tras el proceso de independencia del yugo español, La Habana no fue la capital cubana. Ese título le correspondió a Santiago de Cuba. En la época moderna, solo hasta 1953 se convirtió en la capital. Desde entonces, se transformó en el principal centro económico, político y cultural de Cuba.
Sitiada por los ingleses
En los primeros años de su fundación, La Habana fue punto de atracción de naves piratas, especialmente británicas, que surcaban los mares en busca de tesoros, que los colonizadores transportaban, producto del saqueo de las riquezas de los pueblos americanos. Por eso la Corona española construyó murallas protectoras en varios puntos de la ciudad.
En 1762 los ingleses sitiaron la ciudad, y dos meses después lograron penetrar las murallas que la protegían y controlar la urbe. Los españoles la retomaron al año siguiente, producto de una negociación, a cambio de entregarles a los británicos el territorio que hoy se conoce como La Florida.
En enero de 1853 nace en La Habana José Martí, el apóstol de la independencia, héroe de Cuba, fundador del Partido Revolucionario Cubano, que realizó un arduo y denodado trabajo por la unidad de los cubanos, y reinició la lucha por la emancipación del dominio español, lo que desembocó en el Grito de Independencia de Cuba, en 1895. Una de las más importantes campañas militares por la guerra de independencia, se libró precisamente en La Habana.
Testigo de cambios revolucionarios
El 8 de enero de 1959 hace su entrada triunfal a La Habana Fidel Castro, siete días después de haberse proclamado el triunfo de la revolución, que acabó con la hegemonía de Estados Unidos en la isla. “La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa”, dijo en ese momento Fidel.
Poco tiempo después la ciudad fue escenario de la derrota de los invasores norteamericanos a Playa Girón. Fue testigo de históricos discursos del líder de la revolución, en lo que se conoce como la Primera Declaración de La Habana, y más tarde la Segunda Declaración, en que se proclamó el carácter socialista de la revolución.
En los años de construcción del socialismo, la ciudad ha sido escenario de numerosos eventos de solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo, referente de sueños de libertad de los pueblos de América Latina, laboratorio de una audaz labor diplomática de los funcionarios cubanos para sortear los efectos del criminal bloqueo económico que en vano ha pretendido detener el proceso de construcción socialista.
Acto oficial
La ciudad conserva vestigios de la arquitectura de la época colonial, algunos de ellos refaccionados, como El Castillo del Morro, el Castillo de la Real Fuerza y la fortaleza de San Cristóbal de la Cabaña. Uno de sus símbolos más representativos es el Malecón, que se extiende sobre el mar Caribe a lo largo de ocho kilómetros. Por las calles de la ciudad transitan autos clásicos, los visitantes pueden ver edificios y monumentos históricos. El año pasado, la ciudad recibió 4.800.000 turistas.
La ciudad tiene una atractiva oferta cultural: cine, música, danza, teatro, artes plásticas, fotografía, moda, diseño gráfico, arquitectura, museos. El visitante busca llegar primero a la Plaza de la Revolución, después pide que lo lleven a La Bodeguita de en medio. Pero ahora, el emblemático edificio del Capitolio Nacional ha recuperado su esplendor, fue iluminado para los actos del quinto centenario y alrededor de él se realizó la presentación del Ballet Español de Cuba, del Conjunto Folklórico Nacional y una espectacular actuación del compositor y concertista Frank Fernández.
Las autoridades cubanas, encabezadas por el presidente Miguel Díaz-Canel, el segundo vicepresidente del Partido Comunista de Cuba José Ramón Machado y del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo, encabezaron las celebraciones.