90 años de Delia Domínguez

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Delia Domínguez

La notable escritora chilena cumple el próximo 9 de agosto nueve décadas de existencia dedicadas a la poesía y la cultura de Nuestra América. Homenaje a una de las representantes más importantes de la generación literaria de 1950

José Luis Díaz-Granados

En este invierno patagónico, pródigo en paisajes de infinitas bellezas australes, cumple 90 años de vida la notable poeta chilena Delia Domínguez, nacida en 1931 en Osorno, huérfana de madre siendo muy niña, alumna de rígidas monjas alemanas que la castigaban con encierros inhumanos por escribir poemas (la apodaron despectivamente la “Neruda-Domínguez”) y destacada integrante de la legendaria Generación de 1950.

En una de esas reclusiones, leyó la revista Margarita, donde encontró las bases de un concurso de poesía para alumnos de enseñanza básica. Delia, envió unos versos sin saber qué era exactamente un poema, y ganó el primer premio. Se enteró porque la madre superiora la citó en su despacho, y mostrándole el diploma enviado por el Ministerio de Educación, le dijo con tono de reproche: ¡Niña hipócrita! ¿Por qué no me dijo que era poeta?

Y le entregó el diploma con gesto despectivo. Ahí mismo, Delia tuvo conciencia de la poesía como una de las formas, no solamente de realización estética, sino de rebeldía y transgresión. Poco después, luego de culminar su bachillerato inició estudios de Derecho en Santiago de Chile, pero los abandonó para administrar el fundo familiar Santa Amelia de Tacamó, en Osorno.

La muerte y el amor

A los 20 años se enamoró de un joven que tenía un negocio de lechería al sur de Santiago. Tres años más tarde, ya comprometida con él, se enteró repentinamente que el joven había muerto, baleado por un antiguo empleado de su empresa. “Nunca quise así antes de él y nunca más volví a querer de esa manera. Él se llevó con su muerte, mi amor”, dijo Delia tiempo después.

Esta tragedia, sufrida en plena adolescencia, vino a sumar la de la muerte de su madre de tuberculosis cuando la futura poeta tenía cinco años. Delia Domínguez dedicó desde entonces su vida a la poesía, la docencia, el periodismo y la divulgación cultural. Dirigió revistas literarias y programas radiales y televisivos. En este campo, presentó espacios de difusión cultural del Canal 9 de la Universidad de Chile y fue panelista de Carretera Cultural de la Radio Chilena.

Poeta mestiza

Delia es autora de una veintena de libros, entre los cuales se destacan: Simbólico retorno, La tierra nace del canto, Obertura siglo XX, Parlamentos del hombre claro, Contracanto, El sol mira para atrás, Pido que vuelva mi ángel, La gallina castellana y otros huevos, Huevos revueltos, Clavo de olor, El sol mira para atrás. Antología personal de poesía y prosa, Al trabajador del campo y Paralelo 40 Sur.

De sí misma, Delia expresó: “Vengo desde los bosques patagónicos del fin del mundo. Vivo en una región de lagos y volcanes y desde ahí he querido traer la voz mestiza, la voz de los jóvenes mapuches”.

Su amistad con Neruda

Amiga entrañable de Pablo Neruda, éste prologó su libro El sol mira para atrás, publicado en 1973, el año en el que el “rey Midas de la poesía” se fue en busca de “la otra orilla del mar que no tiene otra orilla”.

En el párrafo final del proemio al libro de Delia, Neruda escribió: “Yo quiero mucho a Delia Domínguez, y quiero que la quieran, que la deseen, que se alimenten de las sustancias infinitamente fragantes que nos trae desde tan lejos”.

Pero seis años antes, en uno de los poemas de su bello libro La barcarola, el genio fundacional de la poesía del siglo XX, el gran Neruda escribió: Ay, Delia, mis raíces / están en Pucatrihue. / No sé por qué, ni cómo, / ni desde cuándo, pero / están en Pucatrihue. / Sí. / En Pucatrihue…

¡Felices 90, Delia querida! ¡Gloria de Chile y de Nuestra América!