Tierras para los guerrilleros

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Guerrilleros del bloque Martin Caballero en Conejo, La Guajira. Foto La Plena – Prensa Alternativa y Popular del Caribe.

Iván Márquez, miembro del Secretariado de las FARC-EP, abrió el debate sobre el tema de la necesidad de entregarle tierras a los guerrilleros para que las pongan a producir, una vez se integren a la vida pública, legal, social y económica. La demanda de “tierra para los guerrilleros” la hizo una vez se conoció el proyecto del decreto par la creación del Fondo de Tierras.

Según han dicho expertos en el tema, todos los decretos y desarrollos que tienen que ver con el punto I de la Agenda (“Desarrollo Rural integral”) tienen enorme resistencia en sectores del tradicionalismo bipartidista, en los partidos de la extrema derecha y aun del gobierno, como también muy férrea en los gremios de ganaderos y hacendados. No quieren que la tierra sea destinada a los que no la tienen o la tienen poca, sino que quieren extender el beneficio a los ganaderos y hacendados que acumulan extensas cantidades de tierra, en buena parte ociosa, que no está al servicio de la soberanía alimentaria sino de la alimentación exclusiva de los hatos ganaderos o a la acumulación latifundista.

El tema de los guerrilleros es importante, porque se trata de resolver la inclusión social de los ex combatientes, ahora en tránsito a la legalidad. ¿Cuál es la seguridad social y económica de cada uno de ellos? No está resuelta y es lo que plantea Iván Márquez. Debe resoloverse porque se trata también de darle condiciones para subsistir en un país, sometido a la política neoliberal, a la dictadura del capital y a la explotación de las transnacionales, con amplios cinturones de pobreza y de carencia total de posibilidades humanitarias.

Es un tema crucial. Porque la paz, lo debe entender el Gobierno, no es solamente la dejación de la armas y los que ellos llaman “desmovilización”, sino de crear nuevas perspectivas para los sectores populares, incluyendo a quienes hicieron parte de las filas guerrilleras.

La paz se construye con hechos concretos e integrales. Con mayor razón cobra importancia la construcción de una fuerza política y social que promueva la correcta implementación de los acuerdos y reivindique un programa político y social de cambios estructurales. Solo así se marchará hacia la paz estable y duradera.