“Mis convicciones me dieron la fortaleza”: David Ravelo

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David Ravelo Crespo. Foto Carolina Tejada.

Un hombre íntegro que a pesar de la prisión nunca se quebró

Hernán Camacho

Fueron casi ocho años en prisión; condenado por un crimen que no cometió. Su expediente es el mejor ejemplo de como la justicia se convierte en instrumento de persecución. La orden de condenarlo fue por la denuncia que hiciera David en contra de Álvaro Uribe y su reunión con paramilitares. Ahora en libertad le espera el trabajo por la construcción de paz y una nueva Colombia. En el Congreso de la UP hablamos con David Ravelo sobre su situación jurídica, la solidaridad para con su caso y lo que viene.

–¿Cómo recibió los gestos de solidaridad?

–Siempre recibí solidaridad del Partido Comunista, de las organizaciones sociales y sobre todo de la comunidad internacional, que además del acompañamiento, me sirvieron como puente para visibilizar el montaje judicial del que fui víctima. Y ser defensor de derechos humanos amplió el sentimiento de solidaridad que llegó hasta Europa con sus embajadas en suelo colombiano, delegaciones de la comunidad europea estuvieron pendientes de mi caso, así como el encargado político de Gran Bretaña estuvo en Barrancabermeja visitándome en prisión. Todo eso fue fundamental.

–Lo hemos visto fortalecido como si no hubiera tenido que pasar esa mala experiencia.

–Una experiencia dura, dolorosa para mí familia. La cárcel no puede tragárselo a uno. He sido militante comunista toda mi vida, pasé por la Juventud Comunista y el Partido Comunista Colombiano, y esas convicciones fueron las que me dieron fortaleza en los momentos difíciles de la cárcel. Confianza en los principios comunistas me ayudaron a sobrellevar la cárcel y la persecución. El arte también ayuda a llevar las dificultades. Tengo un texto que lo titulé Resistenciarte que se trata de la resistencia desde el arte, así mismo escribí sobre el olvido. Escribir es fundamental en la cárcel. Me mantuve vigente en las redes sociales, vigente en la opinión pública sobre los avances y detalles del proceso en mi contra. Escribí un libro que me publicó la editorial Oveja Negra.

–¿Usted no se dejaba de luchar desde la prisión?

–Al prisionero se le pretende reducir a su mínima expresión y colocarlo en una situación de indefensión total. Te quieren imponer esposas, tratos crueles para arrebatarte tu dignidad. Y si es prisionero político es mayor la agresión. En mi caso rescaté la dignidad del preso. El 5 y 6 de abril del año 2011, hicimos una huelga de hambre logrando mejores condiciones para el prisionero, mejor trato en su dignidad. A esa huelga me ayudó mucho Gloria Inés Ramírez. Decían por ahí que, trata al ser humano como basura y será basura, pero si se trata al ser humano con humanidad, actuará como ser humano. Hay que reivindicar la condición de ser humano. Así debe ser en la cárcel. El poeta Rubén Darío decía: “el hombre tiene esperanzas como el pájaro alas”. El futuro tiene muchos nombres, decía el poeta Víctor Hugo, para los débiles lo inalcanzable, para los temerosos lo desconocido y para los valientes una oportunidad. Eso fue la cárcel una oportunidad para fortalecer mis convicciones, la literatura y mi dignidad. Para momentos de crisis, decisiones. No se puede en la cárcel tener campo para la ambigüedad, hay que tener decisiones. Recuerdo al camarada Manuel Cepeda que decía que nosotros, refiriéndose a los comunistas, no podíamos meternos en un refrigerador y salir en diez años a ver qué pasa, no. Nosotros tenemos que asumir las realidades políticas con decisión. Y la primera vez que caí preso, por mis convicciones, el compañero Manuel Cepeda siendo senador, me visitó en Barrancabermeja y me enseñó de solidaridad. En estos últimos tiempos fue su hijo Iván Cepeda de quien también recibí solidaridad.

–Estamos cerrando un ciclo del conflicto armado y como consecuencia se deben hacer reformas ¿a su juicio la primera debe ser?

–En estos nuevos tiempos no solo hay que reformar, también depurar la Fuerza Pública, como se deben depurar las instituciones corruptas, depurar la rama del poder judicial que sirve para la construcción de falsos positivos judiciales. Voltaire decía que era preferible absolver a un hombre culpable que condenar un inocente. Pero en Colombia las cosas son al revés. El principio de inocencia se revirtió y hoy es preferible condenar a un inocente. Colombia tiene una obligación de cambiar su política criminal. La Comisión Interamericana dice que es prioritario reforzar los programas de prevención que los de resocialización.

–¿Qué se debe cambiar?

–Del sistema carcelario hay que cambiar los programas de salud, educación, empleo, formación en derechos humanos, formación en ciudadanía y principios democráticos. Nada de eso existe en nuestro sistema penitenciario. Tan mal diseñado está el sistema que los que se roban cantidades de dinero, que son los funcionarios públicos o los grandes contratistas, no van a esas cárceles sino a sus casas.

–¿Ahora qué viene para David Ravelo?

–Yo salgo a ponerme al servicio de la paz. Desde que entré a la Juventud, proponíamos la solución política al conflicto, y ahora que se da, vamos a darles un abrazo a los compañeros de las FARC-EP y al Gobierno nacional que tomaron esa decisión. Los sectores que representan el No del plebiscito y que quieren devolvernos a la guerra y lo entiendo, pues han vivido de la guerra mucho tiempo y del miedo y el odio de los colombianos. Uribe quiere la guerra pero no manda sus hijos a pelear. Los sectores de la guerra utilizan un discurso simplista que le llega a muchos sectores atrasados de la sociedad que terminan siendo víctimas de los interés que representan los hombres de la guerra.

–A propósito de la paz ¿cómo fue tu llegada a la JEP?

–El acto legislativo 01 de 2017 y la ley 1820 de 2016 plantean que las personas, dirigentes sociales y civiles víctimas del conflicto armado y que han sido condenadas por delitos relacionados con el conflicto armado, tienen derecho a acogerse a la Jurisdicción Especial de Paz, JEP, recobrarán la libertad después de cumplir cinco años de detención intramural. Ya firmé un acta de compromiso con la JEP y me revisarán el proceso. Y estoy seguro que vamos a salir muy bien de ese tribunal pues, entre otras, mis acusadores ya están judicializados por falso testimonio y fraude procesal por las declaraciones en mi contra que eran las únicas “pruebas” en el proceso. Y fui nombrado víctima en ese expediente, es decir pasé de victimario a víctima. Montaron fiscales amañados, un proceso espurio y una juez sin competencia no pudieron quebrar el tallo de la verdad y la verdad nos hace libres.

–Estamos en el Congreso de la UP pero se viene el Congreso del PC y de las FARC ¿qué consideración tienes al respecto?

–Los congresos son esperanza para el pueblo colombiano. La unidad es un imperativo y lo saben las direcciones de cada uno de los partidos políticos que están realizando cada uno de sus congresos. De ahí se podrá construir ese gran movimiento de masas que transforme el país, acabe con las desigualdades sociales y la pobreza de los colombianos. Ese es el camino de la justicia social.

@camachohernan