Milton Henao
@MiltonteleSUR
A menudo vemos cómo varios medios nacionales, opinadores y sectores políticos sostienen que en Venezuela existe una “dictadura” que se impuso sobre los valores democráticos de esa sociedad.
Por el contrario, esos mismos sectores, “democráticos” que por siempre han ostentado el poder durante nuestra existencia como república, dicen que la nuestra, es una de las democracias más sólidas y más antigua de América Latina.
Sin embargo, la realidad demuestra lo contrario y sólo dos episodios bastan para demostrarlo. Uno de ellos ocurrirá este domingo con la consulta interna que realizará el Partido Liberal para escoger su candidato presidencial, muy democrática, sino fuera por los 40 mil millones de pesos que se gastarán en estos comicios.
El otro ya se vivió en el municipio de Granada, Meta. Allí en contraste, sus habitantes siguen esperando los 182 millones de pesos que cuesta la realización de la Consulta Popular avalada por Tribunal Administrativo del Meta, y que tenía como propósito preguntarles a los 50.116 ciudadanos si quieren o no, que en su territorio se explote petróleo y gas. Esto, tras el anuncio hecho por el ministro de hacienda Mauricio Cárdenas, quién sentenció que el gobierno no financiará este tipo de acciones emprendidas por la comunidad.
La negativa del gobierno central para asignar los recursos condujo a la suspensión de la Consulta Popular que estaba programada para el 22 de octubre, según Cárdenas, porque deben existir “unos límites orientados a que los intereses de una minoría, no se impongan sobre los derechos de la mayoría”.
No obstante, el domingo una minoría se gastará 40 mil millones de pesos de los impuestos aportados por las mayorías en un proceso electoral que de democrático no tiene nada. La consulta liberal, sólo se realizará en las cabeceras municipales, excluyendo las zonas rurales, en donde las comunidades viven procesos tan complejos como el de Granada, Meta y cuyos recursos naturales vienen siendo amenazados por la explotación de hidrocarburos.
Nada más democrático que se le permita a la ciudadanía decidir sobre la suerte de sus territorios y sobre la forma de gobernar de sus mandatarios. Y nada más dictatorial que en el país de la “democracia” se viole flagrantemente un derecho constitucional.
Así las cosas el domingo veremos cómo el gobierno se gastará en la consulta liberal 20 veces más de los 2.302 millones que solicitó la Registraduría para llevar a cabo consultas populares como la del municipio de Granada y algunas revocatorias de mandato impulsadas por la ciudadanía.
Los dos episodios dejan claro, qué tipo de democracia” tenemos en Colombia y deja claro también como dice el refrán, que nos acostumbramos a “mirar la paja en el ojo ajeno, y no vemos la viga en el nuestro.