Suenan Timbres & 13 textos testimoniales

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Luis Vidales - Óleo del mastro Calarcá.

Rosendo López González

Suenan Timbres son versos liberadores que llamaban a dejar atrás las aldabas -piezas de bronce que se ponían a las puertas para llamar golpeando con ellas- y a colocar timbres; es decir, un grito cultural para avistar lo moderno en la capital de la República y en Colombia. Esta nueva edición de Suenan Timbres, inolvidable obra poética, está constituida por cuatro acápites, a saber: Los inoportunos, Poemas de la yolatría, Curva y Estampillas. La publicación, además, contiene 13 textos testimoniales y una galería de imágenes. Los testimonios son sobre el obrar del poeta Vidales, escritos en su mayoría por poetas; agréguesele, una reflexión del mismísimo Luis Vidales titulada Confesiones de un aprendiz del siglo.

Ha transcurrido casi un siglo- la obra fue escrita en las primeras décadas del siglo pasado- y hoy, las palabras del maestro Vidales tienen el mismo colorido y sonoridad:

La mujer ha pasado

pero sus pasos

se quedaron sonando para siempre en mí (p. 80).

Cuando fueron escritos estos versos, aún las mujeres en Colombia no tenían derechos políticos; la invocación del poeta, además de lo infinitamente bello, para la época y para la clase política colombiana a la larga era subversiva. En consecuencia, como lo afirma Luis Vidales después de 50 años de haber escrito Suenan Timbres:

Es un libro de demolición. Había que destruir todo: lo respetable establecido o comúnmente aceptado, la moral y las buenas costumbres, sin descartar la poesía manida…Suenan Timbre, por ello, es una honda protesta contra esa hipócrita gravedad que no entiende la jerarquía sino transferida al estatismo de origen divino (p. 217).

Leamos y escuchemos, un pedacito del poema La música; el maestro Vidales no se equivocó al titularlo, es música. Los versos no riman, pero tienen cadencia:

En el rincón

oscuro del café

la orquesta

es un extraño surtidor.

La música se riega

sobre las cabelleras (p. 82).

Según Eduardo Carranza, poeta consagrado, y quien escribió uno de los 13 testimonios que hacen parte de esta publicación, afirmó: “Sus poemas alborotaron el manso ambiente literario, escandalizaron, indignaron. Los tradicionalistas fanáticos y todo conservadurismo literario registró notarialmente la defunción de la poesía” (p.193).

Vidales fue un revolucionario integral en su práctica política y en su proyecto estético de poesía. Suenan Timbres desflora lo tradicional y se cuela por las rendijas de la modernidad; el tiempo, y sobre todo la falta de publicación de sus obras, no ha podido derruir su sentido humorístico. Su lucha revolucionaria, siempre fue en contra del anquilosamiento, en la vida, en la sociedad y en la búsqueda de la palabra perfecta que encaje en el verso.

Su obra, en general ha sido poco difundida; la primera publicación de Suenan Timbres fue en 1926 editada por Editorial Minerva; y la segunda en 1976 impresa por el Instituto Colombiano de Cultura. Colecciones autores nacionales. Fueron cincuenta años de soledad publicitaria. Vidales murió a los 90 años en Bogotá, en ese largo trasegar en 1979 fue preso e incomunicado y llevado a las caballerizas de Usaquén, sitio famoso porque allí se torturaron muchos presos políticos en Colombia. El poeta Vidales, en 1982, gana el Premio Nacional de Poesía y en 1985 el Premio Lenin de la Paz.

Alguien dijo que el mejor tributo que un autor puede tener es que sus obras se lean; mi más ferviente deseo es que esta nueva edición de Suenan Timbres, sea leída masivamente. La recomiendo.

rlopezg@udistrital.edu.co