
Un petitorio con derechos laborales mínimos y que cuestiona la política económica de esta entidad estatal, está a la espera ser negociado
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Desde el pasado 8 de noviembre, la Asociación Nacional de Empleados del Banco de la República, Anebre, presentó un pliego de peticiones a esta entidad estatal, lo que no hacía hace casi 23 años, pero no ha encontrado una repuesta con el ánimo de negociar, sino por lo contrario, los negociadores del Banco presentaron un contrapliego. “En lugar de sentarse a negociar como lo dicen el Código Sustantivo de Trabajo, la Constitución y la ley, el Banco nos sale con un contrapliego, lo que es un contrasentido legal. Aún no ha sido posible iniciar la etapa de arreglo directo por lo que estamos pendientes de una querella que presentamos ante el Ministerio de Trabajo como de unas acciones de índole jurídico para que el Banco se siente a negociar con nosotros”, explicó a VOZ Abdénago Aguilar Luna, quien trabaja en el Departamento de Cambios Internacionales, y es presidente de la junta directiva de Anebre.
En cuanto a peticiones para los trabajadores el pliego tiene tres puntos fundamentales: vivienda, salud y salarios. En el primero solicitan un mejor préstamo de vivienda, pues Anebre asegura que el que tienen actualmente no cubre mínimamente lo que cuesta una vivienda de interés social en Bogotá y tiene una tasa de interés muy alta, el 10% efectivo anual.

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En el segundo, salud, piden que como lo dice la actual convención colectiva exista este derecho suministrado por el banco para los trabajadores y sus familias, porque en el contrapliego la entidad quiere desmontarlo.
Y en salarios, los trabajadores exigen un incremento, se oponen a las grandes descompensaciones y desigualdades, y al creciente número de tercerizados: “El caso es tal que 218 funcionarios de alto nivel del Banco de la República se llevan el 50% de la nómina”, explica el presidente de Anebre.
Políticas económicas
En el contexto de la presentación del petitorio la organización sindical ha realizado una serie de análisis de la política económica del banco y la ha cuestionado por ir en contravía del bienestar de los colombianos. En ese sentido, Abdénago Aguilar anota que rechazan la propuesta del gerente, Juan José Echavarría Soto, para que en el país se establezca un salario mínimo diferencial por regiones, tesis que sale de la Unidad de Investigaciones Económicas del Banco, en la que se proponen salarios mínimos de acuerdo con la productividad de cada región. “Ahí vemos lo que el Banco está pensando hacia el futuro para que los gremios económicos también vean hacia dónde caminar en el tema de salarios”.
Otro de los asuntos sobre política económica que discute Anebre y que también atañe a todos los colombianos, es la baja tasa de intermediación o el cobro que el Banco de la República hace a los bancos comerciales por los préstamos, y que no se ve reflejada en la baja de las tasas de interés de los préstamos de consumo que el sistema financiero hace a los colombianos: “Solo hay que ver las tarjetas de crédito; el interés que pagamos por el consumo con estas tarjetas y los créditos o préstamos, son las más altas de Latinoamérica. Los bancos del Grupo Empresarial Antioqueño, el grupo AVAL y la banca en general ha sido la más beneficiada y solo el año pasado este sector tuvo ganancias por ocho billones de pesos. Aun así gremios como la ANDI y ANIF ya proponen una reforma tributaria en la que buscan bajar los impuestos al sistema financiero, a la acumulación de riqueza y que se graven salarios desde un millón ochocientos mil, es decir, bajarle a los ricos y trasladarlos a los pobres y a la clase media, y en esa vía también está el Banco de la República”, argumentó el presidente de Anebre.
Pero el sindicato también cuestiona y se opone a la intención de apropiarse del régimen de pensiones público de los colombianos: “ANIF quiere quedarse con esta joya de la corona. Quieren que desaparezca el régimen de prima media de Colpensiones y que el tiempo para pensionarse se suba en hombres de 62 a 67 años y en mujeres de 57 a los 62. Eso ya están trabajándolo y también es una línea de pensamiento del Banco de la República”, aduce Abdénago Aguilar.
Asimismo, Anebre se opone al modelo de banca central que no debe propender solo por el manejo de los niveles de inflación y tasas de interés, sino por la demanda, el consumo y la generación de empleo a través del fortalecimiento de las empresas y de apoyo al desarrollo del campo. “Ya no se ocupa de estos temas, pero sí recibe todo el direccionamiento que desde Washington le da el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, como lo hace desde hace más de 20 años con las políticas de ‘Bienvenidos al futuro’, con reformas pensionales y laborales”, cuestionó el presidente de Anebre.
A la espera de una mesa
Han pasado dos meses sin que las partes se hayan sentado a negociar porque los trabajadores no aceptan el contrapliego, sino la discusión de su petitorio. El Banco cuenta con una comisión negociadora con cinco representantes, dentro de los cuales hay delegados de firmas de abogados conocidas por participar en otras negociaciones con el objetivo de desmontar los regímenes convencionales de los trabajadores, lo que prevé un conflicto complejo y demorado; para lo cual los trabajadores también se han preparado con mítines, foros informativos y otras formas de protesta en varias de sus sedes en todo el país. “Esperemos que el Banco tenga voluntad política para negociar y recuperar la confianza”, comenta Abdénago Aguilar Luna.
La entidad es el agente económico del Estado colombiano encargada de manejar las políticas cambiarias, crediticias, monetarias, los topes de inflación, regular la moneda, los cambios internacionales y el crédito, emitir la moneda legal colombiana, administrar las reservas internacionales, ser prestamista y banquero de los establecimientos de crédito y servir como agente fiscal del Gobierno. Además, contribuye a la generación de conocimiento y a la actividad cultural del país.
En esta entidad laboran 2.600 trabajadores en el ámbito nacional de los cuales el 68% cuenta con contratos a término indefinido, y más de 1.500 están afiliados a la organización sindical.

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