La corrupción, freno a la economía

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Bianca Lizzeth Viatela Carrascal

La corrupción se ha convertido en una práctica que penetra todas las esferas de la sociedad colombiana, de forma natural e “imperceptible” para la mayoría de los colombianos. En el caso de Odebrecht por ejemplo, hay involucrados -entre otros- exfuncionarios del Estado de rango ministerial, lo que ha ocasionado la parálisis de muchas obras de infraestructura, con grave incidencia económica por los recursos que se dejan de percibir, sobrecostos, nueva contratación, etc. En la rama judicial la corrupción tocó a los más altos dignatarios, desde la Corte Suprema hacia abajo. Crece así la falta de credibilidad en los funcionarios que deben impartir justicia

Al respecto, en el informe de la Contraloría General de la República,1 se afirma que la corrupción le cuesta al país más de 50 billones de pesos por año, aproximadamente un 4 por ciento del PIB anual colombiano, recursos, que de invertirse en salud, educación, vivienda, infraestructura, etc., le harían un gran aporte al desarrollo del país.

Un ejemplo reciente en Colombia, fueron las pasadas elecciones del 11 de marzo del año en curso, donde la confusa organización del proceso electoral se tradujo en la aparente falta de tarjetones para la consulta entre los candidatos presidenciales, hecho que insulta la democracia de por si bastante precaria, pero igual debe investigarse.

El desempleo

Pero ¿cómo generar políticas económicas estables e idóneas para nuestro país, cuando desde el ejercicio básico de la democracia, que garantiza el derecho al voto, se confirma la corrupción en su ejecución? Aquí resulta conveniente recordar la frase de Adam Smith, economista escocés, padre de la economía moderna: “Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz, si en ella la mayor parte de los miembros es pobre y desdichado”2, frase que sabiamente convalida el tema de que, antes de enriquecerse el Estado, se debe enriquecer a los ciudadanos, mediante el trabajo como principal fuente de riqueza; el reto consiste en ¿cómo lograr que en nuestro país -donde campea la corrupción desde las altas y bajas esferas- la meta de una economía estable, sostenible y de bienestar?

En Colombia el desempleo frena considerablemente el desarrollo económico. El año 2017 finalizó con una tasa de 9,4 por ciento, una de las más altas en América Latina y para el 2018 todo indica que sigue la misma tendencia, porque no se generan nuevos puestos de trabajo, además por el alto índice de informalidad laboral. La solución hay que buscarla en la aplicación de políticas económicas tendientes a generar empleos dignos, bien remunerados, con cobertura social y estabilidad.

La inversión

Los actuales niveles de inversión para desarrollar los sectores económicos en forma armónica son evidentemente insuficientes, sobre todo en la industria y la manufactura y por supuesto en el sector agrario. Lo anterior explica el desempleo como un fenómeno permanente, estructural. El modelo económico actual no es funcional para Colombia por lo que se deben considerar las variadas características particulares de la problemática comercial nacional, como también, todos los procesos de adaptabilidad requeridos para aplicar medidas prudentes, en vía de un verdadero crecimiento y desarrollo económico. Se concluye que, es necesario aplicar con honestidad, propuestas de fondo y no de forma, ya que se trata de buscar un consciente y consistente bienestar colectivo, no que el remedio salga igual de caro a la enfermedad. Otro punto fundamental está en la educación, de ella se insiste, que en gran medida depende que Colombia avance, es necesaria más y mejor inversión en esta área, siendo prioridad como gestión inicial.

Entre muchos otros factores para tener en cuenta, están la salud y la infraestructura, en ambos casos hay cifras de gastos considerables que no se traducen en buenos resultados. La corrupción resulta ser generalizada y se requieren reformas estructurales, fiscales y tributarias, políticas comerciales y pensionales; un mejor y orientado control, sobre instituciones y organismos del sector público y privado.

Lucha contra la corrupción

Siendo instalada en enero del año pasado, por parte del presidente Juan Manuel Santos, mediante una comisión nacional ciudadana, se espera que los organismos existentes de control actúen, forjando transparencia, para no quedarse en conversaciones de pretensiones no realizables. Se requiere endurecimiento en las consecuencias penales con respecto a las sanciones jurídicas para las instituciones, entidades y personas que acudan a conductas ilegales, porque si se permite que los castigos a la corrupción sean paños de agua tibia, el miedo y la abstención, continuarán siendo mínimos. Así que el reto para el nuevo congreso y el próximo presidente que se posesione este agosto de 2018, estará en definir y planificar los términos en que se ajustará la nueva ruta de la economía colombiana, donde se espera un gasto público más competente, posiblemente recortado del PIB para ayudar a los contribuyentes, y una adecuada aplicación de correctivos en el déficit económico para el 2019.

* Psicóloga, Universidad Antonio Nariño.

1 https://actualicese.com/actualidad/2017/04/21/12-cifras-y-caracteristicas-que-debe-conocer-sobre-la-corrupcion-en-colombia/

2 http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/adam-smith.html