Teatro y paz

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Obra Camilo del Teatro La Candelaria.

Chila Pineda

La Corporación Colombiana de Teatro, la Universidad de Minnesota y el III Festibienal de Bogotá se unieron y realizaron la Semana Teatro y Derechos Humanos durante semana santa. De Estados Unidos, llegó un grupo de mujeres jóvenes estudiantes, profesores y profesoras de la Universidad de Minnesota, como asociados del proyecto, participaron de la programación artística y de los distintos encuentros realizados: con mujeres, con víctimas de crímenes de Estado, con mujeres y hombres jóvenes y con las y los defensores de derechos humanos.

Se presentaron diferentes obras de teatro, como: Guadalupe Años Sin Cuenta, Manuela No Viene Esta Noche, Madre Coraje, y el Ángel de la culpa. También, se realizaron encuentros académicos para analizar desafíos, retos y paradojas, del proceso de paz. Además, se abordaron las dificultades de la implementación, referida al incumplimiento del gobierno de Duque, y sus ataques a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Es decir, se pretende desmontar la JEP, que es la columna vertebral del Acuerdo de paz, por parte de las elites, el partido Centro Democrático, el fiscal Martínez, y el presidente Duque; ellos están empeñados en volver trizas el Acuerdo de paz de La Habana. Este ha recibido golpes fuertes, producto de la presión de los enemigos de la paz, quienes de forma ladina y respaldados en la ley, lograron sacar a los empresarios, unos 12.000, que financiaron los grupos paramilitares, los mal llamados terceros, de la Jurisdicción Especial de la Paz. De esa forma, se pretende eludir la verdad de lo ocurrido en el conflicto armado. El proceso de paz, aunque frágil, sigue siendo un proyecto que no se deja enterrar fácilmente a pesar de la felonía.

Se mostró con preocupación, en los foros, la incapacidad del Estado de garantizar la vida de las y los líderes sociales y de las personas en proceso de reincorporación. Se disertó sobre las afectaciones diferenciales en los cuerpos de las mujeres durante y por razón del conflicto, social y armado y de la importancia de las mujeres como veedoras del proceso de implementación. Asimismo, se abrió el debate sobre la relación entre derechos humanos y cultura; y el papel del arte en la construcción de la paz.

Los encuentros destacaron la importancia del proceso de paz, en tanto potenciador de las luchas sociales en Colombia, se recordó que la paz, no solo abre las puertas para sacar las armas de la guerra, sino que también, obligará al Gobierno nacional a resolver los conflictos sociales por la vía del diálogo y la concertación. Asimismo se dijo que el Acuerdo de La Habana es la síntesis social, política y jurídica, para encaminar el país hacia la modernidad, es la oportunidad de superar el aberrante atraso del campo y además de resarcir el daño causado por ocasión del conflicto armado.