Aporte fariano de cara al Bicentenario

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Guerrilleros de las antiguas FARC, promocionan el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia en el pasado proceso de paz en San Vicente del Caguán.

“Nos han sometido más por la ignorancia, que por la fuerza de las armas”.

Simón Bolívar

José Rivera – Comisión Bicentenario FARC

La campaña de Boyacá marcó un hito en la guerra que los pueblos de las colonias americanas libraron contra el poder colonialista español, pero sería un grave error considerarla como un hecho aislado de la agitación que caracterizaba la vida de los pobladores del continente en ese periodo histórico.

Mientras Europa se estremecía por la confrontación entre las monarquías feudales y la burguesía que se sentía madura para asumir la dirección de la sociedad y construir un nuevo modo de producción que sepultara definitivamente al feudalismo, las sociedades de la América india soportaban la violenta y explotación de un régimen colonialista incapaz de satisfacer las necesidades sociales, cuya metrópoli soportaba el peso de las contradicciones, las mismas que la llevaron a la agonía por las riquezas que extraía de este lado del océano, que, a su vez, fueron las que generaron el cambio de la sociedad europea.

El lugar de la historia

Así las cosas, debemos entender la conmemoración del Bicentenario, antes que como una evocación nostálgica de las glorias pasadas, como la posibilidad de recuperar nuestra memoria histórica, en tanto que entender nuestro pasado para aprovechar las lecciones dejadas es avanzar en la construcción de nuestra sociedad. Es interiorizar que el pasado no está desligado del presente histórico.

En alguna época se nos enseñó que la independencia de nuestros pueblos frente a España fue el producto de una rápida y audaz campaña, iniciada en Tame y finalizada en Boyacá en un término de pocos días, y que las batallas del Pantano de Vargas y el Puente de Boyacá eran los únicos combates dignos de recordación; y que en Boyacá finalizó la guerra de independencia en territorio de la Nueva Granada. Adicional a ello, ha desaparecido de las aulas la cátedra de Historia; se ha formado una generación de colombianos sin conocimiento de su pasado histórico.

Pero no sólo afrontamos esta deficiencia, sino que se evidencia una consciente campaña orientada desde altos representantes de un sector de la sociedad a negar hechos históricos que han marcado el trasegar de nuestro pueblo en diversas épocas de su existencia, como las declaraciones de la senadora María Fernanda Cabal, que un día grita “estudien vagos” y, simultáneamente, afirma que la Masacre de las Bananeras fue una ficción literaria de García Márquez, tratando de borrar un hecho real y convencernos de que este suceso no forma parte del pasado de nuestra sociedad. O las declaraciones del presidente Duque agradeciendo a los padres fundadores de los Estados Unidos su acción por nuestra independencia.

En contra del bolivarismo

Algunos sectores respondieron achacando estas afirmaciones a ignorancia por parte de estos personeros del sector más reaccionario de nuestra sociedad, pero una rápida mirada a las orientaciones sobre Seguridad Nacional del gobierno de los Estados Unidos, nos llevan a recordar que el documento Santa Fe IV, califica como uno de sus enemigos a enfrentar al creciente “bolivarismo” que, ya por la época en que fue redactado, hacía presencia fuerte en algunos gobiernos latinoamericanos, y que, de acuerdo a su visión, representa un peligro para su necesidad de “que los recursos naturales del hemisferio estén disponibles para responder a nuestras prioridades nacionales”; y da la casualidad que las declaraciones de Duque y Cabal, se acogen plenamente a la doctrina norteamericana de Seguridad Nacional.

Pero, no son aisladas las declaraciones de este sector, dado que durante más de veinte años ha tratado de negar la existencia del conflicto social y armado en nuestro país –realidad que nos golpea a diario–, y que hoy persiste en virtud del discurso que tiene uno de sus personeros desde la dirección del Centro Nacional de Memoria, cuya voz se une a viejas afirmaciones de la ultraderecha colombiana.

Bicentenario y resistencia

No podemos olvidar que la lucha por la independencia tiene sus raíces en la resistencia indígena frente a la conquista española, en la lucha de los negros esclavizados por recuperar su libertad, la lucha por los derechos de los criollos por la igualdad de derechos y la rebeldía popular ante las restricciones para el comercio y los impuestos con que la metrópoli financiaba sus guerras en Europa. La independencia se da en un escenario de movilización beligerante de las masas, reprimidas violentamente por las autoridades realistas.

Así como los españoles impusieron su gobierno a los indígenas mediante la violencia que diezmó a esta población, así también trataron a los movimientos de rebeldía y protesta de las poblaciones americanas, provocando una radicalización de sus protestas que llevó a la generalización de la guerra que desembocó en la independencia frente a la corona española.

Igualmente, es necesario recoger la memoria de la lucha por la unidad latinoamericana –frente a la actitud de aquella naciente república de los Estados Unidos contra los esfuerzos realizados en la América hispana– y con ello otorgarle la particular importancia, en un momento como el actual, a la lucha por establecer un territorio de paz en América Latina y el Caribe.

Nuestra América

Las lecciones del pasado nos aportan experiencias para continuar en el proceso de construcción de Nuestra América libre, soberana y en paz, tal como la propone el pensamiento del libertador Simón Bolívar, presente en sus ingentes esfuerzos por consolidar la independencia de las cinco repúblicas bolivarianas, pero también en su esfuerzo por construir una República que uniera a todo el territorio del subcontinente, que alcanzó su expresión más brillante en el esfuerzo por hacer realidad el Congreso Anfictiónico.

Nos proponemos recoger desde esta columna diversas investigaciones acerca de los sucesos, muchas veces ignorados, del proceso independentista que, a pesar de su importancia, son ignorados por la historia oficial, buscando con ello difundir entre los colombianos la realidad de una historia que forma la base de nuestra situación actual como país.

Invitamos a todos los lectores a aportar en la recuperación de nuestra memoria como fuente de saberes que nos permitan entender nuestro presente y actuar de cara a nuestro futuro.