Un pacto colectivo se convierte en un obstáculo para el goce de garantías laborales de los trabajadores. Además, el sindicato denuncia discriminación salarial con las mujeres
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Con un plantón frente a la sede de la transportadora de valores Brinks y con el lema “Oye, Brinks, ¿dónde están tus valores?”, Sintrabrinks, en conjunto con organizaciones sindicales solidarias, el pasado 25 de julio denunció la conducta antisindical de esta firma transportadora de valores que tiene presencia en más de 130 países.
En diálogo del presidente de Sintrabrinks, Frank Alberto Gualdrón, con el semanario VOZ, dijo que la empresa lo que ha hecho es una interpretación a su acomodo de las normas laborales.
Actualmente hay quejas por parte de los trabajadores acerca de los debidos procesos, porque los descargos se realizarán dentro de las jornadas laborales y la empresa no permite la asistencia del implicado con el sindicato, es decir, no se garantiza la presencia de los acompañantes de Sintabrinks sin permiso sindical. “La empresa se niega a permitirnos la asistencia a las diligencias de descargos”, explica Frank Alberto.
En esta firma los trabajadores transportan dinero en vehículos blindados con personal armado. “Pero en los últimos cuatro años, pasando por encima de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, no se tienen en cuenta las normas de seguridad para el transporte de dinero en las que se dice que se requieren tres personas para esa labor, un conductor y dos que se bajan a recogerlo, y hay casos donde dos o una sola personas, a veces sin armamento, hacen la labor. Todo para reducir personal y aumentar dividendos. Por eso, en Cali en noviembre del año pasado nos mataron a dos compañeros”, comenta el presidente de Sintrabrinks para ejemplificar la manera como los recortes de personal atentan contra la seguridad de los trabajadores.
Trabajadores internos
Los empleados de la firma no son solo quienes se ven en las calles en las actividades de transporte de valores. También están quienes dentro de las bóvedas ordenan y empacan el dinero, es decir, operación interna, quienes en su mayoría son mujeres con los salarios más bajos y en donde el sindicato no tenía acceso.
Sobre este tema, Frank dijo a la Agencia de Información Laboral que quienes trabajan en el cargo conocido en la operación interna de Brinks como ‘cajera 2’, en un 80% son mujeres, ganan $930.000 mensuales. En cambio en la operación externa (transporte de valores), realizada en su totalidad por hombres, estos ganan $1’260.000, $1’420.000, o $1’460.000, según el cargo. Y eso se llama discriminación.
Con base en un artículo de la convención iniciaron un proceso de afiliación de ellas a la organización sindical, pero la empresa tomó represalias y obstaculizó la entrada a esos espacios, anota el líder sindical.
Por otra parte, Sintrabrinks ha hecho denuncias por las emisiones de gases de muchos vehículos de la compañía, por lo que -según Alberto Gualdrón- se inició un levantamiento del fuero sindical de un dirigente del sindicato en Bogotá, a quien le propusieron irse a casa, no volver a laborar, aunque devengando salario. Todo para aislarlo y evitar que desarrollara su trabajo sindical.
Actualmente, hay una comisión de concertación de temas laborales en el Ministerio de Trabajo que trata de solucionar problemas de carácter disciplinario, pero según Alberto Gualdrón la empresa no ha querido dar soluciones y por lo contrario, decidió modificar el reglamento interno de trabajo, procedimiento para el cual debe contar con la organización de los trabajadores, a lo que la empresa también se niega.
Uno de los temas de importancia es el salarial y algunos auxilios como el educativo. La empresa ha propuesto el IPC, lo que no es aceptado por los trabajadores porque no hay incremento sino un simple reajuste que acelera la pérdida de poder adquisitivo de las mesadas.
Brinks en Colombia cuenta con 2.300 trabajadores, sin contar con los de otras firmas que adquirió en el país. Y Sintrabrinks, con alrededor de 500 afiliados de los que en los últimos meses se han retirado algunos por una política de retiro voluntario en la que han caído unos 30 sindicalizados, explica el presidente de la organización.
En 32 años de existencia del sindicato ha firmado más de 10 convenciones colectivas y actualmente hay un laudo arbitral dirimiendo un conflicto. Pero la empresa también tiene un pacto colectivo que perjudica al sindicato en el tema salarial ya que en este hay acuerdos hasta 2020.
Por ahora esperan respuesta de un tribunal de arbitramento y aumentar el número de sindicalizados que les permita la anulación del pacto colectivo, documento que se está convirtiendo en un obstáculo para la obtención garantías laborales.
Sin embargo, saben que la empresa es muy poderosa, y aunque saque comunicados diciendo que son muy respetuosos de las normas laborales, hacen un fuerte trabajo antisindical.
