Te engañaron, los sexos no son sólo dos

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Manuel Antonio Velandia Mora

Te levantas un día por la mañana y tienes un fuerte dolor en el bajo vientre que te dura días, el dolor desaparece. Casi un mes después, el dolor vuelve a aparecer y a desaparecer. La historia se repite una y otra vez.

Sientes que algo grave está pasando en tu cuerpo, en sus 34 años de existencia tu vida había sido la de un hombre completamente sano. Te preocupas y decides ir al médico. Le cuenta su historia y el de remite a otro profesional para un examen de hormonas. Nos explica la razón, pero tú obedientemente vas a la cita.

Regresas al laboratorio, y que dicen que tus resultados han sido remitidos al médico de consulta. En ese momento te enteras que es un endocrinólogo. Él te dice que lo que tu médico considera es la verdad. Pero no sabes qué es lo que piensas general. El profesional informa que eres intersexual.

Ya tienes claro qué es lo que sucede…  Mejor dicho, sabes cómo se llama, pero no tienes ni idea sobre qué es lo que está pasando.

Lo preguntas y te responden. Lo que sucede es que has empezado a ovular. Quedas más confundido que nunca. En tus pocos saberes sobre biología sabes que los hombres no ovulan.

Preguntas y te responden que los sexos son mucho más que dos. Algo que tampoco sabías.

Te preocupas por sobre cómo ha cambiado existencia, pero más te preocupa que tu madre se siente culpable de lo que está pasando en tu cuerpo. Pronto comprendes que ella nada tiene que ver, que la sabia naturaleza tiene pequeñas variaciones que producen enormes cambios en la existencia de la vida de las personas, en sus cuerpos, en sus derechos, en sus relaciones sociales, en la vida afectiva y emocional, en la vida genital… Que los médicos no tienen ni idea, porque la academia no los prepara para la realidad sino para el deber ser de los cuerpos.

El dolor en el bajo vientre, resultó ser que mi amigo había empezado a menstruar. Sí, lo ha leído bien, quien hasta ese momento era un macho de la especie estaba menstruando y empezaron a suscitarse cambios en su organismo. Le crecieron las tetas, se ensancharon sus caderas, le cambió el tono de la voz, la tersura de la piel, el grosor del cabello, entre otros muchos cambios. Mi amiga, decidió vivir plenamente su vida aceptando el que ahora, a simple vista, era identificado como el cuerpo de una mujer.

Sexo no es genitalidad

Aun cuando tradicionalmente las personas dicen vamos a tener sexo, para hacer referencia a que tendrán una relación genital, evidentemente sexo no es genitalidad.

Sexo: viene del latín «sexus», palabra que viene del verbo secare (cortar); se vincula a una raíz indoeuropea *sek- (cortar). Esta concepción tradicional de sexo se refiere simplemente a la división binaria del género humano en dos grupos distintos.

En los escritos anteriores al siglo XVII, donde era frecuente encontrarlo en la forma «sexus mulieris» y «sexus virilis» se usaba esta conjunción de palabras cuando se quería hacer una referencia al género al que pertenecía la persona de la que se estaba hablando. Pero ya en ese momento se diferencia entre sexo y ser mujer o ser hombre… El problema es que todavía seguimos diciendo hombre para referirnos al sexo que incorrectamente llama masculino, porque masculino no es sexo es género. Mejor dicho, sexo hace referencia al macho y hembra de una especie… Bueno, hasta un poco antes de la última década del siglo XX era así.

Desde esta lógica que confunde, por mucho tiempo nacer con pene se vinculó a ser y sentirse Hombre y nacer con vulva significaba ser y sentirse Mujer. Ser hombre o mujer no es una categoría biológica, es una categoría psicosocial.

Aquí entonces ya cabe aclarar que no todos los seres humanos nacen con pene o con vulva.
Las Intersexualidades son variaciones orgánicas bajo la cuales el desarrollo del sexo cromosómico, gonadal o anatómico no coincide con los dos sexos que tradicionalmente se asignan (macho o hembra). Algunas personas intersexuales tienen órganos sexuales internos o genitales no definidos; por ejemplo, las personas que tienen tanto tejido ovárico como testicular. Otras tienen una combinación cromosómica que no es XY (macho) y XX (hembra); por ejemplo, XXY

Algunas personas nacen con genitales que aparentan ser totalmente machos o totalmente hembras, pero sus órganos internos o las hormonas que segregan durante la pubertad no coinciden.

La genética no es binaria

Ya en la concepción queda determinado el que será el sexo de una persona, aunque su diferenciación se produce entre siete y nueve semanas después. La naturaleza siempre tiende a crear embriones de hembra. Durante las primeras semanas de la gestación los órganos sexuales del embrión no están aún diferenciados. Cuando un espermatozoide con cromosoma X fecunda el óvulo, el proceso diferenciador lleva «por defecto» al desarrollo de un cerebro y órganos genitales de hembra (útero, ovarios, etc.).

Aproximadamente al inicio de la semana siete, cuando el espermatozoide lleva el cromosoma Y, este da una orden específica para que ese proceso natural se altere y comience la formación de los testículos. Estos, a su vez, activan una serie de hormonas (la antimulleriana y la testosterona), que inhiben definitivamente el desarrollo de los genitales y el cerebro de hembra y hacen que el embrión se convierta en uno de macho.

Tradicionalmente se consideraba que, si los cromosomas eran XX, la resultante sería una hembra; y, si los cromosomas eran XY, entonces emergía con marcha. En consecuencia, lo que se esperaba era que los embriones con cromosomas XX desarrollen vagina, útero y ovarios en el vientre materno. Y, en el caso de los cromosomas XY, pene y testículos. Bueno no sólo esto, también cambia la distribución de las grasas, la estructura ósea y algunos otros elementos orgánicos.

Pero existen diferencias entre la biología hipotética y la biología real. Hay personas cuyo físico se identifica a simple vista con el esquema tradicional de un cuerpo de hembra, pero sus cromosomas son XY; y también viceversa.

El pequeño detalle que pocos conocen, incluyendo muchos médicos y médicas es que existe un gen situado en el brazo corto del cromosoma Y, llamado SRY, y este tiene un rol fundamental en la decisión (entre otros actores) de si en un embrión se desarrollan testículos o no. Si este gen NO es leído, no se desarrollan testículos pese a la presencia de los cromosomas XY.

Las personas cuya biología no se puede clasificar en un ordenamiento binario de los sexos son las llamadas intersexuales.  Según Naciones Unidas, un 1,7 por ciento de la población mundial es intersexual. Aquí el problema radica, en que a la gente se le asigna un sexo por lo que se ve a simple vista de los genitales externos, y sólo en el caso de que estos genitales sean ambiguos entonces los profesionales de la salud se hacen otro tipo de preguntas sobre el sexo de la persona.

La persona cuyo caso conocí como sexólogo y en su acompañamiento emocional y el cual relato al inicio de este artículo pertenece a un grupo particular de intersexualidad. Ahora se tiene mucho más claro que el sexo puede cambiar a lo largo de la vida, y no sólo en las primeras semanas como se pensaba.

Las gónadas pueden modificarse en la adultez, según apuntan los resultados de un estudio en ratones realizado por investigadores chinos. Los responsables de estas transformaciones son los genes DMRT1 y FOXL2. Si esto produce un cambio de los genes, las gónadas de mamíferos adultos podrían cambiar de un extremo a otro.

Como usted ya lo sabe todos los seres humanos tenemos hormonas como la testosterona, los estrógenos y la progesterona, sin distingo de si se es macho, hembra o intersexual de la especie.

Otro estudio reciente ha demostrado que los niveles hormonales dependen en gran medida de factores externos y no únicamente de la genética, como antes se asumía.

Probablemente usted ha oído o ha observado que los machos biológicos que están paternando, por ejemplo, tienen durante el período de embarazo de su pareja menos testosterona. Un cambio basado en la cultura que es muy interesante es que las hormonas, presuntamente de hembra, de estradiol y progesterona se producen en mayor medida cuando varias personas compiten por el poder, un comportamiento que los estereotipos dominantes identifican con el mundo “masculino”, soportado en la falocracia, y que da pie al machismo.

Cerebros trans

Desde una perspectiva binaria los cerebros serían de macho o de hembra. Como nos enseñaron en la escuela, el cerebro de los machos en promedio es más grande. Los estudios lo tienen claro desde hace años, algunas regiones cerebrales se diferencian en tamaño medio, densidad de los interconexiones y tipo y número de los receptores.

Pero no es tan fácil distinguir entre «el cerebro macho” y «el cerebro de hembra”. Cada cerebro es único y en cierto sentido es acorde con el mosaico de sexos de las intersexualidades, sobre las que algunos científicos dicen que son aproximadamente 117 grandes variaciones.

Lo interesante de la estructura cerebral es la que sucede con los cerebros de las personas trans. En lo que a las regiones del cerebro se refiere, las personas trans se acercan más en su estructura cerebral a la estructura del cerebro de su género sentido, aunque en algunas personas trans su estructura cerebral es más cercana a la del sexo asignado a nacer.

A mí me llama muchísimo la atención el efecto de las hormonas en la estructura del cerebro, aun cuando hay pocos estudios al respecto, y esto tiene que ver con que las cuerpas trans poco interesan a la ciencia. Las personas que en su tratamiento ingieren hormonas de macho o hormonas de hembra terminan cambiando también su estructura cerebral por el efecto de las mismas.

Así que la explicación de que Dios nos creó a Adán o Eva, está muy alejada de la realidad. No voy a discutir aquí si Dios nos creó, si el texto bíblico es una invención literaria o inspiración divina. Éste no es el tema al cual hago referencia.

En resumen, la discriminación de las personas intersexuales y las personas trans tiene que ver mucho con la ignorancia y poco con la ciencia. Los argumentos de tipo presuntamente «biologicista” a favor del binarismo son científicamente incorrectos.

Nota: Al respecto, os recomiendo leer este hermoso texto de Mauro Cabral https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10225657233354854&id=1149889588