
Los procesos juveniles en las comunas 1, 2 y 3 de Bucaramanga resisten por medio del arte y la música las desigualdades socioeconómicas, la pobreza, la delincuencia, la guerra de pandillas y el microtráfico. VOZ habló con Panda, rapero, líder juvenil y militante de la JUCO
Yessica Arandia
La marginación socioeconómica en la que viven miles de personas en el país, se convierte en una realidad repetitiva y un aspecto en común de muchos barrios y comunas que han sido constituidos en las periferias de las capitales, por habitantes en cuyo pasado se encuentran situaciones de desplazamiento forzado en áreas rurales donde la violencia y el despojo siguen estando a la orden del día.
El norte de Bucaramanga, compuesto sobre todo por las comunas 1, 2 y 3 no ha sido ajeno a esta situación, así como tampoco de problemáticas de delincuencia, guerras de pandillas, microtráfico, entre otras. Una cara de la “ciudad bonita” y su área metropolitana, que es imposible ocultar cuando a nivel nacional se sabe de la existencia de aproximadamente 200 “expendios de droga” que operan en ella, que, por ejemplo, en la comuna 1 dan cuenta de asesinatos y hechos de violencia periódicos.
Precisamente, de la labor de muchos jóvenes de barrios que componen la otra ciudad, ese norte bumangués que resiste a la marginalidad y la estigmatización desde la acción colectiva, gira alrededor de cambiar su realidad.
Marginación y abandono
La redacción juvenil del semanario VOZ dialogó con Brian Camacho, también conocido como “Panda” o “Poesía obesa”, un artista rapero y militante de la Juventud Comunista Colombiana, que con su música y en el trabajo barrial colectivo, realiza una importante tarea en el norte de Bucaramanga en barrios como Kennedy, Altos de Kennedy y Las Olas.
Panda, nos cuenta sobre la marginación y el abandono: “En el Norte existe un ‘centro’ o calle principal donde se relacionan la mayoría de barrios y sus alrededores, a partir de esa referencia, se evidencia que los jóvenes sufren de marginación, estigmatización y criminalización. Por ejemplo, hay colegios abandonados donde la educación no es digna, tenemos además el Hospital Local del Norte, que a pesar de ser uno de los centros de atención más grandes del municipio, está atravesando una crisis económica grave; así como un sistema de transporte prácticamente nulo pues el sistema articulado no llega hasta los barrios del límite de la comuna, los jóvenes que estudiamos o trabajamos en la ciudad pues nos vemos en muchas necesidades para poder transportarnos de aquí a allá”.
Además, según lo conversado, lo que se evidencia en el territorio es una situación complicada por cuenta del microtráfico que existente desde hace años y que seguramente se ejerce con gran influencia, pues como indica Panda, “esta zona es como un ‘desfiladero’, su ubicación geográfica propicia actividades ilícitas por ser prácticamente la frontera del municipio”.
El rap con conciencia
“Como gestor cultural he realizado varias actividades culturales, pedagógicas y políticas desde el rap y con jóvenes que practican otras expresiones artísticas: baile, circo, arte gráfico, grafiti. Nos hemos unido para tratar de mejorar todas esas condiciones problemáticas en las que estamos inmersos sin tener nada que ver con sus causas. Sobre todo, nos paramos desde ser antisistema, anticapitalistas y antifascistas. Pero sobre todo, vemos la necesidad de decirle a las y los jóvenes de la comuna y los barrios que no nos define la situación de abandono”, afirma El Panda con gran vehemencia, y continúa:
“Desde la música abordamos temas directos como la violencia barrial, el consumo desenfrenado de sustancias, la realidad del país, hemos unido esfuerzos con otras expresiones artísticas desde lo cultural, entonces, hemos hecho actividades de circo, grafiti, murales con niños, niñas y jóvenes. Hemos vinculado al proceso diferentes tipos de jóvenes desde sus habilidades, ahora mismo las actividades son colectivas, pero a manera de una unidad de acción, nuestra apuesta es conformar un colectivo más consolidado y más grande, con toda esta experiencia y conocimientos”.
Participación desde el rap
En el país, se están realizando los procesos de elección de los Consejos de Juventud. Panda, quien es candidato, nos comparte su opinión y apuestas al respecto: “Personalmente nunca había pensado postular mi nombre a ningún puesto democrático, pero si se supone que el CMJ es un lugar de voz para las juventudes, pensé en un momento, en que no va a haber en ningún partido u organización quien sea la voz de esos jóvenes, si bien esos espacios no nos alcanzan a representar, tenemos que estar ahí, pues pienso que no podemos dejar que estos espacios sean ocupados por las expresiones conservadoras y de quienes nos dominan”.
Su experiencia como rapero está acompañada del trabajo estudiantil y político de otros jóvenes estudiantes de la Universidad Industrial de Santander, con quienes se unen con el objetivo de una propuesta alternativa: “Somos una lista de personas que, desde los barrios, las universidades y la acción juvenil tenemos que ofrecer más que un show electoral. Nuestra apuesta, además, es partidaria y consideramos que la Unión Patriótica logra recoger ese sentir nuestro al respecto de las elecciones y de lo que necesitamos transformar.
“Sentimos que luego del paro nacional, si los sectores que estuvimos en las calles dejamos pasar por alto este tipo de procesos, pues le dejamos la vía libre a los mismos de siempre y entonces estos se pueden apropiar de nuestras luchas o mofarse de que nos representan cuando no es así”
Rapero y comunista
“Sé que en el barrio por seguridad y por estigmatización, decir que soy comunista es complicado porque la gente en serio cree que los comunistas comen niños. Entonces, aunque es lo que soy, desde la campaña y el trabajo asumo una posición más amplia en la que desde lo más popular hagamos consciencia de lo que significa reclamar derechos y luego el trasfondo de esa política económica que es la que nos tiene en desigualdad y este panorama de mierda.
“Eso básicamente es desde el comunismo, tener un discurso más amplio popular, y como pedagogo que soy, lograr un cambio desde la educación en primer lugar, que en últimas, también se hace en el arte, el artista está inmerso en un contexto y cuando se opone o rompe con lo que se supone es ‘la normalidad’, pues asume un ejercicio revolucionario”.