“No le tengamos miedo al cambio”, Petro

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Las banderas liberales fueron la expresión de la adhesión de cientos de militantes de ese partido. Foto María Antonia Pardo

En masivo acto político en Ibagué, se evidenció que las bases del Partido Liberal del Tolima también le apuestan a la opción de cambio

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino

Durante una hora estuvo sentado en una banca del parque Manuel Murillo Toro de Ibagué a la espera del arribo del candidato presidencial Gustavo Petro, César Fabián Vargas, trabajador en el área administrativa de la Universidad del Tolima. Había acudido a la convocatoria porque -dijo- es un momento ideal en el proceso electoral ya que las bases liberales se están uniendo a una alternativa real de cambio.

Mientras lo hacía, Cesar comentó sobre lo que espera si esta opción que representa el Pacto Histórico se materializa en la Presidencia de la República: “Transparencia, un día a día sin corrupción, donde se respeten las libertades, donde se pueda expresar sin ser recriminado. Lo que los colombianos estamos esperando es un cambio de la política que se ha desarrollado desde hace muchos años, no solo del uribismo, sino desde muchos años más atrás en los que ha habido corrupción y falta de oportunidades”.

Acerca de transformaciones en la educación superior, su área de interés por su vida laboral, manifestó que tiene mucha esperanza porque habría más financiación y una oportunidad de mayores cupos y de fortalecimiento de la educación pública estatal.

Como César, había miles más de tolimenses entre los que se destacaban muchos jóvenes, que por horas esperaron el inicio del acto político en el que las bases del Partido Liberal de este departamento adhirieron al proceso del Pacto Histórico, el pasado 23 de octubre.

Gloria María Reinoso también aguardó para escuchar a Petro. Con evidente emoción, a sus 65 años mantiene las esperanzas de un cambio de fondo. Es una artesana despedida sin pensión de Telecom en 1995, cuando muchos trabajadores fueron engañados con la figura de retiro voluntario que los dejó en el rebusque.

Quiere un cambio en las estructuras económicas y sociales para beneficio de todos, sin que se distingan colores políticos. “El pueblo se manifiesta, el pueblo elige y el pueblo manda”, anota para ejemplificar el acompañamiento que debe tener un presidente de carácter popular. “No queremos más ríos de sangre en Colombia, creemos que nuestros nietos vivan en una nueva patria, no queremos más guerra”, agrega para concluir.

Coincidencias políticas

Isaías Cañizales Navarro fue otro de los espectadores. Cuenta haber sido desplazado de la Costa Atlántica hace 25 años víctima de los monopolios políticos que controlan el Estado y que como él hay muchos campesinos deambulando en las calles. Lidera un grupo de víctimas y fue a escuchar al precandidato convencido de que es el único que puede desarrollar políticas en beneficio de los campesinos y de las víctimas. “Espero que lo primero que haga sea reformar la justicia y que le devuelva los derechos al campesinado, derechos que desde hace mucho les han quitado”.

La tarde pasaba y el cielo se hacía opaco. Por fin inició el acto y el primero en intervenir fue el senador del Partido Liberal, Luis Fernando Velasco. Con un breve recorrido por las ideas liberales justificó su cercanía con la propuesta del Pacto Histórico y recordó la importancia de que las listas progresistas sean las que más representantes aporten a la conformación de un nuevo Congreso de la República.

A su turno, Gustavo Petro expresó que fue en el Tolima donde durante muchos años se veían las ideas más progresistas dentro del Partido Liberal y que fue Manuel Murillo Toro quien desde hace siglo y medio planteó la necesidad de una reforma agraria.

“No es Petro el que habla de reforma agraria. Desde hace siglo y medio los fundadores de un partido popular, en ese momento, conformado por artesanos y campesinos vieron la pertinencia para desarrollar el país, evitar la violencia y vivir en paz, de una reforma agraria”, manifestó el precandidato.

Unidad multicolor

De la misma manera, resaltó el acto de unidad al ver la plaza llena de organizaciones políticas progresistas como la Unión Patriótica, la Unidad Democrática, el Partido Comunista, la Colombia Humana, la Marcha Patriótica, el Partido del Trabajo de Colombia y el Polo Democrático en compañía de las bases del Partido Liberal que sobresalían al ondear grandes banderas rojas.

Al seguir explicando el aporte de las ideas liberales al progresismo, Gustavo Petro anotó: “Lo que hemos levantado como programa del Pacto Histórico es la puesta en la actualidad, en el mundo contemporáneo del siglo veintiuno, de la Revolución en Marcha. La que reformó en 1936 la Constitución anacrónica de 1886, la que propuso un pacto entre empresarios y trabajadores sobre la base de la dignidad laboral del pueblo trabajador, la que propuso que se acabara el latifundio improductivo para que la tierra brindara a través del trabajo del campesino y la campesina digna y del trabajo empresarial, alimentos para los seres humanos”.

Denunció a una élite sanguinaria, corrupta e incapaz que desde hace muchos años detenta el poder, que suspendió las reformas y hundió al país en el fascismo hasta llevarlo a la crisis actual, “esta casta política decidió abrir los mercados y empoderó a los grandes importadores de ropa, zapatos, de alimentos y chucherías que arruinaron la agricultura y la industria. Arruinaron a los confeccionistas y a las confeccionistas de Ibagué, de Pereira, de Medellín, de Armenia. Fueron cerrando el mundo del trabajo porque les parecía bien importar e importar y Colombia dejó de ser el gran país cafetero para transformase en un país exportador de petróleo y cocaína”.

Argumentó su discurso con cifras: en 2013 Colombia exportó 40 mil millones de dólares en carbón y petróleo y 15 mil millones en cocaína, pero la plata del carbón y el petróleo se la “abudinearon” en Odebreth, Reficar y declaró que los dineros de la cocaína están financiando políticos. “El año pasado las exportaciones de petróleo y carbón cayeron de 40 a 12 mil millones de dólares y nos convertimos en un país cuyo principal producto de exportación es la cocaína”.

El país soñado

La elocuencia del orador no permitió que las primeras gotas de lluvia amainaran los ánimos de los oyentes que aplaudían y coreaban su nombre en señal de respaldo. Al tiempo, Petro planteaba que no se puede mantener el estado de cosas como están porque de esta manera el país será un cementerio, “y sus campos verdes los convertirán en desiertos y sus aguas frescas las ensuciarán y las evaporarán, y a su juventud la llevarán a tener que irse del país y nos seguiremos matando los unos a los otros”.

En tono irónico y defendiéndose de las voces que desde el Establecimiento aseguran que hay que temer a Petro porque va a expropiar, afirmó que no hay que tenerle miedo al cambio, que el partido de los expropiadores son ellos que le quitaron la tierra a seis millones de campesinos.

Para finalizar y describir el país que sueña, el mismo que sueñan los miles de asistentes empapados por la lluvia, concluyó: “Queremos apropiar al pueblo colombiano del saber, de la tierra, de la conectividad, del crédito para producir. Queremos que millones tengan la iniciativa privada y no solo cinco. Queremos un país de cooperativistas y empresarios. Queremos un país donde el campesino se pueda transformar en un granjero próspero y ser dueño cooperativo de la agroindustria. Queremos una juventud que pueda entrar a una universidad de calidad, pública y gratuita en cualquier parte del territorio nacional porque si apropiamos a Colombia del saber, del crédito, de la tierra y la conectividad no nos detiene nadie como país próspero, en paz y en democracia con el pueblo y para el pueblo”.

Acto político en la Plaza Manuel Murillo Toro. Foto Gustavo Petro