Una mirada a la red social china que llegó a Colombia en 2019 y que en la actualidad está en pleno auge gracias a que muchos usuarios encuentran en ella una evasión virtual a la cruda realidad
Violeta Forero
@Violeta_Forero
El mundo de las redes sociales cada vez sorprende más. En Facebook, Twitter y hasta Instagram es fácil que las personas se sientan invadidas por el tema de la pandemia que ha modificado la cotidianidad de la humanidad y que no discrimina género, raza, nivel socioeconómico ni nacionalidad: el Covid-19.
En ese contexto, aparece Tik Tok, una red social para crear videos acompañados de música de máximo un minuto. Esta aplicación, que se ha convertido en el boom de las redes sociales en medio de esta coyuntura a pesar de su corto tiempo de creación (desde el 2016), cuenta en este momento con más de 800 millones de usuarios activos alrededor del mundo.
Como en otros espacios, esta plataforma divide la gente en “famosos” y “anónimos”. Para la gente “famosa”, al estar alejada de las cámaras, los autógrafos y las luces, es indispensable seguir mostrando su trabajo a través de sus habilidades para hacer guiones y manejar la cámara tan solo con su celular; mientras que para la gente “anónima”, es una forma fácil de pasar el tiempo y de entretenerse, cumpliendo el sueño de sentir que están hablando con las personas “con las que nunca se podrá hablar”, gracias a su opción “DUO”, que se trata de hacer un dúo con otra persona ya sea bailando, respondiendo o preguntando. También es una forma muy económica de hacer publicidad, por ejemplo, los artistas están lanzando sus nuevas canciones con coreografías por medio de esta red social, haciendo que se vuelvan “pegajosas” y fáciles de reconocer.
Hacer el ridículo y brindar esparcimiento
El éxito de esta red social consta de varios factores; como primera medida, es una aplicación que permite que las personas hagan el “ridículo” sin mayores críticas, por ejemplo, una cara fea, un disfraz extravagante o simplemente un fail en el video; lo segundo es que es una red alejada del entorno en el que se vive en la cotidianidad, pues lo interesante es interactuar y seguir personas sin ningún tipo de conexión en la vida real, en otras palabras es una plataforma que se escapa de la realidad para brindar esparcimiento.
Como tercera medida, esta aplicación permite repetir frases, videos, bailes o canciones que se han puesto de moda por generaciones, por ejemplo la famosa frase “Yo hice seis semestres de Finanzas en la San Marino” de la exitosa novela Betty la Fea, o “P Sherman Calle Wallaby 4 2 Sidney” de la película animada Buscando a Nemo, entre otras; Tik Tok además permite jugar con el físico de las personas, pues es una red social que permite a la gente modificar su apariencia en la pantalla, por ejemplo si la persona no quiere mostrar el color de sus ojos, existen varios filtros para el cambio de estos, igual con el cabello, la nariz, e incluso la piel.
Por otro lado, se puede afirmar que Tik Tok es una red social en la que la mayoría del público son los denominados milennials y centennials, es decir personas nacidas entre 1980 – 1990 y entre 1997 – 2012 respectivamente, es así entonces como entre los usuarios se puede definir una “diferencia” entre los usuarios dependiendo de la generación a que pertenecen. Por un lado, están los «centennials», quienes la mayoría de sus videos son de coreografías, y por el otro los «milennials» cuyos videos son mayoritariamente de canciones o challenges, competencias virtuales, recordando la adolescencia o las series o películas de la época, por ejemplo, Camp Rock, RBD, High School Musical, entre otros.
La red social de la cuarentena
Es importante mencionar que en esta plataforma no importa si el usuario está en un paraíso tropical, en una playa o en un desierto, sino que la mayoría de grabaciones se realizan desde lugares comunes, nada alejados de la realidad como la sala de la casa, la cocina, la alcoba o incluso el baño, por eso se consolida como la red social de la cuarentena, pues al contrario de Instagram, Twitter o Facebook en la que el número de likes puede aumentar a causa de unas vacaciones y que poco a poco se convierten en pilares para la creación de una identidad propia y en las que si bien cada perfil intenta ser diferente, las prácticas se repiten constantemente en los grupos de amigos.
Ya lo explicaba Marshall McLuhan con su teoría de la “Aldea Global” en 1962, que a pesar del tiempo remite a lo que hoy sería internet, un lugar en que la comprensión espacio temporal es tan corta que se puede ver, escuchar y/o leer lo que está sucediendo “al otro lado del mundo” sin mayor esfuerzo. A diferencia de la teoría planteada por Sergio Tonkonoff en el artículo “Individuo, multitud y cambio social. Una aproximación a la teoría social de Gabriel Tarde”, las personas que siguen a los usuarios de Tik Tok, hacen parte del público, no de la multitud. Y este sería otro factor de éxito de esta red social.
El escape
Vale la pena traer a colación a Guy Debord y a su obra “La société du spectacle”, la cual da una visión general de lo que está sucediendo hoy en día, y es que para él a la humanidad le gusta hacer espectáculo y vivir del mismo. Este libro inspirado en Hegel redefine el trabajo de Marx y su fetichismo de la mercancía en la cual hace una crítica fuerte a la falta de conciencia y a la auténtica verdad de la cultura, es decir, las relaciones entre la sociedad moderna y los medios de comunicación.
Básicamente Debord explica que las sociedades han dejado de interactuar a partir de las realidades, para pasar a hacerlo como representación de estas, esto explicado desde la industria cultural, la cual según el filósofo Jürgen Habermas es convertible en mercancía. Un claro ejemplo de ello sería Tik Tok.
La necesidad de vivir del espectáculo y de evitar que los medios de comunicación invadan las cabezas con el tema del coronavirus, ha llevado a que millones de jóvenes se unan a la red social que hoy por hoy está en furor, intentando escapar de la realidad, buscando cosas nuevas para ver y hacer.
Sin embargo, por el grupo etario al cual está enfocada la red social, es fácil que no tenga la misma duración de popularidad que ha tenido Facebook o Twitter, pues, bien lo dijo el sociólogo Zygmunt Bauman, “la cultura de la modernidad líquida ya no tiene un populacho que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir”. Cuando se acabe la pandemia, si es que algún día finaliza, veremos el impacto real de Tik Tok, que hoy seduce a un mundo con tiempo libre y “desparchado”.
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