Si bien muchos países contemplan el aborto en sus legislaciones bajo ciertas circunstancias, hay cinco Estados que no lo avalan en ningún contexto, según informe de Naciones Unidas
Renata Cabrales
@RenataRelata
Es en el gobierno de Michelle Bachelet que se promulga como ley la iniciativa que permitirá abortar en caso de inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la mujer y por embarazos producto de una violación. La por entonces presidenta de Chile puso fin a 25 años de prohibiciones al promulgar la ley para despenalizar el aborto voluntario, el 14 de septiembre de 2017, bajo tres causas, una norma que ha sido fuertemente resistida por la Iglesia católica y sectores ultraconservadores del país.
Desde entonces quedan solo cinco países donde el aborto está completamente prohibido, incluso cuando la vida de la madre está en peligro. La lista se acortó entonces, luego de que el Tribunal Constitucional de Chile refrendó la legalidad del proyecto de ley que despenaliza el aborto en el país en tres circunstancias.
La lista negra
El Salvador es uno de los países más retrógrados cuando del tema del aborto se trata, pues somete a largas penas de prisión a la mujer que se someta a uno. Así fue el famoso caso de Evelyn Hernández, una estudiante salvadoreña de 18 años que tuvo un aborto espontáneo tras haber sido violada en reiteradas ocasiones.
Un tribunal de El Salvador la absolvió, en agosto de 2019 de ser acusada de homicidio agravado luego de parir a un bebé muerto. El bebé, producto de una violación, fue encontrado sin vida en la letrina donde Hernández dio a luz en 2016. La Fiscalía General del país centroamericano acusaba a la joven de homicidio agravado en la modalidad de comisión por omisión y pedía 40 años de cárcel para ella.
Antes de 1998, en El Salvador se permitía abortar cuando el embarazo era el resultado de una violación, si se trataba de un bebé con malformaciones o si la madre corría riesgo de muerte. Un nuevo código penal y la posterior reforma a la Constitución complicaron la situación de miles de mujeres salvadoreñas.
Por otro lado, se encuentran Nicaragua y República Dominicana, que son dos de los países en donde el aborto está prohibido, en cualquier caso. En julio de 2008, el Código Penal de Nicaragua fue reformado y se derogaron excepciones con las que se permitía que se practicara el aborto a mujeres y niñas cuya vida o salud peligrara con el embarazo y, en algunos casos, a sobrevivientes de violación. Desde ese entonces, el país penaliza todas las formas de aborto, una decisión que ha sido rechazada por organismos internacionales como Amnistía Internacional. Cada año aproximadamente 6.700 niñas entre las edades de 10 y 14 son víctimas de violencia sexual y 1.300 quedan embarazadas, según la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud.
Países europeos
Pero el primer mundo no se queda atrás, en cuanto vulneración de los derechos de las mujeres se trata, pues algunos países fuera de América Latina consideran ilegal el aborto, por ejemplo, Malta y Ciudad del Vaticano. En el derecho maltés, el aborto está prohibido, incluso en los casos en que la vida de la madre esté amenazada (aunque, en la práctica, existe una excepción si el feto es perjudicado durante un tratamiento esencial para la madre). Aunque este país legalizó el divorcio y el matrimonio homosexual, el debate del aborto sigue siendo un tema delicado en un estado de influencia católica.
Por su parte, el Vaticano, siendo la sede de la Iglesia católica, tampoco respalda el aborto en ningún caso. «Recemos juntos por los niños en peligro de interrupción del embarazo», dijo el papa Francisco durante una misa en la plaza de San Pedro de Ciudad del Vaticano. Como es de saber, la iglesia católica, históricamente, ha vulnerado los derechos de las mujeres.
Del mismo modo, Andorra y San Marino no permiten el aborto en ninguna circunstancia; Liechtenstein lo autoriza solo cuando la vida o la salud de la mujer está en riesgo, o cuando el embarazo es producto de una agresión sexual; Mónaco y Polonia solo cuando la vida o la salud de la mujer está en riesgo, después de una agresión sexual o cuando se ha detectado una anomalía fetal severa.
La dictadura y el aborto en Chile
El aborto estaba permitido en Chile hasta 1989, cuando el gobierno de Augusto Pinochet lo penalizó en todas sus formas. Durante 27 años las chilenas no han tenido opción a decidir sobre la interrupción voluntaria de embarazos no deseados, que, como es de saber, ponen en riesgo sus vidas, la del feto o en muchos casos, son producto de abusos sexuales.
Laura Albornoz, exministra del Servicio Nacional de la Mujer durante la presidencia de Michelle Bachelet en su primer gobierno; abogada experta en equidad de género aseguró en ese momento, que en los últimos años el país había recuperado la democracia, pero “se olvidaron de las mujeres, salvo para llevar adelante reformas que reforzarán la división sexual del trabajo y los roles tradicionalmente realizados por nosotras”.
En ese entonces, alrededor de un 70% de la población se encontraba de acuerdo en legislar al menos, en el caso de las tres causales. «Hemos debido pasar por un verdadero ‘purgatorio’, para aprobar leyes que confieran mayores derechos civiles, políticos y de autonomía personal, como en este caso, reconocer en la mujer el derecho a decidir practicarse un aborto en tres situaciones tan excepcionales», afirmó la exministra.
Congreso de Chile inicia debate
El pasado 13 de enero del año en curso, el Congreso de Chile inició la discusión sobre un proyecto de ley, presentado por diputadas de la oposición, que busca despenalizar el aborto hasta las 14 semanas.
La ciudad de Santiago fue escenario de protestas pacíficas de diferentes movimientos feministas y de mujeres que demandaron la legalización del aborto. Las protestas se concentraron en el centro de la capital chilena donde más de 200 mujeres se congregaron en inmediaciones del Palacio gubernamental de La Moneda. El movimiento se caracterizó por llevar como símbolo el típico pañuelo verde, que simboliza la resistencia feminista, primero en Argentina y ahora, en toda América Latina, que propende por exigir los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
«Aborto libre, seguro y gratuito», se leía en los pañuelos de las manifestantes quienes además realizaron la coreografía de Un violador en tu camino que popularizó mundialmente el colectivo chileno Las Tesis.
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