Caracterización de la época en que transcurrieron los primeros años de la vida de Carlos Lozano Guillén
José Ramón Llanos
Con el objeto de compartir con los lectores del semanario VOZ, la vida militante y los aportes de Carlos Lozano Guillén a la paz y convivencia en Colombia, en dos artículos se presentará este tema: Adalid de la paz en un país violento y La construcción de una ideología revolucionaria en pro de la paz, son los dos títulos del primero y segundo texto.
Para valorar el significado y los aportes de Carlos Lozano Guillén a la paz, la convivencia y el apoyo a la lucha por la democracia, la inclusión y el desarrollo económico y la defensa de la naturaleza, es necesario conocer las condiciones políticas del país cuando nació y su desarrollo hasta el momento de su muerte, Igualmente es necesario identificar los aportes del Partido Comunista en su formación realmente democrática y su compromiso con lucha por la paz.
La naturaleza del país que le tocó vivir a Carlos Lozano, en uno de sus libros lo definió así: “La historia republicana en Colombia ha sido una historia de conflictos. La violencia como partera de la historia, porque la clase dominante se ha enfrentado ella misma para dirimir sus diferencias; y el Estado dominante, burgués-terrateniente, impone sus designios en función de intereses particulares a través de la violencia contra el pueblo.”1
Además, recordemos que este país hizo tránsito del siglo XIX al siglo XX en medio de la Guerra de los mil días y la violencia todavía hace parte de la estrategia de la clase dirigente para mantener el poder explotando a la clase obrera. Como veremos a continuación toda la vida de Carlos Lozano transcurrió en medio de la guerra.
Mariano Ospina, dictadura y violencia
Tres años antes de nacer Carlos Lozano, hubo elecciones presidenciales, se enfrentaron un candidato conservador Mariano Ospina Pérez a dos candidatos liberales, partido en el Gobierno, Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán. Los resultados fueron los siguientes: Gabriel Turbay, obtuvo 438.255; Gaitán logró 356. 995, Mariano Ospina, sacó 564.561, por tanto, fue elegido presidente.
El partido conservador que había gobernado el país durante casi cincuenta años, al perder el poder en 1930, organizó una oposición radical al Gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera, contó en estas acciones con la alianza de la Iglesia católica, recordemos que un sacerdote español a fines del siglo XIX en Pasto ya había declarado que “el liberalismo es pecado”.
La iglesia desde los púlpitos difundió sermones con un lenguaje agresivo, propio de las arengas políticas, las hojitas parroquiales se convirtieron en dominicales líbelos exhortando a los católicos a defender la Iglesia católica agrediendo a los liberales y comunistas y de ser posible expulsarlos de su lugar de residencia.
El diario conservador El Siglo, en su primera plana y en los editoriales acusaba a los comunistas y a los jefes liberales de fomentadores de la violencia cuando es realidad en las regiones campesinas, en algunos enclaves conservadoras, debido a la labor proselitista de sacerdotes y monjas, eran perseguidos los comunistas y liberales. Incluso eran despojados de sus parcelas y desterrados.
Bajo el Gobierno de Mariano Ospina Pérez la violencia se extendió por todo el país, se institucionalizó la persecución al politizar la policía, la cual en las regiones rurales donde el partido liberal obtuvo mayorías, arreció el destierro y los desplazamientos de los rojos, denominación que señalaba a liberales y comunistas.
Los desmanes de la fuerza policial fueron de tal naturaleza, que los habitantes de las regiones donde los liberales obtuvieron mayoría de votos, se convirtieron en sujetos de persecución, desplazamientos y muertes. Por esas razones la opinión pública en su época y la historia calificaron a Mariano Ospina, como un dictador iniciador de la época llamada La Violencia.
La violencia se desbocó en tal forma que llevó al líder del Partido Liberal Jorge Eliécer Gaitán, a exigirle paz al Gobierno, mediante manifestación silente, donde los participantes agitaban banderas blancas en total silencio. Jorge Eliécer Gaitán fue el único orador, el cual pronunció el discurso, llamado la Oración por la paz. Intervención que terminaba así:
Bienaventurados los que no ocultan la crueldad de su corazón, los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar los sentimientos de rencor y exterminio. Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad contra los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia”.
Como es conocido, dos meses después de esta manifestación, el 9 de abril de 1948, fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán. La reacción popular y la sangrienta represión gubernamental, causó miles de muertos, la historia denominó a esos hechos El Bogotazo. Ese asesinato marcó el inicio de la más violenta época de la historia nacional, en la historia ese período es llamado La Violencia.
En 1948, es el año en que comienza de la imposición de la política norteamericana anticomunista a toda Latinoamérica.
USA impone el anticomunismo
Los Estados Unidos habían planeado aprovechar la Novena Conferencia, Panamericana, reunida en 1948, para imponer su orientación anticomunista en todo el continente, y el asesinato de Gaitán supo aprovecharlo para lograr su propósito, aunque encontró una gran resistencia de algunas delegaciones, especialmente la de Argentina.
En efecto, después del magnicidio, el presidente Ospina puso a circular la versión de que “los asesinos de Gaitán eran comunistas”.2 George Marshall, secretario de Estado de EE.UU., declaró: “El golpe que acaba de ocurrir en Colombia es manifiestamente comunista y la Novena Conferencia debe continuar porque de lo contrario quiere decir que se le da ganada a los comunistas la batalla de América Latina”.3
Posteriormente, los países latinoamericanos, encabezados por Colombia rompieron las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. En el país se recrudeció la persecución contra los comunistas y los sectores progresistas, intentaron descabezar al PCC, encarcelando a Gilberto Vieira, Filiberto Barrera, Joaquín Moreno Díaz, Víctor Merchán. Jorge Regueros y Juan Francisco Mújica. Otro hecho de singular importancia política que influyó decisivamente en la formación ideológica, intelectual y ética de Carlos Lozano Guillén fue la existencia del Partido Comunista Colombiano que, desde julio de 1930, empezó su lucha para instaurar en el país una real democracia y rescatar la soberanía nacional, como veremos en el artículo La construcción de una ideología revolucionaria en pro de la paz.
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