Adiós conmovido a un salvadoreño ejemplar

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Participantes de diálogo sobre Roque Dalton el 24 de abril de 2016 en el estudio Orlando Castellanos de Radio Habana Cuba. De izquierda a derecha Pedro Martínez Pírez, Alfredo Elías, José Alfredo Pineda Dubón y Roberto Vizcaíno

José Alfredo Pineda Dubón encarnó al hombre nuevo de Nuestra América, que nació, creció y se formó intelectualmente con las luces que iluminan el portal de la nueva humanidad

José Luis Díaz-Granados

Hasta hace menos de 24 horas recibí sus últimos correos. Desde el mismo día en que regresé a Colombia con mi familia de la redentora estancia en Cuba, mi correo palpitaba a la primera luz del día, con sus noticias certeras y su recta y cabal interpretación de los sucesos que ocurrían en todas las geografías del mundo, donde la verdad histórica, la razón inmediata y la transparencia humana brillaban por su amistad, su afecto y su necesidad de informar los hechos que los todopoderosos y asfixiantes medios de comunicación pretenden tergiversar siempre y amañar, cuando no silenciar, en favor de sus torcidas y acomodaticias conveniencias.

José Alfredo Pineda Dubón, salvadoreño, nacido en el departamento de Santa Ana, en 1938, me otorgó el privilegio de su amistad desde el mismo momento en que el destacado periodista y diplomático cubano Pedro Martínez Pírez, nos presentó durante una de las amenas e improvisadas tertulias que se llevaban a cabo en los interludios de los programas de Radio Habana Cuba en los primeros meses del siglo en que vivimos.

La siempre grata presencia de Pineda Dubón en la isla infinita nos llenaba de alegría, no solo por su solidaridad y su valerosa trayectoria vital, sino por su inconmensurable calidad humana. Además, porque era imposible no dejarse seducir por las crónicas verbales sobre su propia y riquísima experiencia personal en grandes acontecimientos de la historia de Nuestra América.

La Revolución Cubana

Pineda vivió muy joven -y muy de cerca- las dramáticas jornadas que culminaron con el derrocamiento del gobierno progresista y democrático del presidente Jacobo Árbenz Guzmán en Guatemala, fruto de la intervención cruenta ordenada por el gobierno norteamericano.

Era aún adolescente cuando ya seguía de cerca, a través de las ondas radiales, el proceso de lucha de liberación de Cuba hasta la caída de la tiranía batistiana el 1 de enero de 1959. En adelante, Pineda Dubón se convertiría en un oyente asiduo de las ondas experimentales cubanas que un 1 de mayo de 1961, luego de la victoria de Playa Girón, se transformarían en la ya legendaria Radio Habana Cuba, en donde el salvadoreño tuvo tan caros y sinceros amigos, empezando por el mismo Martínez Pírez, precursor de tantas gestas heroicas del periodismo radial de la Revolución Cubana.

Un encuentro con Fidel

El precoz educador que era en esos años sesenta José Alfredo había iniciado la batalla, junto a centenares de compañeros y contemporáneos, por las reivindicaciones sociales de su país, El Salvador, y sus ojos estaban, desde luego, fijados con júbilo, solidaridad y optimismo en el naciente proyecto político liderado por Fidel y Raúl Castro, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos.

Muy pronto, Pineda Dubón cumplió su sueño de visitar la isla de Martí. Acababan los cubanos de aplastar a los agresores en Girón y el salvadoreño vivió la emoción de esa victoria, visitando el teatro mismo de los acontecimientos. Pero fue cerca de allí, en las bocas de la Laguna del Tesoro, exactamente en el rancho Taíno de Guamá, cuando sorpresivamente tuvo un emotivo encuentro con el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Esa noche, en medio de milicianos, trabajadores, campesinos y compañeros latinoamericanos, conversó con el Jefe de la Revolución sobre diversos temas de interés común. Compartieron café y dialogaron animadamente hasta la salida del sol.

Amó a Cuba, a su Revolución, a su pueblo, a sus heroicos dirigentes y los defendió de manera incondicional desde su gabinete de trabajo donde quiera que estuviera laborando en cualquier lugar del territorio bolivariano y martiano.

El portal de la nueva humanidad

Radicado en Costa Rica con su bella familia, cuando llegaba a La Habana lo recibíamos siempre con los brazos abiertos, no sólo sus amigos de Radio Habana Cuba, sino todos los que hemos recorrido ríos, montañas y mares para también rendir tributo permanente a la verdad y a la dignidad de nuestros pueblos.

Pineda Dubón encarnó al hombre nuevo de Nuestra América, que nació, creció y se formó intelectualmente con las luces que iluminan el portal de la nueva humanidad.

Hace pocas horas, mi entrañable amigo, maestro y compañero de luchas y de letras, Pedro Martínez Pírez, me comunicó la dolorosa noticia que José Alfredo acababa de partir a la eternidad.

¡Hasta siempre, querido compañero José Alfredo Pineda Dubón!

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