Redacción DD.HH.
Han sido varias las agrupaciones sociales que han dicho, adiós a don Temis, no sin antes rechazar su vil asesinato el pasado 27 de enero cuando hombres armados le propinaron dos disparos cuando este importante líder, Temístocles Machado, ingresaba a un parqueadero de su propiedad en una vía interna de Buenaventura. No se conocen los autores intelectuales del asesinato, pero sin duda, los responsables se llevaron a uno de los más queridos líderes del paro cívico en Buenaventura y miembro ejecutivo de este.
Desde el Comité del Paro Cívico de Buenaventura, tan pronto se enteraron de los hechos, solicitaron al Gobierno y a las autoridades locales, una investigación exhaustiva y castigo para los responsables. Este reconocido líder, había recibido amenazas contra su vida, motivo por el cual se habían solicitado medidas de protección, no solo para él sino para el conjunto de líderes sociales amenazados de muerte por desarrollar una labor social en el puerto.
La oficina de las Naciones Unidas en Colombia, al conocer la noticia rechazó el homicidio del defensor de derechos humanos. “Trabajábamos con él. Nos solidarizamos con su familia y amigos, y hacemos seguimiento en terreno”. Organizaciones de derechos humanos repudiaron los hechos, así como la Defensoría del Pueblo. “Pedimos a las autoridades competentes celeridad en las investigaciones para esclarecer circunstancias de su muerte. Condolencias para sus familiares y allegados”.
Por medio de un comunicado sus compañeros del Comité del Paro Cívico, afirmaron que, más allá de ser una víctima de un reprochable hecho que deberá ser investigado y sancionado, don Temis, como le llamaban cariñosamente, “también fue víctima de un sistema judicial paquidérmico, en crisis y sin capacidad de reacción, que no pudo dar respuesta a las denuncias sobre invasión de tierra y despojo, que en múltiples ocasiones presentó ante la Fiscalía General de la Nación; que no pudo sancionar las falsedades ideológicas en documento público, cometidas por algunos directores técnicos de Vivienda, quienes, utilizando la investidura de su cargo en la alcaldía de Buenaventura, titularon a nombre de foráneos las tierras de Isla de la Paz que con tanta dedicación defendía don Temis; que no pudo otorgarle protección, como legítimo reclamante de tierras; que no pudo tomar medidas de fondo cuando Temístocles, en representación de su comunidad, ejerció a través de una acción popular la defensa de sus derechos colectivos y territoriales. En síntesis, a don Temis siempre se le vulneró su derecho a la justicia”.