
Un cuestionario online respondido por 14 mil mujeres reveló que el 70 por ciento presentó cambios en su menstruación, tras la inoculación del biológico
Alberto Acevedo
Cuando se les pregunta por el tema a las farmacéuticas, o a las empresas que conforman la cadena de distribución, niegan de plano que exista alguna relación. No habría, dicen, sustento científico alguno que infiera que la aplicación de la vacuna antiviral afecte el ciclo menstrual en las mujeres. Sin embargo, cada día es mayor el número de ellas que aseguran que sí experimentan reacciones diversas que intervienen en su menstruación después de haberse aplicado una o las dos dosis del antiviral.
Ante el número cada vez mayor de inquietudes, quejas y consultas, a principios de agosto pasado la Agencia Europea de Medicamentos, EMA, admitió que iba a indagar por las inquietudes de las mujeres en esta dirección, solicitó más informes a las agencias comercializadoras y se comprometió a monitorear al asunto.
Entre tanto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, AEMPS, se refirió al asunto en su último informe de farmacovigilancia, conocido el 20 de julio, en el que asegura que hasta ahora no encontró una relación causal entre alteraciones en la regla y las vacunas de covid-19. Pero sigue haciendo seguimientos de caso.
Parámetros de coagulación
Otra es, sin embargo, la visión que tienen investigadores de la Universidad de Granada y del Hospital Universitario San Cecilio de Granada quienes realizaron un cuestionario on line al que respondieron 14.000 mujeres, el 70 por ciento de las cuales dijeron haber presentado cambios en su menstruación tras la vacunación, consistentes en aumento del sangrado, sangrado más frecuente y retrasos en la regla, entre otros.
Hasta la fecha, el covid-19 ha afectado casi a 250 millones de personas en el mundo. La enfermedad está asociada a la facilidad del contagio, la alta tasa de mortalidad y a graves secuelas. Estadísticas recientes asocian la infección con cambios en los niveles de hormonas sexuales de la mujer y con alteraciones importantes en determinados parámetros de la coagulación.
A pesar de estos elementos, que arrojan información suficiente para preocuparse, las estadísticas hasta ahora conocidas son escasas, lo que impide inferir un conocimiento claro acerca de mecanismos y consecuencias en el trastorno menstrual. Entre otras razones, porque los estudios científicos sobre la pandemia adolecen de una perspectiva de género, es decir, una investigación diferenciada por sexo y análisis posteriores con perspectiva de género, para entender las razones de las diferencias, si es que las hay.
Que las hay, las hay
En Colombia, la situación no es diferente a la del resto del mundo. Los investigadores aseguran que no hay información sólida que demuestre que el virus o la vacuna puedan alterar el ciclo, pero gracias a reportes de pacientes, se han puesto en marcha investigaciones que esperan despejar dudas.
En una nota reciente en El Espectador, María Mónica Monsalve dice que sí hay testimonios recogidos por la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad de Mujeres, en las cuales varias pacientes dicen haber sufrido alteraciones menstruales después de la vacuna. Que se expresan en sangrado más abundante, cólicos, y en algunos pocos casos, dejó de llegarles la regla por algún tiempo.
De acuerdo a la nota de prensa, hasta septiembre se habían reportado al menos 102 casos que ameritaron consultas para saber si alteraciones menstruales experimentadas por las pacientes, se debían a la vacuna. Los médicos no tienen respuestas. Los científicos que participan en el proceso de elaboración del antiviral, tampoco. Pero los estudios están en marcha.
Compleja interacción
Se adelantan encuestas en 13 países de América Latina, coordinadas por la Escuela de Medicina de la Universidad de Ponce, en Puerto Rico, con mujeres que cumplen la condición de haber sido contagiadas por el virus o haber recibido la vacuna. Además, existen programas de investigación en la Escuela Médica de Harvard y en la Universidad Johns Hopkins, que exploran la eventual relación entre la vacuna y los cambios menstruales.
Falta comprensión sobre la fisiología de la menstruación, entre otras cosas porque la ciencia en muchos casos olvidó a la mujer en sus experimentaciones clínicas. Y además, dice la periodista colombiana en su artículo, la menstruación está regulada por una compleja interacción entre tejidos del cuerpo, células, y hormonas.
Es interesante destacar que la relación vacunas menstruación, es apenas una de las facetas que hoy en día se investigan sobre las secuelas del covid-19 en la salud de las mujeres. Otros filos de investigación apuntan a los efectos en la leche materna de las infectadas y vacunadas; la relación vacunas fertilidad; la violencia sexual durante la pandemia y las vacunas y la fertilidad, entre otros variados aspectos.
Impacto negativo de la pandemia
Por ejemplo, tanto en Colombia como en el resto del mundo, durante el confinamiento la violencia sexual no solo no disminuyó, sino que adoptó otras formas. Y aunque, por las dimensiones del asunto falta todavía información, los estudios existentes son más abundantes.
Carmen Vives Cases, catedrática de Medicina Preventiva en Salud Pública de la Universidad de Alicante, en España, dice: “durante el confinamiento la violencia sexual siguió ahí, pero adoptó otras formas”. La pandemia ha tenido un impacto negativo en el bienestar, la autonomía y la salud de las mujeres expuestas a la violencia de género, y también en aquellos menores que viven con ellas, dice la investigadora.
Quédate en casa
La peor situación se dio entre aquellas mujeres que convivían todavía con sus agresores. Los sistemas de salud que en muchos casos estaban preparados para atender contingencias de violencia de género, dejaron de hacerlo. Todas las medidas fueron para atender el covid-19. Lo demás se dejó de atender. La atención primaria y la hospitalaria se reorientaron hacia la pandemia. Los casos de violencia de género, simplemente no llegaron.
“Durante el confinamiento se pasó de una sociedad centrada en el individuo a una centrada en la enfermedad”, dice la especialista. Además, había miedo a contagiarse, y la idea de no ir, si no era algo urgente. La consigna “quédate en casa”, recomendada por los epidemiólogos, trajo más dificultades para las mujeres que para los hombres.
La violencia sexual aumentó en el entorno de la relación de pareja durante la pandemia. Ya no fue en el bar o en la discoteca. Pero también en el entorno digital. Mutaciones que justifican volver a hablar del tema.