
En entrevista con VOZ, la fotógrafa Alexa Rochi cuenta cómo fue su reincorporación a la vida civil, el papel de la fotografía en este proceso, su lectura sobre la implementación del Acuerdo de Paz y el protagonismo de las mujeres en el actual momento político
Violeta Forero
@Violeta_Forero
Tú te has convertido en un ícono de la reincorporación de excombatientes a la vida civil ¿Cómo fue el pasar del anonimato a ser una figura de un proceso de paz que pasa por momentos difíciles?
-El hecho de que me conozca tanta gente fue un tema impensable porque nunca consideré terminar en fotografía. Soy fotógrafa por accidente, porque cuando estaba en el monte lo que más hice fue ser enfermera paramédica, esperaba que en cualquier momento me tocara alistar equipo e irme a un curso de ortopedia o de rayos X. En realidad, fue un curso de propaganda el punto de partida de toda esta vaina. Hasta el sol de hoy estoy muy tranquila, como dirían ustedes las rolas, «no copeo» del tema de la popularidad, sé que me conoce mucha gente y en medio de todo creo que eso me sirve de seguridad porque ser exguerrillera y firmante del acuerdo de paz es muy complejo.
¿Por qué se vuelve tan complejo ser exguerrillera en este país?
-Pues hay varias cosas. En el país la mayor parte de las personas que le apostaron y dieron la pelea en las calles por el proceso de paz cuando se perdió el plebiscito, se entendió o se malinterpretó que la paz era el silencio los fusiles de las FARC, cosa que no pasa porque las FARC éramos parte de lo que fue como “un factor armado que le da dolores de cabeza al Estado”, pero no éramos los únicos porque está todavía el ELN.
Además, las razones políticas y sociales que obligaron a Manuel Marulanda a organizarse y conformar las FARC todavía están vigentes. La gente exige una carretera para que sus productos y lo que cosechan puedan transitar, los pelados hoy en día tienen que elegir si pagar un pasaje carísimo de transporte o desayunar, de ahí a que sea difícil ser exguerrillero en ese proceso de paz. Esa mala interpretación pensando que el silencio de los fusiles de las FARC era como la paz del país. Mucha gente vio el proceso de paz como que era una vaina allá entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, lo cual es una equivocación.
Fotograma 1: La fotógrafa
¿Cuáles fueron las razones que te impulsaron a la fotografía?
-Yo era médica. La comandante del frente al cual pertenecía había sido reportera de guerra y como que alguna vez me puse a coger lo que no era mío y a dármelas de fotógrafa con una de sus cámaras. Ella me llamó a preguntarme que si yo era fotógrafa o que si sabía de plano o eso y pues obviamente yo no sabía nada, entonces yo le dije “on y off es un lenguaje universal”, y yo seguí siendo enfermera y ella me siguió enseñando. En medio de la maraña, se sentaba a hacerme mamarrachos en un cuaderno y explicarme qué era un plano medio, qué un plano americano, qué era la velocidad y como todas esas vainas y así mismo con el video y la edición de video. En el 2015 me tocó irme al último curso de comandantes que hubo en el Bloque Oriental e hice parte de los monitores y me dieron una cámara. Me la pasé registrando medianamente lo que iba aconteciendo y ahí seguí.
Nunca pensé en llegar a Bogotá, era impensable que el proceso de paz llegara como a un “feliz término”. Llegué aquí a trabajar en las comunicaciones de un integrante del antiguo secretariado de las FARC. La idea era estar un mes en Bogotá, pero después como que mis planes cambiaron. Me puse a estudiar, me di un tiempo sabático, no quise militar en ningún partido y empecé a hacer política por medio de la fotografía y el video. Ahora disparo con una cámara.
¿Cuál crees que ha sido tu mayor victoria en la lucha desde la fotografía?
-Aprender a controlar temores. Yo siempre ando buscándole problemas a la vida, en marchas, tropeles y protestas, entonces, ha sido tratar de manejar los nervios y el miedo a la hora de un tropel. Es como en alguna época en la guerrilla cuando sonaba plomo o eras asaltado tenías que accionar tu fusil. No disparar era un gesto de vergüenza y de cobardía. Ya no tengo un fusil, tengo una cámara. Controlar esos nervios en medio del riesgo que se asume para hacer la fotografía y disparar en el momento que se debe hacer.
Fotograma 2: La dirigente política
En reciente declaración la canciller Claudia Blum, a nombre del Gobierno nacional, se lavó las manos diciendo que el problema de la implementación del acuerdo de paz está en los excombatientes ¿Cuál es tu opinión frente a esa polémica declaración? ¿Cuál puede ser tu balance hoy de la implementación del acuerdo de paz?
-La situación es muy compleja para la implementación de los acuerdos paz y quienes asumimos el reto de ponerle el pecho a esta oleada de masacres y asesinatos sistemáticos. Esa plata no es plata del Estado, es plata que han dado los países garantes, la Unión Europea y los países que creen que algún día va a existir paz en este platanal. Entonces la plata no es del Estado, pero ellos determinan a quién le desembolsan y a quién no. Basándome en los informes que ha hecho el centro del pensamiento del partido Comunes y la ONU dicen que no han implementado ni el 5%.
Hay gente que jura todavía que a la antigua guerrillerada le dan plata, hay gente que cree que lo que se está dando en proyectos productivos es dinero del Estado, y no, son recursos europeos. El Estado no es honesto cuando le rinde cuentas a la comunidad internacional sobre la implementación del Acuerdo de Paz. Son unos cínicos.

Fotograma 3: La dirigente feminista
¿Cuál es el papel de las mujeres trabajadoras, reincorporadas y excombatientes en estos momentos? Hablemos un poco de los proyectos productivos.
Yo me hice al lado de todo menos del tema de los asesinatos, porque es imposible, eso sería muy egoísta, pero la mayor parte de los proyectos productivos, revisando con estadísticas oficiales están liderados por mujeres a nivel nacional. Es un espacio muy particular primero porque venimos de un lugar donde es normal que un hombre se subordine a las orientaciones de una mujer, cosa que no sucede aquí. Creo que la formación que traíamos como guerrillerada nos ha permitido acomodarnos en algunos espacios y en el término de las personas que están al frente de los proyectos propios, eso les ha facilitado muchas cosas, por ejemplo, un proyecto súper importante del que nadie habla es «Humanicemos», que es el desminado humanitario, liderado por las compañeras Yira Castro y Marcela. Invito a que le echen un ojo a la iniciativa.
Se realizó en Honda la primera convención feminista. Además del impacto político y mediático que tuvo el evento donde tú fuiste protagonista ¿Cuáles son tus impresiones con respecto al papel que tienen las mujeres en el actual momento político del país?
-Me parece que es la primera vez que se da en la historia del país un encuentro de estos, pero lo que más me parece relevante, es que sabemos que va a ser una pelea muy difícil, además porque Colombia es un país machista, conservador y por costumbres y tradición, obedece a unas culturas patriarcales. El reto es decirle exactamente a esa sociedad patriarcal que el feminismo está creciendo. Las mujeres vamos por la conducción y la dirección de este país. El feminismo es un tema en serio, o sea que no somos las locas histéricas como quieren hacernos ver algunos medios de comunicación. Somos conscientes de la tarea.