“Ahora la tarea es reconstruir la paz”: Paul Oquist

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Paul Oquist Kelley.

Que cese la violencia, reconstruir la plena vigencia del estado de derecho y caminar contra la impunidad. Reclamar paz, justicia y reparación, por el enorme daño que han hecho al país

Alberto Acevedo

Presentamos a nuestros lectores la segunda y última parte de la entrevista con el doctor Paul Oquist Kelley, Ministro Secretario Privado para políticas nacionales, de la presidencia de la República, en Nicaragua.

–¿Cómo fue posible  que una protesta originada en una reforma pensional, termine siendo un movimiento que reclama la salida de Daniel Ortega del poder?

–Porque lo del seguro social fue el pretexto. Ellos estaban tratando de lanzar este golpe desde hace un tiempo. Estaban buscando la entrada. Disponían de una red de ONG financiadas con unos cuatro millones de dólares, por los aparatos de mampara del Departamento de Estado, estaban con un programa preparando cuadros de la juventud para dar un golpe suave.

Primero lo intentaron buscando movilizar a los campesinos en contra de la ruta del canal, con algún éxito. Cuando hay grandes proyectos, la gente se pone nerviosa, no se sabe si van a ser compensados justamente, si los programas de reubicación van a ser beneficiosos. Entonces  es fácil movilizar a la gente para que la obra no se haga, para no complicar su vida, cuando en realidad la obra se hace para beneficiar a la gente.

Hubo algunos tranques (bloqueos) en la carretera, quemaron un camión cisterna, pero eso no fue muy significativo. La protesta estuvo reducida a una zona, entonces no les resultó.

Lo del seguro fue un cuento

Después trataron de hacer manifestaciones por un incendio forestal y quisieron echarle la culpa al gobierno, que el gobierno no había reaccionado a tiempo, no había aceptado el apoyo de Costa Rica que había enviado unos camiones a la frontera. Eso tampoco pegó.

Lo del seguro social es un cuento diferente. Ese sí es un tema caliente. Nos dijo Guterres, el secretario general de las Naciones Unidas, que cuando fue primer ministro de Portugal, él se dio cuenta que no hay nada más explosivo que tocar las pensiones de la gente.

Y yo diría autocríticamente que  no se preparó bien a la opinión pública para esa reforma, no se movilizó a la gente en torno a esa reforma como debió haberse hecho, no se explicó bien, y resultó tener una capacidad movilizadora bastante fuerte. Nos dijeron: a los pobres jubilados les van a recortar un cinco por ciento de su presupuesto. Eso era para usar ese dinero en incluirlos en el programa de medicinas del Seguro Social, que es bastante bueno, que incluye medicamentos.

El movimiento se propaga a todas las ciudades, el presidente Ortega rescinde la reforma, y no pasa nada. ¿Por qué no pasa nada? Y ahí vamos al grano de su pregunta,  porque eso no era el objetivo, el tema del seguro social era el pretexto que funcionó, después de otros que no funcionaron. La misma gente tratando de montar el golpe.

Noticias falsas

–Aquí nos llegan informaciones de más de doscientos muertos en Nicaragua en estas protestas…

–Allá hablan hasta de 400 muertos. El primer día de protestas informaron de un muerto, y en realidad no hubo muertos. El segundo día sí hubo algunos muertos. Pero han metido todos los muertos que hay en Nicaragua: los que provoca la delincuencia común, todo lo que aparece en la morgue se lo achacan al gobierno. Incluso aparecen personas muertas en California y algunos de ellos declararon que todavía no han muerto, que no hagan anuncios prematuros.

Esas cifras son parte de la guerra, del conflicto. Pero hay una cosa de fondo. Organismos de derechos humanos han sido instrumentados como armas del golpismo. No tenemos organismos neutrales, objetivos, de derechos humanos. Son parte del conflicto, del golpismo, todo el mundo sabe en Nicaragua de su posición política. Entonces la prensa internacional toma la noticia de esa fuente y publican acríticamente, sin investigar nada, las agencias propagan esos informes.

–Ante los fracasos de la oposición, hay quienes manifiestan que ahora el escenario de la contrarrevolución está afuera, en manos de la reacción internacional. ¿Qué piensa al respecto?

–Han perdido mucha fuerza internamente. Han acudido entonces al escenario de la OEA. Están los grupos anticubanos en Miami. Hay expectativa por los sectores que vayan a triunfar en las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Pero no es monolítico el gobierno norteamericano. El comité de Relaciones Exteriores del Senado no está de acuerdo con el golpe de Estado en Nicaragua, está por el diálogo. Y propuso a la oposición el diálogo, pero no lo hicieron, perdieron en la calle y perdieron la oportunidad de diálogo. Pero van a tener que negociar.

El Vaticano está por el diálogo

–¿La iglesia católica en Nicaragua, es antisandinista?

–Está dividida. Nicaragua está polarizada, el sandinismo es la fuerza mayoritaria, es la fuerza más grande, pero existe este otro movimiento de la oposición también. Los dos son realidades. Y en la iglesia de Nicaragua hay división, lo que está claro es que el santo padre y el Vaticano están a favor contundentemente del diálogo, contra una salida violenta. Porque ven que una confrontación va a perpetuar la violencia en Nicaragua. Esa es la posición del Vaticano. Si no me equivoco, la iglesia es una organización jerárquica y eso debería pesar también en las políticas eclesiales en Nicaragua, pero hay obispos que son claramente líderes del golpismo.

–Hacia el futuro, ¿Cuáles son las tareas de la revolución sandinista?

–Que cese la violencia, reconstruir la plena vigencia del estado de derecho y caminar contra la impunidad, que sigue existiendo. Reclamar paz, justicia y reparación, por el enorme daño que han hecho al país. El pueblo está reclamando paz y justicia y reparación por todo esto. Imagínese, 252 edificios destruidos, 209 kilómetros de calles y carreteras a las que destruyeron para los trancones, 278 equipos de trabajo, camiones, tractores destruidos, 369 vehículos destruidos, principalmente del Estado.

¿Quiénes son los autores intelectuales de estos actos delictivos? Hay responsables de esas atrocidades. 250 millones de dólares es el costo de la destrucción del sector público, 231 millones en pérdidas en turismo y 525 millones en pérdidas en transporte, no solo en Nicaragua sino en Centroamérica, porque se bloqueó todo el comercio, desde Nicaragua hasta Costa Rica, cuando tenemos una integración económica centroamericana. Hay más de 400 furgones retenidos en Nicaragua por las barricadas.

Yo creo que es necesario detener la violencia, reconstruir confianza mutua entre las partes, construir la paz y empezar un proceso de consolidación para reconstruir la economía, salvar lo que se pueda, por ejemplo el turismo y buscar nuevas estrategias. Hay 120 mil personas desempleadas en la calle por estos motines. Hoteles y restaurantes cerraron, la gente que vendía cosas a los turistas, porque no hubo movimiento comercial. Los campesinos perdieron sus cosechas. Hay que buscar apoyar a esa gente perjudicada.