¡Al fascismo no se le discute, se le destruye!

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Primera Línea es ya un símbolo de resistencia del pueblo chileno.

 “Y si yo muero, en el combate,

oh Bella ciao, Bella ciao,

Bella ciao, ciao, ciao,

y si yo muero, en el combate,

toma en tus manos mi fusil…”

Alberto Acevedo

A lo largo de casi seis meses de resistencia y levantamiento social de los chilenos contra la política neoliberal del gobierno de Sebastián Piñera, la Policía de Carabineros, un escuadrón criminal de choque, similar al Esmad de Colombia, ha reprimido con máxima ferocidad la protesta social, criminalizándola, y a menudo tildando de “terroristas” a los manifestantes, calificativo que suele utilizarse preferencialmente contra el movimiento estudiantil, que ha jugado un  papel de vanguardia en la protesta.

Las cifras de la represión son contundentes: casi tres mil presos políticos permanecen hoy en las cárceles del régimen. Han sido asesinados en los choques callejeros 43 manifestantes y alrededor de 445 más sufrieron pérdida de uno o de ambos ojos, porque los carabineros, respondiendo a la tradición fascista de la dictadura pinochetista, han inaugurado la práctica de disparar balines a la cara de los muchachos, con la intención perversa de dejarlos ciegos.

En medio de los choques callejeros con la fuerza pública, los manifestantes, que en general son creativos, constituyeron una fuerza de choque, para proteger al resto de manifestantes, que inicialmente se denominó ‘Primera Línea’, y algunos ahora llaman ‘Primera Línea de la Revolución’.

Valor y abnegación

Son en su mayoría jóvenes, de las universidades, de colegios de secundaria u obreros de barrios populares, que se armaron de piedras, escudos, gafas protectoras, y avanzan delante de los manifestantes y son los primeros en contener la avanzada del cuerpo de carabineros.

En la medida en que enriquecen su experiencia diaria, enfrentando a una fuerza infinitamente superior, aumentan su creatividad y beligerancia. De entre las armas que disponen, y que mejoran con el tiempo, la más efectiva es su valor personal, su audacia, su entrega y amor por la lucha popular. “Sin la Primera Línea, no habría manifestaciones”, dice la cineasta, directora y docente universitaria Nicole Senerman, quien con su cámara al hombro incursionó al lado de los combatientes, en la Primera Línea.

El primer grupo se alineó alrededor de las manifestaciones que en Santiago se hacían en inmediaciones de la Plaza Dignidad, epicentro de grandes movilizaciones. La experiencia se fue extendiendo a otras ciudades. Hoy por hoy, un bastión de Primera Línea se agrupa en Antofagasta, donde hace unas pocas semanas libraron un combate con Carabineros y los mantuvieron a raya durante varias horas.

Contra el coronavirus

Hay quienes califican a Primera Línea como lo más preciado de la lucha del pueblo chileno. En tiempos de pandemia, la Primera Línea se echó al hombro la necesidad de solidarizarse realmente con los cuidados necesarios para que la población venza el virus, para después seguir luchando en las calles contra la dictadura de Piñera. Una noticia reciente indica que los muchachos de Primera Línea fabrican tapabocas que entregan gratuitamente a un hospital.

Refiriéndose a los niveles de confrontación callejera en Chile, anteriores al confinamiento por el coronavirus, la cineasta Senerman dijo: “Cuando tú estás frente a un  grupo muy poderoso, malo y peligroso, como es el poder del gobierno y del Estado, cuando has tratado tanto tiempo de dialogar y nunca se te ha escuchado y cuando no tienes armas, la única arma que tienes es tu cuerpo, es tu fuerza, es como decirles: ‘nosotros somos iguales de peligrosos que ustedes y si estamos todos juntos, somos tan peligrosos que podemos destruir sus construcciones igual que ustedes han destruido nuestras posibilidades de construirnos”.

Un Primera Línea hizo pública una carta, que ha tenido amplia difusión, donde manifiesta las razones de su lucha. El grupo, dice, “ha demostrado un heroísmo casi sin límites en los combates callejeros. En cada ciudad miles y miles de muchachos engrosan las filas de este improvisado ejército del pueblo.

Cada alma en lucha

“El gobierno del dictador anunció que se doblará la represión en las calles y se aprobaron leyes ultra represivas contra los manifestantes. Esto obliga a preparar la autodefensa en cada barrio, en cada esquina, en cada universidad. En cada uno de estos espacios sociales se organizan comités de defensa frente a la represión del cuerpo de carabineros.

El colectivo Primera Línea lanzó en los últimos días un Manifiesto, en el que puntualiza su agenda venidera: “El estallido ha parido personas y perfiles que no existían, personas que han encontrado en sí mismxs algo que no sabían que germinaba en su interior y que clama palpitante por salir, como la esencia del lobo atrapada en la piel del perro…la valentía, rabia y hambre de justicia rasgando nuestros poros. Cabros, cabras… pueblo, esta realidad forjada a puro sudor y sangre es poética, y por lo tanto cinematográfica, una película que lxs cámara(das) estamos viendo sin tener que ir a una sala de cine, la vivimos no solo desde el lente sino desde nuestros pulmones, nuestra carne y huesos fracturados por los que también nos han disparado, pero sobre todo, desde nuestro corazón que late al mismo ritmo de cada alma en lucha.

No vamos a parar

“Tras años de registro de organizaciones resistiendo en conflictos sociales, la esperanza se metió en nuestras retinas evadiendo el pesimismo de la rutina; de un momento a otro no se trató de algo efímero como un mero estallido, sino que pasó a ser una revuelta que si bien desde hoy no llenará las calles como lo ha hecho durante estos cinco meses que se quedará dentro de cada persona que comprendió… comprende que la яabia se organiza a diario, colectivamente, pero de adentro pa’afuera.

No vamos a parar, vamos hacer de nuestros saberes específicos una inteligencia colectiva, porque somos el mar de gente que volverá a rebalsar las calles desde el cerro al mar, vestidxs de valentía y desnudos de miedo contra las armas represivas armadas y blindadas a costa del saqueo político-empresarial durante más de 46 años.

Ésta cuarentena nos pone a prueba… para saber si realmente despertamos o sólo hemos sido sonámbulos. Esto no es un adiós, solamente es un hasta pronto.

“Que no se repita el baño de sangre de 1973 que acabó con el sueño socialista de Salvador Allende. Hay que defender el legítimo derecho a la protesta. ¡Al fascismo no se le discute, se les destruye!”.

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