Al matadero

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Hernán Camacho
@camachohernan

El médico Heandel Rentería Córdoba falleció el miércoles 24 de junio en Medellín después de contagiarse de covid-19 en el hospital San Francisco de Asís de Quibdó, Chocó. Le adeudaban siete meses de salario. El hospital es objeto de intervención por la Superintendencia de Salud, en manos uribistas, que dejó a los médicos sin bioseguridad y al departamento sin una UCI.

Los 162 decretos con fuerza de ley que dictó Duque en el marco de la emergencia sanitaria ya tienen efectos. Somos el país número 21 del mundo en fallecidos y el octavo con mayor crecimiento de contagios diarios. Por las inadecuadas y tardías medidas gubernamentales, en agosto vamos a superar los 100 muertos diarios.

El día que murió Rentería, el presidente Iván Duque hacia ¡otro anuncio! Extendía el programa Ingreso Seguro, según los propagandistas del régimen, un auxilio monetario para “cuatro millones de familias”, o sea, para qué renta básica, si con 60 mil pesos es suficiente. Aunque se pregunten en barrios populares con trapos rojos: ¿dónde está esa plata?

Desde diciembre de 2019 se debía fortalecer el sistema de salud pública. Ya se conocían los efectos de la pandemia en China y Europa. Pero aquí los dueños de las EPS vieron en la pandemia un botín extraordinario. De los siete billones de pesos anunciados para los hospitales y las EPS, se ha girado el 10%. Adres, la “fiduciaria” pública encargada de administrar los recursos no tiene cómo vigilar si se compran UCI, respiradores o si usan el dinero para llenar la nevera y las cuentas privadas de sus dueños. Y son las EPS las que ordenan cuándo y cuánto les pueden girar.

Los gremios ven otra realidad y la prensa así la vende. Eufemísticamente dejaron de hablar de los fallecidos por contagio y ahora hacen énfasis en el número de recuperados, construyendo un discurso falso, haciendo creer que la recuperación de los contagiados es la cura contra el virus. Para completar, la bancada uribista hundió el proyecto de ley de renta básica para favorecer a nueve millones de familias con un salario mínimo. No se supo en la prensa ni de la iniciativa, ni de su hundimiento.

Insulsos, vacíos de contenido e incoherentes avisos parroquiales hace el presidente todos los días en la televisión nacional. Duque actúa como el hincha de fútbol cuyo equipo está siendo goleado, va para el descenso, pero solo él se cree la mentira que serán campeones esa temporada. Vamos perdiendo por 3.200 vidas. La semana pasada en ese espacio vespertino celebraba las ventas de las grandes superficies como el Éxito, Alkosto, Olímpica, en el día sin IVA, pero con covid. Otro autogol. Eso sí, supimos que a la vicepresidenta le encantaron las aspiradoras.

A la rancia oligarquía, uribista o no, poco importa la vida de los médicos, nada le interesa la salud del pueblo, para ellos primero son sus privilegios, cueste lo que cueste, y así les duela a 19 millones de personas sin ingreso, sin empleo y sin saber cómo van a llegar a fin de mes. Peor que el covid, es que el uribismo maneje la pandemia. Ellos son un peligro para el país, nos llevan al matadero.

Esta columna es en memoria del doctor Rentería, héroe de bata blanca y piel negra; no violaba niños como los militares, salvaba vidas.

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