Alerta mundial por el agua

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Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, sufre la mayor sequía de su historia, que amenaza a sus cerca de cuatro millones de habitantes. Está previsto que el 4 de junio próximo se cierren todos sus grifos.

El factor estructurante de la crisis es eminentemente político y económico, y cambios de fondo no hay más allá de las grandes cumbres de cambio climático y compromisos que son declaraciones de buenas intenciones

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino 

No solo Ciudad del Cabo en Sudáfrica sino 10 ciudades más en el mundo podrían quedarse sin agua potable, han advertido expertos quienes explican el fenómeno por una combinación de factores. Entre la lista hay dos latinoamericanas: Ciudad de México y Sao Paolo.

VOZ habló con el ingeniero civil Sergio Salazar, doctorado en Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia, España, quien explicó otras razones como causantes de las crisis y advirtió sobre la problemática en Colombia.

Falta planificación

–Hay 11 ciudades en el mundo próximas a quedarse sin agua y explican el fenómeno diciendo que es por el cambio climático, la sobrepoblación y la contaminación. ¿Conoce algún otro factor que determine eso?

–Las crisis por el agua como las de Ciudad del Cabo, Sao Paulo y Ciudad de México entre otras, son el reflejo de la inadecuada o ausente planificación territorial que permitiese tener asegurada la cobertura de las necesidades básicas de la población a lo largo del tiempo, considerando su crecimiento exponencial. Esto junto a una inadecuada ocupación del territorio, la presión que sobre los recursos hemos ejercido, y en particular del agua, en los dos últimos siglos principalmente son los responsables de los conflictos que cada vez son mayores en torno al agua, sea por exceso, como las inundaciones, o por escasez, como las sequías.

–¿Por qué ahora es más evidente la escasez de agua?

–Se ha venido intensificando a nivel mundial porque se están conjugando períodos más largos de ausencia de lluvia con crecimientos poblacionales concentrados, muchas veces en áreas en las que naturalmente no hay gran disponibilidad de este líquido. El ejemplo de la gran cuenca de los ríos Magdalena y Cauca es evidente: allí se concentra más del 70% de la población colombiana, se presenta gran parte de la producción agrícola, industrial y de desarrollo de actividades comerciales y de servicios con perspectivas de seguir creciendo. En la actualidad ya hay varias áreas de esta gran cuenca en las que las demandas antrópicas empiezan a ser mayores que el agua disponible.

El fondo

–¿Hay factores políticos y económicos que sean más determinantes para esa escasez? Cuáles?

–De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la escasez de agua ya afecta a cuatro de cada 10 personas en el mundo. La misma entidad junto con la Unicef han reportado que alrededor de 2,1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. Las cifras son contundentes. Estamos viviendo las consecuencias de un sistema económico que se planteó crecer sin los límites naturales de los recursos existentes en el planeta, entre ellos el agua, y las decisiones políticas han estado sometidas a esa visión.

En tal sentido, el factor estructurante de esta crisis es eminentemente político y económico, y cambios de fondo no parecen estarse dando más allá de las grandes cumbres mundiales de cambio climático y los compromisos que se derivan, muchos de ellos no más allá de una buena declaración de intenciones. El denominado calentamiento global es inducido por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, por las actividades realizadas desde inicios de la denominada revolución industrial a la actualidad. Tales gases están produciendo un incremento gradual pero sostenido de las temperaturas, lo cual genera un desequilibrio en el balance energético en el planeta alterando ciclos como el del agua. A pesar de estas cumbres, las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando prometiendo un futuro más incierto frente a nuestra viabilidad en el planeta.

Sergio Salazar.

–¿La situación es como se plantea en la prensa o se ocultan cosas? ¿Hay algo más grave?

–A principios de la presente década unos 1.900 millones de personas, el 27% de la población mundial, vivían en áreas con potencial escasez severa de agua y en 2050 esto podría aumentar hasta alcanzar entre 2.700 y 3.200 millones. Sin embargo, en la actualidad ya hay por lo menos 3.600 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, que viven en áreas con escasez de agua por lo menos un mes por año, y esto podría alcanzar de 4.800 a 5.700 millones para el 2050.

No se puede seguir cimentando la existencia en este planeta en bases de un sistema económico que genera riqueza para pocos y pobreza para muchos y que está generando nuestra propia autodestrucción. Estamos frente a una nueva extinción masiva de especies, desde la última de los dinosaurios, como ya lo reportan estudios científicos serios que reflejan que las especies están desapareciendo hasta 100 veces más rápido de lo normal, y es más acusado en regiones tropicales como la nuestra.

A defender el agua

–¿Qué se puede hacer en el ámbito ciudadano y estatal para evitar que en ciudades colombianas se llegue a una crisis similar?

–Colombia, como a nivel mundial, necesita repensar su modelo desarrollo económico. No puede seguirse cimentando en un crecimiento de las urbes sin su adecuada planificación, en un aumento indiscriminado de la tala de bosques para aumento de monocultivos o ganadería y en el extractivismo. Las decisiones políticas han ido en esa dirección por acción o por omisión. Por ello el reto es estructural, y allí los ciudadanos podemos contribuir a producir esos cambios estructurales desde un cambio en la visión del Estado hasta nuestras propias prácticas cotidianas como por ejemplo al consumo o la movilidad.

Sin embargo, también se debe mencionar que hay avances tanto desde el punto de vista del incremento en la conciencia ciudadana en la importancia del agua, como ha sido la defensa de los páramos y humedales o la gran cantidad de consultas populares que pusieron por encima derechos colectivos como el agua o el ambiente sobre otros privados como la minería o los hidrocarburos, así como una política pública orientada en una gestión integral del recurso hídrico.

Recientes investigaciones muestran que los posibles efectos de la materialización del calentamiento global en Colombia traerían consecuencias graves como la desaparición de páramos y nevados, el aumento de áreas secas hacia la desertización, la reducción de áreas viables para la agricultura, el incremento de déficit de agua en la Costa Caribe, el Valle del Río Magdalena y la Orinoquia. Si no nos anticipamos a ello, tendremos conflictos territoriales intensos asociados al aprovechamiento del agua por los diferentes intereses humanos.