La máxima representante del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, gloria de la danza universal, se ha ido dejando un enorme vacío, pero también un insuperable legado
Madeleine Sautié – Granma Cuba
Como grandes espacios desiertos –lo mismo una escena desolada que un pecho ahuecado por la pérdida– se nos antoja el ánimo con el adiós definitivo que nos diera ayer la Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba, nuestra Alicia Alonso, gloria de la danza universal, quien pusiera desde siempre, tan alto como las palmas, el nombre de su patria.
«Alicia Alonso se ha ido y nos deja un enorme vacío, pero también un insuperable legado. Ella situó a Cuba en el altar de lo mejor de la danza mundial. Gracias, Alicia, por tu obra inmortal. Somos Cuba», comentó en su cuenta de Twitter Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba, como lo hicieran también otras personalidades del orbe, consternadas por la despedida de Alicia.
De esta cubana, que en su iluminada existencia asumió la postura política que señala el lado del bien y la justicia, y fue, entre muchas otras misiones, Presidenta y Miembro del Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en 1961; Miembro del Consejo Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas; Miembro del Consejo Mundial de la Paz y Miembro de Honor, del Consejo Internacional de la Danza, Unesco, mucho se hablará en los siglos venideros, porque la integridad de su obra y su conducta constituyen derroteros que tendrán necesariamente que seguir los artistas y los hombres, si se pretende construir un mejor mundo. Ella, eternamente en vela, danzará por el porvenir.
Tu mérito es muy grande
Por su sensibilidad y valioso mensaje, Granma reproduce la carta que Fidel le enviara a Alicia Alonso el 16 de octubre de 2008.
Querida Alicia:
Recibí tu hermosa carta. No te imaginas cuánto admiro tu capacidad de preservar y dominar la inteligencia privilegiada que te acompaña. Nunca olvido lo que me contaste un día sobre el oído que te permite seguir el ballet, con los ojos cerrados, por las leves pisadas de las zapatillas. Tu mérito es muy grande. Alcanzaste los más altos laureles del mundo antes del triunfo de la Revolución. Solo excepcionalmente alguien puede realizar esa proeza. Hoy el ballet y otras muchas actividades del arte y la cultura se han masificado. Aquella fue como la mano de seda que despertó el genio dormido en el fondo del alma de nuestro pueblo.
¡Gloria imperecedera al 60 Aniversario del Ballet Nacional de Cuba!
Fidel Castro Ruz.