Lenin jamás hubiese tratado el amor de manera tan absurda, como se lo presenta en las frases transcritas en este artículo

Hernán Ortiz Rivas
Circula en el mercado del libro, una torpe impostura a la célebre conferencia de Lenin, titulada: Acerca del Estado, hecha por el gran líder revolucionario del mundo entero, en la Universidad de Sverdlov, el 11 de julio de 1919, al poco tiempo del triunfo de la revolución socialista Soviética (Obras Escogidas, tomo X, Ed. Progreso, Moscú, 1997). El autor del cerril infundio es un tal Gabriel Mejía Abad, editor anónimo de Cain Press, nombre mercantil que evoca el asesinato de Abel, por su hermano, ambos hijos de Eva y Adán (Biblia, Génesis, cap. 42). El citado Mejía Abad, en papel adhesivo al folleto, rotulado: “V. I. Lenin. Sobre el amor”, dijo que había comprado el “librito” de Lenin, el del Estado, en edición china, y resolvió cambiar en todo el texto, la palabra Estado, por amor, logrando con su falacia, un buen negocio económico, porque hasta el momento de la presente nota, van tres ediciones del embuste, carentes de todo valor cultural, explicable su cantidad porque lleva como autor al gran Lenin.
Mejía Abad
Con repudio leímos todo el grotesco bulo de Mejía Abad, alertados por el inútil cambio precisado, el cual, puede ocasionar desconcierto a las personas que desconocen los escritos de Lenin, debido a muchas frases insensatas contenidas, en el texto falseado, como algunas que citamos enseguida: “No siempre existió el amor. Este aparece en el lugar y momento en que surge la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados”, pág. 14. “El amor es una máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el sometimiento a una clase de las otras subordinadas”, pág. 25. “El amor no es libre, mientras exista la propiedad privada, no es más una máquina en manos de los capitalistas para reprimir a los obreros”, págs. 35-36. De la simple lectura de estas frases, tomadas al azar, cabe deducir la grave deformación del pensamiento leninista en general, máxime cuando se lo relaciona con el amor, nunca tratado en la conferencia mencionada de 1919, en tiempo de plena construcción del socialismo soviético.
Lenin jamás hubiese tratado el amor de manera tan absurda, como se lo presenta en las frases transcritas, sin que podamos ahora averiguar cual fue su concepto sobre ésta relación de mucha altura social e individual, muy ligada a la comunidad humana, con sus clases sin que ellas sean el componente esencial del amor, pero tales clases tienen su papel significativo en la unión sentimental.
No entendemos el motivo que llevó al palurdo Mejía Abad, para hacer la alteración cuestionada, a la cual, a primera vista no se le encuentra un sustento político, sino una burda torpeza; sin embargo, al desprestigiar a una gran figura mundial, como es el caso de Lenin, atribuyéndole palabras disparatadas no sólo se ataca su personalidad histórica, sino también la teoría leninista, vale decir, hay una finalidad política, en el disparate, que de pronto el zafio autor del pastiche no alcanzó a evaluar. En todo caso, nos parece oportuno hacer esta nota, para desmentir la tergiversación de la conferencia de Lenin sobre el Estado, que es una profunda síntesis, en torno a un tema complejo y amplio de la sociedad humana.