América Latina: fuga de capitales y pobreza

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Familia argentina desahuciada.

El Instituto de Finanzas Internacional considera que la economía continental caerá 2,7 por ciento frente a los pronósticos que se conocían hace cinco meses

José Ramón Llanos

El coronavirus, la caída del precio del petróleo y la subsecuente caída de las bolsas de todo el mundo, han causado la deplorable situación social económica que vive América Latina. Ni siquiera la década perdida que condujo a la situación de impagabilidad de la deuda externa de América Latina produjo una incertidumbre como la de hoy

El Covid-19, y la caída de los precios del petróleo han causado una incertidumbre de tal tipo que el capital extranjero ha huido, en tal forma que ya salieron ochenta y tres mil millones de dólares del continente.  Brasil el país más grande ha sufrido la fuga mayor, doce mil millones de dólares. Simultáneamente, con esta pérdida ha sido afectado por la caída de los precios de la soya, en el momento en que obtiene la mayor cosecha del mundo, debido a la reducción del crecimiento económico de China el mayor comprador de este producto

Un factor político ha influido también en la pérdida de confianza de los inversionistas, las decisiones erráticas y contradictorias del presidente Jair Bolsonaro quien, por una decisión autoritaria sobre la valoración de la necesidad de la cuarentena, entró en contradicción con los gobernantes regionales, lo que a su vez le restó influencia sobre el estamento militar, sostén fundamental de su gobierno.

Esta fuga de capitales que afecta las principales economías de la región, excepto Chile, sumado a la propagación de Covid-19 ha creado tal incertidumbre y tiene un efecto sobre el nivel del desempleo, que la Cepal considera que va a haber un incremento de la pobreza extrema del orden de veintidós millones de personas. Este impacto será de tal envergadura, que un escenario optimista el 5,7 por ciento de la población, o en un escenario pesimista sería del 11,9 por ciento será afectada.

El impacto sobre el crecimiento

El Instituto de Finanzas Internacional considera que la economía continental caerá 2,7 por ciento frente a los pronósticos que se conocían desde hace cinco meses de una expansión de 1,2. Las cinco principales economías regionales serán afectadas así: Argentina decrecerá 3,1 por ciento, Chile menos 2,3, Colombia cuyo pronóstico gubernamental era de un crecimiento entre 3,5 o 3,7, decrecerá a 0,4 por ciento, México menos 2,8% y Brasil menos 1,8 por ciento

La cuarentena y el cierre de los países a la comunicación aérea han afectado gravemente a las principales aerolíneas de la región, y la brusca caída de los precios del petróleo tiene al borde del colapso a las petroleras regionales. Chile sufre las consecuencias de la caída del precio del cobre que representa el 50 por ciento del total de sus exportaciones. Como se ve es un panorama nada halagüeño.

Argentina padece las secuelas del macrismo

El incumplimiento del pago de la deuda externa, el incremento de la pobreza y las dificultades para afrontar el Covid-19, son las secuelas del macrismo.

Es útil destacar algunos datos de la geografía argentina, para comprender la actual situación económica social del país austral. El país tiene una superficie de 2.780.400 kilómetros cuadrados y una población de 45 millones de habitantes. A este país le dejó el expresidente Macri una deuda de 311.000 millones de dólares, cada argentino debe aproximadamente unos 8.492 euros. La deuda representa el 90 por ciento del Producto Interno Bruto, PIB.

El presidente Alberto Fernández debería pagar 9.800 millones de dólares, correspondientes a pagos vencidos el año pasado. Dada la emergencia de la pandemia del coronavirus y sus efectos degradantes sobre la economía del país, el Gobierno le planteó al Fondo Monetario Internacional, FMI, la necesidad de que le apoyara para tratar de conseguir una rebaja de la deuda y una reprogramación del pago de su deuda. Se debe manifestar que la deuda de Argentina con este organismo es de 44.000 millones de dólares.

Aprovechando la situación calamitosa a nivel mundial y una especie de actitud realista del capital financiero, el ministro de Economía, Martín Guzmán, ha anunciado la decisión de aplazar para el año próximo los dineros que debe pagar este año.

La responsabilidad del FMI

El Fondo Monetario Internacional es altamente culpable del alto endeudamiento de Argentina, para crear condiciones electoralmente favorables para Mauricio Macri. En su condición de candidato a la reelección a la presidencia de la República, le concedió un crédito rescate de 56.000 millones de dólares. Mauricio Macri ejecutó una política favorable a los especuladores y al capital financiero y por tanto la banca privada se enriqueció y el Banco Central tuvo escases de reservas y por tanto no tuvo como evitar la devaluación de la moneda nacional.

Otra consecuencia de la pésima política económica de Macri fue una inflación del 56 por ciento, y el incremento de la pobreza y la indigencia

La actual directora del FMI adoptó una posición favorable a la petición argentina de lograr una rebaja de la deuda con los acreedores extranjeros, ella considera que para estabilizar financieramente al país se requiere  una rebaja de la deuda de un mínimo de 55.000 y 85.000 millones de dólares, vista la cifra parece difícil pero si se tiene en cuenta que en los mercados internacionales los bonos argentinos se están negociando hasta por el 30 por ciento de su valor nominal, la propuesta parece factible.

La situación social

La precaria situación financiera se refleja en el estado deplorable en que vive la población argentina, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Indec, los índices de pobreza e indigencia se incrementaron, ya que de 34 por ciento y 4 por ciento de fines del año 2019, este año pasaron a 37,9 y 8,4 por ciento. Se entiende mejor lo que significa ser pobre en el país de Maradona, al leer estos datos; el costo de la canasta básica es de 36.575 pesos y los ingresos de los hogares pobres son apenas 22.023 pesos. Ni hablar de los ingresos de los indigentes. La herencia de Mauricio Macri: 17 millones de pobres y 3, 8 millones de indigentes. Amén de la impagable deuda externa.

Para colmo de males, aparte del Covid-19, se derrumbaron el precio del petróleo y los productos agrícolas de exportación. Estas circunstancias no son tenidas en cuenta por el capital financiero y los propietarios de los bancos no están aplicando las determinaciones gubernamentales sobre la reducción de la tasa de interés y la necesidad de flexibilizar las condiciones de cobro de los créditos, el 34 por ciento de las pymes no han podido conseguir que atiendan los bancos sus peticiones, según informa el diario Página 12.

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