“Amo la bicicleta, me encanta estar sobre ella”

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Miryam se convierte en la primera ecuatoriana en ganar la Vuelta Colombia. Sus connacionales Richard Carapaz y Jonathan Caicedo también la ganaron en las versiones masculinas.

Para la ecuatoriana Miryam Núñez haber ganado la Vuelta a Colombia 2020 se convirtió en uno de sus principales logros profesionales, por el alto nivel de las pedalistas nacionales

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino

“Debo mencionar que este es un vuelo especial. Como Latam Airlines queremos dar la bienvenida a la flamante campeona de la Vuelta Femenina a Colombia, Miryam Núñez, quien está viajando con nosotros, trayendo la gran alegría que deja a nuestro país en lo más alto. Muchísimas gracias Miryam por llenarnos de ánimos, orgullos y sonrisas a todos los ecuatorianos”, dijo el capitán del vuelo XL1366 de esta compañía, el pasado 14 de noviembre en su aterrizaje en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, Ecuador.

La pedalista se puso de pie, saludó a los pasajeros levantando su mano derecha mientras era aplaudida. Y no era para menos, retornaba a su país con otro trofeo internacional en su palmarés. El avión carreteaba bajo un arco de agua hecho por dos carros de bomberos estacionados a lado y lado de la pista.

El homenaje pudo ser poco, pues Ecuador es un país en el que el ciclismo no tiene el apoyo que merece, menos el femenino, y una de sus mejores representantes en este llegaba con lo que ella misma califica como de los más importantes de sus triunfos, ser campeona de la Vuelta a Colombia Femenina 2020, realizada en tierras boyacenses y santandereanas la semana pasada.

Miryam Núñez tiene claro que sus tres mejores triunfos en su carrera deportiva es haber sido medallista de los Juegos Bolivarianos en 2017, medallista en los Juegos Suramericanos en 2018 y este último. En la prueba colombiana había corrido como gregaria en 2018, peleó etapas y quedó séptima en la clasificación general. Y en 2017, hizo top 15. Lo que la hace sentir muy orgullosa porque reconoce la alta calidad del ciclismo femenino colombiano.

Admira a varias corredoras nacionales, pero principalmente a Ana Cristina Sanabria y a María Luisa Calle por sus calidades deportivas, personalidad y valentía.

De Riobamba para el mundo

Miryam vive en Riobamba, provincia de Chimborazo. Donde gracias a su hermano mayor, quien también era ciclista y la invitaba a que lo acompañara en sus entrenamientos, inició a montar en bicicleta a los 13 años. Desde los 17 comenzó a competir y los triunfos rápidamente empezaron a llegar. Aunque había competencias para mujeres, “muchas carreras me tocó hacerlas con los hombres, categoría élite, para poder mejorar un poquito”, explica a VOZ vía telefónica desde su hogar en su ciudad natal, y agrega que sus primeras carreras fueron en su país en ciudades como Tulcán, Ambato y Latacunga.

Es la actual campeona de ruta y contrarreloj ecuatoriana, y en el ámbito internacional ha competido en Costa Rica, en Guatemala y Colombia con resultados favorables. Se describe a sí misma como una mujer luchadora, emprendedora que deja el nombre de las ecuatorianas y de su país en alto.

Estrategia y etapas

A su padre, un guardia de seguridad, y a su madre, ama de casa, no les fue fácil aceptar que su hija se dedicara a un deporte que no tiene mucho apoyo: “Poco a poco ellos entendieron que esta era mi pasión, lo que quería ser y me han apoyado incondicionalmente y ahora están muy contentos por mi triunfo”.

Miryam también vio otras opciones de vida antes de que se le atravesara una bici. Quiso ser médica, administradora de empresas o hacer la carrera militar.

Sobre la primera etapa de la Vuelta a Colombia, de 52 kms entre Cómbita y Tibasosa, recuerda que estaba nerviosa porque fue muy rápida: “Lamentablemente a 10 kilómetros de meta estuve involucrada en una caída, pero pude conectar y llegar con el pelotón que era lo importante. Felicito a Lorena Colmenares porque la ganó, es una gran corredora, ha corrido muchas competencias importantes y sé lo capaz que es. La disputa de la Vuelta era con ella, salí de casa con la mentalidad de ganar y gracias a Dios se logró”, comenta la campeona y recuerda a su principal contrincante a quien le ganó por pocos segundos.

Acerca de la segunda etapa, la contrarreloj de 15 kilómetros, sabía que era clave para sus objetivos, pero no tenía planeado tomar el liderato desde esta, aunque confiaba en sus capacidades en este tipo de pruebas. “Ya había corrido una contrarreloj similar aquí, estuve tranquila, hice caso y no me desesperé”. Por eso, por la increíble sorpresa, brotaron lágrimas de alegría.

Del tercer recorrido, de Sogamoso a Monguí, recuerda que su plan era salir bien del circuito y ayudar a seleccionar el pelotón subiendo: “Eso fue lo que hice, al final sí recibí ataques de muchas corredoras, pero no me desesperé y llegué a paso. Tenía que ir mirando, no dejar que me cogieran mucha ventaja y jugaba en mi contra no haber conocido la etapa”, recuerda sobre este trascurso del pasado 9 de noviembre.

En el recorrido de Tunja a Vélez, los otros equipos esperaban hacer ataques contando con que el equipo de Miryam, Alcaldía La Vega, no era muy fuerte para defenderla. “Fue complejo porque era mucho más tiempo subiendo, era más montañoso, las bajadas eran muy técnicas. Pero la idea era correr con tranquilidad, le hice caso a mi técnico porque al coronar el primer premio de montaña me quedé sin compañeras. Se hizo la fuga, no me desesperé y jugué con el tiempo que tenía a favor, esa fue la clave para mantener el liderato”, recuerda Miryam.

Cambio de planes

La campeona comenta que su plan inicial para obtener el título era no perder mucho tiempo en las primeras etapas y hacer un ataque en la cuarta: “Para resistir día tras día los ataques fue clave saber que la gente de mi país me respaldaba. La idea era en los días de montaña coger diferencias, si no cogía el liderato en la crono, pero la carrera nos puso las condiciones y tuvimos que adaptarnos y cambiar de estrategia. Las cosas se adelantaron, asumí todo con responsabilidad y pude traerme la camiseta de campeona para mis mujeres hermosas de Ecuador”.

El propósito de atacar en la montaña se debía a que es uno de los fuertes de Miryam, pues vive a 2.900 metros sobre el nivel del mar y sus entrenamientos los hace a 3.100 o 3.200: “Es como si hubiera estado en casa”, indica al tener en cuenta la altimetría en la que se desarrolló la Vuelta a Colombia.

Ahora tendrá unos días de descanso y luego empezará a preparar su temporada 2021, aunque antes participará en el Gran Fondo Nueva York en Manta, en diciembre, y estará en algunas carreras de ciclomontañismo.

Entre sus aspiraciones está participar en los Juegos Olímpicos y en competencias europeas: “Especialmente el Giro Rosa en Italia, aunque no sé con qué equipo ni cómo. Es un sueño presente, aspiro en los próximos días conseguir uno europeo o continental para estar presente. También me gustaría correr mundiales. Quiero aprovechar todas las carreras a las que se pueda ir, amo la bicicleta, me encanta estar sobre ella, es mi pasión, es mi vida”, señala con emoción Miryam Núñez.

La pedalista de 26 años sabe que sus triunfos dan impulso a muchas ecuatorianas para practicar esta disciplina. Por eso, su mayor deseo es, con el apoyo de la empresa privada, crear un equipo femenino de ciclismo en su país para “ayudar a esas niñas que lo necesitan mucho”, expresa con ilusión la campeona.

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