Para asombro del país, siguen apareciendo cuerpos desmembrados de posibles manifestantes desaparecidos en el Valle del Cauca
Sebastián Chingaté Sánchez
@CronopioRolo
El pasado 19 de junio el país recibía el reporte matutino de José Alberto Tejada en el Canal 2, el informe resultó sorpresivo al no ser el cubrimiento de otra jornada de movilizaciones en la ciudad de Cali; sino el descubrimiento de múltiples extremidades y un tronco humano en la planta de Agua Potable «Puerto Mallarino» en la capital del Valle, extremidades que hasta el día de hoy no han sido identificadas y se desconoce su origen.
El mismo día, otro evento similar circulaba en las redes sociales, el descubrimiento de una cabeza humana perteneciente a un joven llamado Santiago Ochoa de 22 años, la cabeza fue hallada en Tuluá sin presencia de las demás partes del cuerpo. Inmediatamente diferentes versiones empezaron a circular, una por parte de organizaciones de derechos humanos que afirmaban el reporte de desaparición del joven desde el día 19 de junio, tras participar en las jornadas de movilización, y paradigmáticamente el comunicado inmediato de la policía desvinculándose de los hechos, versión apoyada por la Personería Municipal.
Frente a la situación de la aparición de estos restos presuntamente vinculados a manifestantes desaparecidos, VOZ se puso en contacto con James Larrea, miembro de la red de derechos humanos Francisco Isaías Cifuentes para contrastar los hechos.
¿Qué se sabe de los restos desmembrados encontrados hasta ahora?
-Solamente tenemos la certeza de la cabeza que apareció anoche, que una moto arrojó en un barrio de Tuluá en una bolsa plástica, es de un chico que efectivamente había sido reportado como desaparecido días atrás, es Santiago Ochoa. De él se puede hacer el reconocimiento inmediatamente. Con respecto a los restos que aparecen aquí en Cali, dos piernas y un tronco sin extremidades y cabeza no podemos afirmar que sea de uno de los chicos desaparecidos. Sin embargo, estamos absolutamente seguros que muchos de los pelados que llevan más de 20 días desaparecidos seguramente han podido correr esta misma suerte. Hay que recordar también el caso de la recta Cali-Palmira de dos cuerpos que aparecen reportados como muertos por accidente de tránsito, pero cuando las organizaciones de DDHH hacemos las verificaciones, observamos que tienen heridas por armas de fuego y al hacer la identificación son dos chicos de Siloé de la primera línea que no sabemos cómo terminaron en esas condiciones.
¿Existe un modus operandi que vincule estos hechos con la fuerza pública?
-Hemos identificado fases, creemos que esta es la cuarta fase. La primera es la represión por parte de los organismos de seguridad, el accionar directo de Policía, Esmad, esto fue la primera semana de movilizaciones donde hubo un cambio producto de la denuncia nacional e internacional, los medios, todo lo que se hizo para visibilizar lo que se vivió esa primera semana. Llega una segunda etapa: recogen al Esmad y la policía. Ya no son estos cuerpos los que atacan los puntos de resistencia, sino que se intensifica el accionar del paramilitarismo urbano, todos los que aparecen como civiles a disparar en camionetas de alta gama. Llega un tercer momento donde vuelven policía, Esmad, Goes y Sijin pero para generar procesos de judicialización, toda la represión con el fin de presentar positivos.
Procedimientos irregulares ¿Verdad?
-Allanamientos ilegales, detenciones ilegales que muchos se han podido resolver debido a las irregularidades en su ejecución. Y llegamos a un cuarto momento y es el repliegue de los procesos juveniles en resistencia, pero a su vez la emergencia de nuevos actores que “han salido a vandalizar” con acciones que no tienen nada que ver con lo que se planteaba en un inicio, eso ha dado pie las acciones que estamos viendo ahorita por parte del Estado. Durante todos esos momentos veníamos advirtiendo y denunciando una situación que es muy delicada que es la situación de los desaparecidos, que desde la primera semana teníamos muchos jóvenes que hasta el día de hoy no han aparecido.
¿Qué balance final dan las organizaciones de DDHH ante la situación?
-Hasta la semana pasada teníamos 83 jóvenes reportados sin aparecer en el Valle, en Palmira se han presentado denuncias de desaparición, en Yumbo, en Buga y en Jamundí y pues en Cali que es la mayor cifra. Desde las organizaciones de derechos humanos insistimos en que se activen mecanismos de búsqueda urgente, que se agilicen los procesos de investigación por parte del ministerio público, por parte de la fuerza pública, pero lamentablemente estos no han tenido una respuesta positiva por parte de las instituciones, ahí hay negligencia y omisión por parte del ministerio público, no sentimos ninguna respuesta efectiva. Estamos insistiendo en que se mantengan los espacios de diálogos para buscar salidas políticas desde la institucionalidad por todo lo que se ha presentado, pero muchas instituciones distritales y departamentales han replicado las directrices del gobierno nacional respecto a la interlocución.