Apuesta por la integración regional

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Hace cinco años, la Celac, reunida en La Habana, declaró a América Latina y el Caribe como zona de paz y proclamó la necesidad de la integración como mecanismo hacia un orden internacional justo

Ricardo Arenales

Como un esperanzador impulso a los procesos de integración regional, en un continente surcado por convulsiones sociales y un reacomodamiento de fuerzas entre la derecha y los sectores progresistas, fue recibida la noticia de que, un lustro después de no poder hacerlo, se reunió una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac.

Con la presencia de cancilleres y vicecancilleres de 29 países de América Latina, el pasado 9 de enero sesionó en ciudad de México el organismo multilateral, creado en el 2005 por iniciativa del entonces presidente venezolano Hugo Chávez, en lo que fue interpretado como el relanzamiento de la organización y un nuevo impulso integrador en América Latina.

Según el canciller mexicano Marcelo Ebrard, anfitrión del certamen, “fue una reunión cordial, de mucho respeto”, centrada no en temas políticos “que ya son discutidos en otros foros e instancias”, sino en aspectos concretos en los que hay acuerdo e interés común”. El hecho de poder reunirnos y escucharnos, después de tanto tiempo sin hacerlo, es en sí mismo un éxito, puntualizó el titular mexicano de Exteriores.

Fortaleza en la unidad

Al término de las deliberaciones, la Celac acogió como su presidente al gobernante mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien prometió liderar el proceso integrador en la región durante el presente año. Comentando este hecho, el canciller Ebrard dijo que el propósito de su país es “trabajar para robustecer la institucionalidad de ese mecanismo y alcanzar nueva fortaleza en la unidad”. Así mismo, “forjar logros concretos que beneficien a nuestra comunidad de manera práctica y eficaz, promoviendo con pasos precisos la integración regional latinoamericana y caribeña”.

En dirección a hacer realidad este esfuerzo, la reunión de Ciudad de México aprobó una carta de navegación de 14 puntos, que busca activar iniciativas multilaterales de integración, entre ellas la creación de una red de innovación, un ecosistema científico y una agenda común de universidades, para facilitar la movilidad y el intercambio académico. Uno de los puntos se refiere a la cooperación aeronáutica y aeroespacial.

La agenda prevé un programa de acciones en el campo de la gestión de riesgo por desastres, una metodología anticorrupción, la realización de un foro Celac-China, previsto para el segundo semestre de este año, así como una reunión plenaria de Celac, previa a la próxima Asamblea General anual de las Naciones Unidas en el mes de septiembre.

Mediación ante conflictos

Comentando este propósito, el canciller argentino, Felipe Solá, dijo: “América Latina y el Caribe deben recuperar sus organizaciones regionales como mecanismo de integración económica y mediación política ante conflictos”, lo que augura el reingreso activo de su país a estos mecanismos de cooperación.

La reunión de México dedicó especial atención al estancamiento económico y social de la región. El asunto fue discutido con la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, Alicia Bárcena, quien asistió al encuentro. De hecho, se trazaron líneas de colaboración Celac-Cepal.

Bárcena reveló que, en las últimas dos décadas, la desigualdad en América Latina, lejos de disminuir, aumentó y para combatir este flagelo se prevé una activa cooperación entre Celac y Cepal.

Hace cinco años, la Celac, reunida en La Habana, declaró a América Latina y el Caribe como zona de paz. Proclamó la necesidad de la integración como mecanismo hacia un orden internacional justo, promoviendo una cultura de paz que excluya el uso de armas de destrucción masiva, en particular, las armas nucleares.

Principios traicionados

En ese momento se señalaron compromisos como “la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos de cualquier otro estado, y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos”. Los gobiernos de derecha, reunidos en el Grupo de Lima y en la OEA, han traicionado esos principios.

Después se precipitaron cambios importantes que variaron la correlación de fuerzas. El presidente Evo Morales fue depuesto. En Uruguay perdió las elecciones el Frente Amplio, una coalición de sectores populares. Se presentó un estallido social en Chile, que aún se mantiene. Se registraron vigorosas protestas en Colombia ante los reiterados crímenes contra líderes sociales y defensores de derechos humanos. En México y Argentina se consolidaron gobiernos progresistas.

Entre las preocupaciones de la reunión de Celac estuvo también la elección del nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA. El tema se discutió, porque muchos gobiernos expresaron preocupación por la noticia de que el actual secretario, Luis Almagro, aspira a la reelección. La gestión de Almagro es calificada como funesta y varios gobiernos desearían un relevo en la dirección de ese organismo.

Aunque, reconocieron, mientras la OEA siga siendo financiada en más de un 60 por ciento por Estados Unidos y su sede esté a pocos pasos de la Casa Blanca, su rol colonial no va a variar.