En Argelia, movilización popular frena reelección presidencial

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Aspecto de las multitudinarias movilizaciones que rechazaron un quinto mandato del presidente Bouteflika.

Tras una serie de movilizaciones multitudinarias, que colmaron las calles de las principales ciudades argelinas, y que comenzaron el pasado 22 de febrero, el actual presidente de la república, Abdelaziz Bouteflika, que lleva 20 años en el poder y aspiraba a un quinto mandato presidencial, se vio forzado a anunciar que renuncia a su aspiración reeleccionista.

Las movilizaciones de los argelinos fueron gigantescas, y no se veían en ese país en muchos años. Ciudades como Argel, la capital Selif, Tizi y Bejaia, fueron escenario de concentraciones multitudinarias, especialmente de jóvenes, que no fueron testigos de los procesos revolucionarios de cuatro décadas atrás y que ahora, agobiados por una situación económica cada vez más difícil, reclaman cambios políticos y sociales.

Bouteflika contribuyó a la estabilidad de la nación, tras una guerra civil que dejó al menos 200.000 muertos, en donde debió enfrentar a grupos fundamentalistas como el Frente Islámico de Salvación y el Grupo Islámico Armado. Tras ser elegido en 1999, se convirtió en arquitecto de la paz y recuperó el sentido de la soberanía nacional.

Pero a lo largo de 20 años de gestión se fueron creando círculos de corrupción, en un sistema político que no se modernizó. En 2013, Bouteflika sufrió un infarto cerebral, quedó en silla de ruedas y evita aparecer en público. Su hermano Said se convirtió en el “consejero especial del presidente”, cargo que no existe en la normatividad constitucional, y que le ha permitido concentrar el poder en sus manos.

Los jóvenes que salieron a las calles, dicen que “un cadáver” no puede hacer que el país avance. En Argelia, el 50 por ciento de la población es menor de 30 años, de los cuales un 25 por ciento es desempleada. Hay por tanto, un éxodo juvenil a Europa.

El país, que depende en un 95 por ciento de la exportación de hidrocarburos, vio que su economía se venía al suelo cuando en 2014 los precios de los combustibles se derrumbaron. La sociedad argelina reclama un gobierno eficiente, con un presidente en ejercicio pleno de sus facultades físicas y mentales. Los argelinos quieren cambios para superar los tiempos difíciles.