Ricardo Arenales
El Pentágono de los Estados Unidos anunció en la primera semana de octubre, que su país aprobó la venta a Australia de 12 helicópteros de combate de última generación, en un negocio cercano a los mil millones de dólares, para incrementar el arsenal de guerra australiano, en un anuncio que de inmediato provocó nuevas tensiones en la denominada región indopacífica.
«La venta propuesta apoyará la política exterior y los objetivos de seguridad nacional de los Estados Unidos. Australia es uno de nuestros aliados más importantes en el Pacífico Occidental. La ubicación estratégica de este poder político y económico contribuye significativamente a garantizar la paz y la estabilidad económica en la región», señala un comunicado, que caracteriza el desarrollo de la capacidad defensiva de Australia como un «interés vital» para Washington. Al mismo tiempo, asevera que la posible venta «no alterará el equilibrio militar básico en la región».
El negocio se refiere a 12 helicópteros de combate naval Lockheed Martin MH-60R Seahwak, completamente dotados para el combate. Según el fabricante, este tipo de aparatos puede operar desde fragatas, destructores, cruceros y portaaviones y es multimisión, conveniente tanto para guerra antisubmarina y antisuperficie como para operaciones de búsqueda y de mando y control. La Armada australiana ya cuenta con 24 helicópteros de ese tipo, precisa la revista Australian Defense Magazine.
Carrera nuclear
La noticia de la compra de helicópteros norteamericanos se conoce a menos de un mes del anuncio de la creación de una alianza de seguridad en el indopacífico entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, denominada AUKUS, la cual prevé que Washington ayude a Australia con las tecnologías necesarias para dotarse de submarinos de propulsión nuclear.
China, Rusia, Corea del Norte, Indonesia y otros países reaccionaron ante el anuncio de la conformación de AUKUS, y expresaron sus temores de que se presente una nueva carrera armamentista. Por su parte, Nueva Zelanda fue categórica en advertir que bajo ninguna circunstancia submarinos nucleares australianos podrán cruzar por sus aguas territoriales. China además fue enfática en asegurar que una vez comience a andar AUKUS, con seguridad se va a desatar una nueva carrera armamentista nuclear.
El presidente de Estados Unidos, coincidiendo con su antecesor, ha desatado una paranoia contra China. Recientemente, Washington ha activado otra alianza que tiene un trasfondo militar, el grupo denominado “Quad”, del que hacen parte Estados Unidos, Australia, India y Japón, surgido en 2007, pero que no había tenido hasta ahora mayor relevancia.
La OTAN sale maltrecha
Esa claro entonces que tanto la alianza AUKUS como la promesa de vender un lote de helicópteros de guerra a Australia, fortalece la presencia militar de Estados Unidos en los océanos Pacífico e Índico y apunta contra China. Es además una hábil jugada en el tablero de ajedrez de los intereses geoestratégicos norteamericanos en el mundo.
Busca contrarrestar el avance económico, financiero y militar de China, y golpea de paso los intereses de la OTAN. La alianza atlántica en estas condiciones parece debilitarse, no solo porque Washington le da la espalda, sino porque Francia discute en estos momentos su permanencia en ella y Rusia anunció esta misma semana que se retira del pacto noratlántico en su condición de observador y ha dispuesto cerrar una oficina de la OTAN en Moscú.
No es pues exagerado pensar que la entrada en vigencia de AUKUS y la dotación de helicópteros militares a Australia, va a aumentar las tensiones en la región y podría desatar una guerra con China. No hay que olvidar que el acuerdo con Estados Unidos y Gran Bretaña permite a Australia construir submarinos de propulsión nuclear por primera vez en su historia.