
El desembolso de 370 millones de dólares para el consorcio panameño dado a conocer por el Ministerio de Hacienda generó la indignación del país, pues es mejor y cuesta menos nacionalizar la compañía
Simón Palacio
@Simonhablando
En medio de una pandemia y de una crisis económica sin precedentes, que entre otras cosas ha generado no solo la pérdida acelerada de dos millones de puestos de trabajo sino también el cierre de empresas pequeñas y medianas, el Gobierno nacional decidió entregar 370 millones de dólares para salvar los activos de Avianca, consorcio aerocomercial panameño de capital cien por ciento privado.
Para varios analistas, destinar una considerable parte del presupuesto para salvar una empresa que experimentaba serios problemas económicos antes del covid-19, nada tiene que ver ni con la protección del patrimonio público ni con la recuperación económica del país en medio de la crisis.
Avianca no es colombiana
La empresa Avianca cumplió el año pasado un siglo de existencia. Avianca Holding es una empresa de origen panameño que viene ejerciendo poder dominante en el negocio de la aviación comercial en el país, y atraviesa un proceso de quiebras con sede judicial en los Estados Unidos, a raíz de los problemas económicos generados por la administración del máximo accionista y presidente de la Junta Directiva Germán Efromovich, empresario brasilero que se encuentra hoy preso acusado de corrupción.
A la empresa de Efromovich se le girará a modo de préstamo lo equivalente a siete veces su costo en el mercado de valores, tasado en 50 millones de dólares. En la actual junta directiva del consorcio aerocomercial panameño, se encuentra la hermana del Presidente de la República, María Paula Duque, quien ostenta el segundo cargo de mayor importancia.
Avianca junto a otras aerolíneas, en especial las de origen asiático, están en el centro del escándalo por las supuestas comisiones pagadas por Airbus, la fabricante de aviones más importante del mundo para conseguir contratos millonarios con estas compañías. La investigación dejó como resultado una sanción de 3.600 millones de dólares para Airbus, mientras que Avianca quedó con una pésima reputación en el gremio por su accionar.
Una empresa antisindical
El sindicato de pilotos de Avianca, Acdac, realizó una huelga de 51 días en el año 2017, la más larga en la historia de la aviación comercial en el mundo, reclamando mejoras salariales y dignidad en las condiciones laborales de la fuerza de trabajo de esa empresa. En julio del año 2019, el sindicato se notificó de la decisión tomada por el juez 20 laboral del Circuito, ordenando el reintegro de los pilotos que perdieron su empleo tras haberse declarado ilegal su huelga, permitiendo a la empresa despedir a los líderes del sindicato por hacer efectivo su derecho a la protesta.
La persecución por parte de la empresa fue más allá. Hay una denuncia penal por interceptar ilegalmente las comunicaciones de los pilotos en plena huelga. La acusación es que Avianca habría contratado los servicios de una empresa criminal dirigida por un exdirector de la Policía Nacional, el general Humberto Guatibonza, con el fin de escuchar las comunicaciones entre la dirigencia sindical y obtener información que era utilizada para atacar mediáticamente a los pilotos del sindicato, entre otras.
Mal negocio
Los resultados que deja la pandemia son más de 100 mil empresas cerradas y liquidadas, entre pequeñas y medianas, cuya consecuencia inmediata ha sido un repunte en la cifra de desempleo que llega al 19%, siendo preocupante el caso de las mujeres con un 23%.
Ante la ausencia de grandes empresas, las medianas son las que sostienen una buena parte del empleo en el país. El Gobierno nacional no le extendió a tiempo un salvavidas a las compañías que lo necesitaban. Después de cinco meses de emergencia sanitaria, estas quebraron ante la indolencia del poder ejecutivo que solo ofreció créditos imposibles de acceder para financiar las nóminas y los gastos administrativos.
Avianca está inflada
La salvación de la aerolínea Avianca ha tenido un generoso espacio en la agenda mediática. Los defensores del millonario préstamo alegan la puesta en riesgo de 500 mil empleos, una cifra que no se ajusta a la realidad pues la empresa tiene 19 mil empleados, de los cuales el pasado mes de julio, 3.400 fueron despedidos y 14 mil habían aceptado la licencia no remunerada ofrecida y aceptada por el Ministerio de Trabajo.
Según información del Ministerio de Hacienda, Avianca aporta 790 millones de dólares en impuestos y parafiscales al país. De este total, 527 millones por impuestos de tiquetes, IVA, rentas municipales, transacciones financieras y seguridad social, es decir, dinero que paga el usuario. En el reporte financiero del año pasado, la compañía señaló que tuvo una pérdida en la utilidad operacional de 554 millones de dólares, mientras que en el 2018 registró un saldo positivo de 232 millones de dólares.
Nacionalizar la aerolínea
Un sofisma reiteradamente pronunciado por los defensores del salvamento económico es que en todos los países del mundo las grandes aerolíneas están siendo apoyadas por los gobiernos. Un hecho que se refleja con la aerolínea italiana Alitalia, una compañía que recibió capital público suficiente para seguir operando. El anuncio del Ministerio de Economía del país europeo destacó que se nacionalizó la compañía y será de capital 100% público.
En Colombia la operación es totalmente distinta porque se busca salvar de la bancarrota a la empresa de Germán Efromovich entregándole 370 millones de dólares sin contraprestación alguna.
«Si Avianca dejara de operar, el transporte aéreo se demoraría casi cinco años en recuperar toda su operatividad «, señaló el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, respondiendo al cuestionado préstamo a la aerolínea. Un argumento parcialmente cierto, pues Avianca administra el total de rutas de conexión del país habilitadas por la Aerocivil.
Por eso la propuesta de nacionalizar la aerolínea no es descabellada. Esta iniciativa le permitiría al país tener una empresa pública con una operación aérea consolidada, además de cumplir con el objetivo de salvar los empleos que están en riesgo frente a la crisis económica, no solo del país sino especialmente de la compañía.
El costo de Avianca sería de 50 millones de dólares según su última cotización en bolsa. Para los intereses económicos del país, recuperar Avianca significaría reactivar un motor estratégico de la economía colombiana en momentos de crisis.
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