¡A avivar la “digna-acción”!

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Movilización estudiantil el pasado 21 de noviembre en Bogotá.

La población joven ha demostrado su indignación con el direccionamiento político del país y su potencia como sector transformador. Lideró colectivamente la protesta social y participó de espacios fundamentales para el desenvolvimiento de la indignación contra el gobierno Duque

Camilo Andrés Espitia Hernández

El presente momento político a nivel mundial, regional y nacional representa un reto de grandes magnitudes para las clases populares y subalternas y, por supuesto, para la población juvenil. En el marco de la financiarización de la economía a escala global y la arremetida del imperialismo, encarnado en las políticas neoliberales emanadas desde el bloque de poder, se ha dado cuenta de las directrices político-económicas globales que tienen como propósito precarizar y supeditar la vida juvenil a los intereses del mercado.

En el escenario nacional esto se vislumbra en la receptividad del gobierno nacional de las directrices político-económicas de organismos internacionales como el FMI o la OCDE, esto en el marco de la neoliberalización de la economía que data de mediados de los años 90. En esa medida, no es por nada que han salido a la luz las intenciones del Gobierno nacional de montar un nuevo paquete de reformas regresivas (“paquetazo”), que benefician a los grandes grupos empresariales y al capital transnacional.

Entre ellas, unas reformas pensional y laboral que profundizan la precarización y flexibilización laboral de las y los trabajadores, lo cual mina gravemente la seguridad social, las prestaciones sociales, el salario mínimo, el contrato laboral; que comprometen las pensiones bajo el modelo de los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS), que no son más que mensualidades que rondan los $40.000 pesos. Esto sumado al deficiente tratamiento en materia de salud y educación por parte de los últimos gobiernos.

La juventud, impulsadora de la movilización

Así pues, bajo este escenario de los últimos años, la juventud se ha mostrado inconforme, por lo que se ha manifestado y organizado. Un pico para la movilización y organización juvenil a resaltar fue el de las masivas manifestaciones en apoyo al proceso de paz luego de la derrota en las urnas del “Sí” en el plebiscito por la Paz de octubre de 2016.

Otro pico para resaltar fue el proceso de movilización y organización de las y los estudiantes colombianos en el año 2018, a raíz del paro nacional estudiantil, en la disputa por mejoras presupuestales reales, en el marco de un déficit presupuestal y una deuda histórica con las IES públicas del país.

Si analizamos el proceso inmediatamente anterior y actual, notamos la importancia del papel de la juventud en lo que fue el 21 de noviembre del año pasado y el álgido proceso de movilización y organización de las masas populares y del movimiento social que surgió a partir de esa fecha.

La juventud ha demostrado su indignación con el direccionamiento político del país y su potencia como sector transformador. Lideró, como población, manifestaciones masivas. Participó de espacios y procesos fundamentales para el desenvolvimiento de la indignación general del pueblo colombiano contra el gobierno de Iván Duque y el uribismo.

En ese marco, fue un actor de relevancia en los procesos de organización y movilización en los barrios y localidades de Bogotá, jalonó la movilización y la organización de los sectores populares a nivel nacional y participó activamente de los espacios de construcción política del paro nacional, tal como el I y II Encuentro Nacional de organizaciones políticas, sociales, populares y étnicas y en el mismo Comité Nacional de Paro, donde ha promovido interesantes discusiones.

Las apuestas en clave de unidad

En los últimos años la población juvenil buscó y busca reunir esfuerzos entre sí, juntar rebeldías, esto bajo la arremetida del neoliberalismo y de la política anti-paz –traducida en la militarización de la vida juvenil– de Iván Duque y del uribismo en desmedro de las y los jóvenes colombianos. En esa medida, es importante tener en cuenta lo que fue la I y II Asamblea juvenil distrital “Dilan Cruz”, con ese nombre en reconocimiento al joven que se movilizaba el día 22 de noviembre, en el marco del paro nacional, y fue asesinado por el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad.

En dichos espacios, con distintos procesos juveniles procedentes de distintos sectores (barrial, secundaria, universitario, trabajadores, mujer, diversidades, etc.), se construyeron colectivamente ejes de trabajo con base en las problemáticas más álgidas que sufre la juventud en el distrito. Así pues, en la I asamblea se llegó a: “Producto de la deliberación en la asamblea, definimos que nuestra ruta programática está compuesta por 14 ejes referidos a: 1. Juventud y territorio, 2. Democracia y participación política, 3. Soberanía económica, alimentaria, cultural y territorial, 4. Población con capacidades diversas, 5. Trabajo digno, 6. Ambiental (que se traduce también en términos de crisis climática), 7. Educación, 8. Deporte, 9. Arte y cultura, 10. Defensa de la vida, 11. Mujer, 12. Diversidad, 13. Étnico, 14. Defensa de la paz. Es importante recalcar que existe una transversalidad a todos los ejes del enfoque de mujer, diversidad y pedagogía popular” (1).

En esa medida, la gran orientación que sale del segundo espacio alrededor de estos ejes y la política dirigida hacia la juventud es: “Impulsar la movilización, politización y la articulación de los y las jóvenes, de cara a fortalecer y acumular fuerzas para la acción política y la organización de las expresiones juveniles en Bogotá y sabana” (2).

Bajo estos elementos, se espera que desde la juventud se impulsen distintos escenarios que puedan acoplar estos ejes, politizar y hacer un llamado más amplio; para ello se proyecta la realización del II Festival Distrital de la Juventud, festivales preparatorios, entre otros espacios, que buscan hacer un llamado de reunión y unidad de distintos procesos juveniles en el marco de sus quehaceres, problemáticas y luchas. Y en materia general, se espera que este proceso de “Asamblea juvenil” se replique en varias regiones del país.

Un llamado

Bajo ese orden, la juventud se alza como un actor de valía para la movilización y organización social en el país y, asimismo, como sector social dispuesto a sumar por la paz y la esperanza, en el marco de una suerte de procesos organizativos que buscan reunir los esfuerzos y el trabajo de distintos sectores donde tiene participación.

El llamado a la juventud es a avivar la digna-acción del pueblo colombiano, lo que se traduce en seguir jalonando procesos de movilización y organización del movimiento de masas, que se espera en unas semanas nuevamente tengan un alto punto de algidez; como también a seguir reuniendo esfuerzos en consolidar un acertado direccionamiento político del sector juvenil, en el marco de las disputas que tiene que darse la juventud colombiana por un mejor país.

(1) Declaración política I Asamblea juvenil distrital Dilan Cruz.

(2) Relatoría II Asamblea juvenil distrital Dilan Cruz.