Renata Cabrales
@RENATARELATA
Según la última Encuesta Nacional de Lectura realizada por el DANE, los colombianos que leen consumen en promedio 5,1 libro al año, mientras que la población total, que incluye a los no lectores, lee 2,7 libros anualmente. Cifras de lectura que son muy bajas, en comparación con los índices mundiales. La lectura desarrolla el pensamiento crítico, pero además, estimula la empatía.
Según medios, el balance de la FILBO 2019 ha sido prometedor. Pabellones saturados de hombres y mujeres de todas las edades, pero aún más importante fue el espectáculo de niños y niñas por doquier, leyendo cuentos en las librerías especializadas en literatura infantil y juvenil.
La motivación lectora que muchas familias, al menos las que habitan en Bogotá, han estado promoviendo en los niños, hace que la FILBO vaya directo al éxito, aún más, si llega a ser un espacio más abierto, al alcance de más familias del país y de todos los estratos.
De acuerdo a un artículo que The Guardian publicó sobre un estudio de los psicólogos David Comer Kidd y Emanuele Castano, de la New York School for Social Research en Nueva York, estos demostraron que la lectura de narrativa aumenta la capacidad “para detectar y comprender las emociones de la gente”, lo que constituye una habilidad en el ser humano para entender las complejas relaciones sociales. Asimismo, la Premio Nobel de Literatura, Doris Lessing, dijo alguna vez: “Nada logra estimular tanto el desarrollo espiritual, social o emocional que los libros de ficción”. Queda claro que al mejorar las habilidades sociales, al desarrollar la empatía, el ser humano aprende a reflexionar sobre los estereotipos y prejuicios que le impiden ponerse en los zapatos ajenos.
¿A qué viene este balance sobre la FILBO y la lectura? En su columna de El Tiempo “Léete”, Yolanda Reyes se cuestiona: “Más allá de lanzar una programación anual y de invitar, o no, a un país, ¿existe algún diseño susceptible de ser leído? Si, como sabemos, el ambiente es otro educador, ¿cuál es la idea de lectura, de lector, de formación lectora, de infancia, de educación, de libro y, por supuesto, de literatura y de escritura que “se lee”?
Si el ambiente es otro educador y teniendo en cuenta el otro balance tan triste y desolador del fin de semana de celebración del Día de la Madre, la celebración más violenta del país, que dejó 67 homicidios y 464 casos de violencia intrafamiliar (de género), sugiero, para disminuir este flagelo, juntar estas dos fechas especiales, la de la FILBO y la del Día de la madre e invitar a las familias a celebrar unidas una fiesta de lectura que les permita desarrollar la empatía, para así desaprender los esquemas sociales machistas que incitan a la violencia de género y aprender a ponerse siempre en el lugar del otro(a).