Bertold Brecht: Innovador del teatro del siglo XX

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Bertold Brecht

“Llegué a las ciudades en tiempos de desorden cuando reinaba el hambre. Me mezclé con los hombres en tiempos de insurrección y me rebelé con ellos”

José del Rio

Bertold Brecht es uno de los más radicales innovadores de la dramaturgia del siglo XX. También es uno de los más controvertidos debido al contenido político de sus obras, a las letras de las canciones de los coros, las innovaciones audaces del montaje de sus obras y su militancia comunista. El autor de Madre coraje nació en 1898 y murió en agosto de 1956 en Alemania Oriental. Desarrollaremos este tema en dos entregas, en la primera nos detendremos en las más destacados procesos políticos, sociales y culturales de su época. Lo cual nos permite identificar la inter relación entre la política y el momento del capitalismo y la obra de Bertold Brecht y su evolución ideológica.

Si identificamos la naturaleza, los rasgos más importantes de su época podemos entender su temprana militancia contra la guerra y su propósito de identificar las causas, las motivaciones, los causantes de la violencia, sus beneficiarios y sus compromisos permanentes en divulgar sus hallazgos entre el pueblo. En los primeros 35 años de su vida ya había vivido lo horrores de la primera guerra mundial y los inicios de la barbarie hitleriana en su país. Pero solo tenía 16 años cuando se inició la “guerra, igual a ninguna, desde los orígenes de la tierra”, al decir de Frank Wedekind.

El impacto de la guerra sobre la vida cultural y las diferentes tendencias y escuelas imperantes entonces en Europa, es sintéticamente explicado en el siguiente texto: “… su estallido ha destrozado la ilusión impresionista: “ese mundo bello que se adivinaba sobre los lienzos, transparentes y luminosos, no tiene nada que ver con la carnicería de la Primera Guerra Mundial”.1

Participó en la guerra en la unidad sanitaria ya que había iniciado estudios de medicina, afortunadamente solo se enroló en el conflicto en 1918 año crítico de la conflagración, pero a pocos meses de su culminación. Participó en la revolución de Rosa Luxemburgo y Carl Liebnecht. El salvaje asesinato de Rosa lo conmovió y expresó su protesta en sus conocidos versos:

La Rosa roja ahora también ha desaparecido.

Dónde se encuentra es desconocido.

Porque ella a los pobres la verdad ha dicho.

Los ricos del mundo la han extinguido.

La vida cultural

En los inicios del siglo XX la sociedad alemana vivía aún una época provinciana, alejada de los movimientos culturales que se desarrollaban impetuosamente en el resto del mundo, especialmente en Francia y los Estados Unidos. De pronto ese mundo casi pastoril, idílico fue tomado súbitamente por las obras de Tolstoi, Dostoievski, de Ibsen, de Zola y los simbolistas franceses, de Bernard Shaw y Walt Whitman, el arte vanguardista europeo, el Manifiesto Surrealista se toma por asalto a los alemanes y se abre paso el impresionismo y los posimpresionistas. En Zúrich Tristán Tzara fundó el grupo dadaísta, según manifiesta Frederic Ewen.

Sin embargo, cuando se evalúa el estado de la novela, Ewen destaca que Thomas y Heinrich Mann exitosamente posicionaron la novela de ámbito y problemática social moderna.2 En su novela Entre las razas (Zwischen den Rasen) pone su escalpelo sobre su país, su tiempo. Identifica el rol de la nueva burguesía alemana y su rol de sostén de la monarquía de Guillermo y su parasitaria burocracia. Este analista cree que en esta novela podemos ver las influencias de Goethe y Nietzsche, pero también de Balzac, Flaubert y del italiano D’Annunzio.  La influencia de Schopenhauer, Wagner, Tolstoi y Freud en la obra de Thomas, “durante muchos años”.

Una lectura pormenorizada de El Súbdito (Der Untertan) obra que Heinrich había terminado en los inicios de la Primera Guerra Mundial se convirtió en la más exacta caracterización del burgués alemán mentiroso simulador, insensible sin ninguna pizca de moral lo cual le permite ascender atropellando a cualquiera que fuera un obstáculo para la realización de su ilimitada ambición. El autor describe al personaje muy parecido al monarca Guillermo. En la descripción moral de este personaje Ewen identifica la influencia de Gustave Flaubert sobre Heinrich Mann ya que en él ve al Homais de Madame Bovary. Este personaje representa a cabalidad el chauvinismo, el antisemitismo, el autoritarismo, la inmoralidad y el enemigo de todas las ideas progresistas, más si tiene un halo socialista.

La madurez literaria de Heinrich se manifiesta con su mayor distanciamiento del intelectual apolítico lo cual lo convierte en un escritor plenamente comprometido con las políticas progresistas. Todo lo cual se evidencia en la obra Espíritu y acción una especie de manifiesto donde recaba a los escritores para que se identifiquen con los intelectuales franceses como Voltaire, Zola, Víctor Hugo y Anatole France. Incluso tuvo la osadía de cuestionar al símbolo del humanismo alemán Goethe, al cual le criticaba su insensibilidad e indiferencia “ante la barbarie”, por lo cual con esta actitud se convertía en una especie de cómplice.

El momento del teatro alemán

A fines del siglo XIX Europa vivió una verdadera época de oro del teatro especialmente por la influencia de los grandes autores escandinavos especialmente Ibsen y Strindberg noruego y sueco respectivamente. Su influencia se expresó en la fundación de teatros libres en Inglaterra, Francia y Alemania. En este país, en Berlín Otto Brahm creó el Freie Bühne el cual presentó la obra de Ibsen Espectros en septiembre de 1889. La influencia de este grupo fue de tal naturaleza que el Kaiser permanentemente trata de ridiculizar las obras que allí se presentaban.

En ese mismo año Gerhart Hauptmann montó su obra Antes del Amanecer, cuyo contenido dejaba ver la influencia de Emilio Zola, o sea una fuerte influencia del naturalismo. Posteriormente, también se presentó del mismo autor Los Tejedores, con lo cual Hauptmann se convirtió en el líder que orientó el nuevo movimiento teatral alemán. Esta obra reproducía la revuelta de los tejedores silesianos de 1844, tema que anteriormente había sido desarrollado por Heine. Sin lugar a duda esta fue la primera obra proletaria de la época. La crítica ha considerado que es una de las más emotivas descripciones de esa protesta del gremio textilero.

El grupo Friebûhne fue una creación de los socialistas y de la clase trabajadora que igual que el Volksbuhn eran financiados a base de pequeñas contribuciones para difundir obras teatrales que defendieran los ideales del proletariado. Sin embargo, es necesario aclarar que sus obras no eran necesariamente revolucionarias, pero sí claramente progresistas. Ellos montaron obras como Los Bandidos, Intriga y Amor, de Schiller; Los Pilares de la Sociedad de Ibsen. Ambos grupos motivaban también la presentación de sus obras que siempre contaron con un numeroso público.

Del patriotismo al pacifismo radical

Bertold Brecht es reconocido en todo el orbe de la cultura como un gran poeta, un gran dramaturgo, un excelente director, un innovador y un profundo teórico que renovó radicalmente la puesta en escena y el guión teatral. A partir de los ensayos sobre la poética de Aristóteles y la reescritura de algunas obras de teatro del siglo XV, identificamos en él a un gran conocedor de la historia del teatro y de la teoría del montaje, de la puesta en escena y los objetivos del teatro. En cuanto a este último aspecto es en donde entra en contradicción con Aristóteles por lo cual decide superarlo y finalmente logra una profunda renovación del rol de la emoción y de la identificación del espectador con el contenido de la obra.

Es interesante y radical la evolución ideológica de Bertold Brecht, a los 16 años era partidario y defensor de la guerra. Pero su intervención a partir del año 18 en la Primera Guerra Mundial lo lleva a su oposición total a la guerra. Este radicalismo, esta oposición al mundo burgués y la oposición a la guerra y a la violencia a la edad de 20 años la manifiesta en las obras de teatro que escribe a partir del año 1919. Este rechazo al mundo que le tocó vivir empieza a expresarlo en sus obras de teatro iniciales en Baal y en los Tambores en la noche que como ya dijimos le mereció el premio Kleist en 1920. Sin embargo, en esta obra expresa también su identificación con la revolución de los espartaquistas, especialmente en la cuarta escena. Apoya los espartaquistas porque estos plantean la violencia como una forma de cambiar el mundo para imponer la igualdad, la paz y eliminar definitivamente la guerra.

Con la obra Tambores en la Noche se posiciona como un dramaturgo de importancia en Alemania y al poco tiempo después en Europa, esta obra incluso fue presentada en la conservadora Austria. Dado el contenido de la obra y su lenguaje, así como también el innovador escenario y los recursos utilizados, la música en donde en el desarrollo oímos la Marsellesa, La Internacional y también las Valquirias, por ello la crítica va desde los textos laudatorios hasta duras críticas.  Pero todos reconocían que se estaba ante un joven dramaturgo con perspectivas radicalmente innovadoras.

Herbert Jhering corresponsal del Borsen Bourier publicó el siguiente comentario sobre Tambores en la Noche: “El poeta joven de 24 años, Brecht, ha cambiado la fisonomía literaria de Alemania de la noche a la mañana. Con Bert Brecht surge un nuevo tono, una nueva melodía, una nueva visión…sus personajes son fluorescentes…experimenta el caos y la desintegración de manera física…permite hablar al ser humano desnudo, pero en un leguaje que no hemos escuchado en años.”1

 

Los inicios dela persecución

 

Por estas obras ya en 1923 Hitler lo tenía como un enemigo de Alemania, un antipatriota, un bolchevique. Esta palabra en el lenguaje de la época significaba no solo comunista, sino radicalmente prosoviético. Si el golpe de Estado de Hitler en 1923 hubiera tenido éxito Bertold Brecht igual que Walter Benjamin, Stefan Zweig, Thomas Mann, Sigmund Freud entre otros hubieran tenido que salir al exilio, como lo tuvieron que hacer 10 años después cuando Hindenburg nombró canciller al pintor de la brocha gorda.

La poesía y la obra escrita por Bertold Brecht hasta 1933 ya lo identificaban como un radical comunista, como un ávido lector de las obras marxistas, obras económicas, incluido El Capital. En su teatro y en sus versos hay testimonio de esto. La situación de Alemania después de la Primera Guerra Mundial con su secuela de miseria, quiebra de empresas, hambre, hiperinflación y el aprovechamiento de este problema económico de Alemania utilizado por los financieros norteamericanos para penetrar masivamente la economía alemana, lo cual le dio los primeros indicios de quienes eran los beneficiarios de las guerras.

La segunda posguerra, la madura reflexión sobre los conocimientos del marxismo le consolidaron su concepción sobre la guerra: “la guerra despliega un remarcable carácter épico pues enseña a la humanidad una lección sobre sí misma, donde el trueno de los disparos y la explosión de las bombas simplemente proveen un acompañamiento. Lo que expone abiertamente son sus objetivos económicos”

 

Otras obras de teatro

 

En 1923 Bertold Brecht culmina la obra En la Jungla de las Ciudades la cual estrena el 9 de mayo en Múnich. La obra está ambientada en Chicago en 1912, en las presentaciones iniciales tuvo apenas aceptación pero con el correr del tiempo se fue posicionando como una obra exitosa. La obra fue dirigida por Erich Engel, la escenografía fue creación de Kaspar Neher.

Brecht escribió un prólogo para esta obra en donde manifiesta: “usted está observando el inexplicable match de Box entre dos hombres, y está siendo testigo de la decadencia de una familia que se trasladó desde las sabanas a la jungla de la gran ciudad no se exprima el celebro pensando en los motivos de este encuentro, solo concéntrese en las apuestas humanas involucradas juzgando objetivamente el estilo de los antagonistas y preste especial atención al final.” Sin embargo, debemos señalar que en realidad las acciones transcurren en Berlín, algunos críticos plantean que el tema real es el drama de la soledad y la lucha del hombre por comunicarse ya que viven en un mundo de incomunicación. Los adversarios son Shlink un comerciante malayo y un joven bibliotecario pobre quién trabaja en Maine. Es una obra temporalmente extensa se inicia en la mañana del 8 de agosto de 1812 con un dialogo entre Skinny un chino escribiente de Shlink y culmina el 9 de noviembre de 1915 en la madrugada.

Según Frederic Ewen Brecht tuvo como referente a Rimbaud que se había embarcado en una aventura en África para convertirse en un mercader. Incluso afirma que un texto de Rimbaud que dice: “yo retornaría con miembros de hierro, la piel quemada y el ojo furioso”. En la obra de teatro Brecht escribe: “Iré allí y volveré con brazos de acero, y la furia en los ojos”. Al final de la obra Shlink afirma “usted quería mi muerte, pero yo quería la lucha. No se trataba de lo físico sino de lo espiritual” Garga responde “y lo espiritual, ya lo ve, no es nada. No es importante ser el más fuerte, sino el que está vivo.”2

En la rica obra teatral de Bertold Brecht se cuentan Eduardo Segundo, Un Hombre es un Hombre, La Opera de Tres Centavos, Santa Juana de los Mataderos, La Madre. En el exilio escribió Galileo, el proceso de Lucullus, Madre Coraje, La buena Mujer de Setzuan, Arturo Ui, Diálogos de Refugiados, el Círculo de Tiza Caucasiano, una de las obras más representadas es Galileo Galilei. Esta obra cuenta con dos versiones. Pero la modificación más importante es la relacionada con la retractación. Una de las modificaciones Brecht la explica así: “En la versión californiana, Galileo interrumpe los elogios de su alumno y le demuestra que la retractación fue un crimen y que no puede compensarse con el trabajo no importa cuán importante sea.” Parece ser que esta es también la opinión del dramaturgo.

1 Frederic Ewen. Bertold Brecht su vida, su época. Adriana Hidalgo editora. 2008. Pág. 77

2 Ibíd. Pág.

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