“Tenia que surgir una concepción de la existencia, que sin renegar de la profunda
alianza del hombre con la tierra, lo levantara sobre los límites que hasta ese momento
había sufrido, para conducirlo a mas amplias formas de vida. Es lo que atinaba a pensar,
y estaba solo con sus dudas, no tenía al amigo para decirle: “Lorenzo, me duele mi ignorancia”.
En los últimos tiempos que vivió con él, Lorenzo estaba diciendo
materialismo histórico…tesis, antítesis, síntesis… Benito no llegaba a comprender.
En lo que si estaba de acuerdo era en que el hombre debía ser libre, fuerte y alegre.
Lo entendía claramente. ¿Qué hacer? Lorenzo lo había alentado urgiéndolo a luchar”.
Ciro Alegría. El mundo es ancho y ajeno. (1941)
Ricardo Arcos-Palma
El cuatro de mayo del 2008 despertamos con una noticia que confirmaba lo siguiente: el imperialismo haría hasta lo imposible para recuperar el dominio sobre lo que hasta ahora ha considerado su patio trasero. Latinoamérica estaba dando muestras que otro mundo era posible lejos de las leyes neoliberales: el socialismo del siglo XXI estaba dando pasos de gigante: el ALBA, UNASUR, etc hacia que Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Nicaragua, Guatemala, Argentina y Bolivia se perfilaran, cada uno con ciertas diferencias, como vanguardia política en unión y autodeterminación de sus pueblos lejos del arrodillamiento servil ante los intereses trasnacionales, el cambio era realmente posible. Pero la arremetida imperial no se haría esperar. Lugo es destituido en Paraguay (2012), Rousseff igualmente (2016) y Lula en prisión para evitarle presentarse a elecciones (2018) en Brasil son envueltos en affaires (obviamente montados) de corrupción, Zelaya destituido en Honduras (2009) y con Chávez intentona de golpe (2002) y luego Maduro no han escatimado esfuerzos injerencistas apoyados en oposiciones locales con claras orientaciones fascistas.
Bolivia dentro de este panorama se iba transformando poco a poco en un ejemplo de gobernabilidad en un modelo inédito: la unión de la fuerza indígena que recuperaba la figura del insurrecto en épocas coloniales de Tupac Katari y que anudaba la lucha de emancipación indígena, campesina y popular que desencadenaría en épocas de dictaduras en la guerrilla de orientación marxista-leninista-katarista EGTK. Esa experiencia guerrillera disminuida en las armas mas no en el trabajo de masas logra llegar al poder bajo la representación del sindicalista Evo Morales y el exguerrillero e intelectual Álvaro García Linera con el Movimiento Al Socialismo. Una vez en el poder, los cambios sociales se inician y eso solamente es posible con un proceso paulatino de nacionalización de los recursos naturales y una restructuración del Estado. Esto por supuesto no sería aceptado por el imperio.
Ese mayo del 2008 surge la punta del iceberg del fascismo: el referendo separatista cruceño considerado como ilegal por el gobierno boliviano del presidente Evo Morales se intentó realizar en todas las poblaciones de Santa Cruz, departamento opositor a las reformas sociales. Acciones de resistencia se pusieron en marcha por el movimiento indígena para impedir este referendo ampliamente promocionado por el embajador estadunidense Philip Goldberg, cuyo nombre está terriblemente asociado en los años noventa a la guerra de los Balcanes donde él se desempeñaba como asistente del embajador Richard Hoolbroke en Bosnia.
Muchos puntos «a favor» aparecen en el curriculum de este mercenario: por ejemplo, la división de la antigua Yugoslavia y el atizamiento de la guerra entre croatas y serbios. Su vínculo con los antiguos aliados del ex-dictador boliviano Hugo Banzer, como Reyes Villa militar en retiro, quienes impulsan dicho referendo autonómico y separatista en Santa Cruz, deja prever momentos difíciles para el gobierno boliviano. Se temia desde entonces la instauración de la violencia con un matiz de guerra étnica al modelo balcánico. Pues ya habíamos presenciado un enfrentamiento entre la población indígena y la clase dominante en esta región mayoritariamente mestiza y blanca que se reclama mas de origen europeo que indígena. Recuerdo mi paso en octubre del año del 2007, mientras yo asistía a un evento académico-cultural en La Paz: los intentos de boicot, impulsados por los dirigentes cruceños eran ya muy fuertes es decir a dos años del gobierno de Evo Morales.
La huelga del aeropuerto, realizada con la complicidad de los patrones, pretendía generar lo mismo que se intentó la oposición fascista en el año dos mil en Caracas: lo que mi colega el filósofo venezolano Jorge Dávila denominó en su libro: “La revolución de los gerentes y el petróleo venezolano” (2004), donde es esta hegemonía política que aplica los principios revolucionarios. Un conflicto de clases con matices étnicos en Bolivia, pondría en jaque el proyecto progresista y afectaría sus ambiciones de ser el modelo de la región latinoamericana.
El viejo principio maquiavélico «divide y reinarás» parece tener eco en las sociedad cruceña que no tiene que ver en nada con la población aimara andina, minoritariamente latifundista y ganadera propietaria de suelos con grandes reservas de hidrocarburo, gas y petróleo, objetivos del proyecto de nacionalización del gobierno de Morales y objetivo también de las trasnacionales. El embajador Philip Goldberg fue expulsado finalmente de Bolivia, pero esa expulsión no afecta en nada el plan que él y sus más cercanos cómplices habían puesto en marcha para desestabilizar el país hermano. ¿Se prevé una guerra civil en Bolivia? Me preguntaba yo en ese momento y hoy once años después con los últimos acontecimientos donde se puso en duda el triunfo de Evo Morales, que el fascismo ha logrado su cometido.
Bolivia el Centro Energético de Latinoamérica.
Mi colega Oscar Guardiola-Rivera escribió un libro que fue galardonado con el premio Frantz Fanon en el 2010: “¿Y si Latinoamérica gobernase el mundo?”. Ahí se hace evidente que el imperialismo es decir las potencias desarrolladas no aceptarían que Latinoamérica fuese una potencia política y comercial. El litio una vez acabado o disminuido las reservas mundiales de petróleo, serìa la nueva riqueza por la que se pelearían las potencias, pues es fuente de energía menos contaminante y recargable. Por ejemplo el futuro de la industria automotriz y ferroviaria depende en gran medida de este mineral así como lo hacen hoy los artefactos del mundo de la informática comunicacional computadores y celulares que funcionan con baterías recargables. Justamente Evo Morales y su gobierno hizo prioridad la explotación y regulación de la Pacha Mama con fines industriales de alta tecnología, pero a diferencia de lo que han hecho históricamente las potencias coloniales imperiales, robarse esa riquezas en detrimento del territorio y sus habitantes, esta vez tales riquezas se volcarían a procesos sociales de la nación. El Salar de Uyuni esta lleno de litio.
Es así como el presidente boliviano puso en marcha en Cochabamba la fábrica de automóviles eléctricos y trenes de gran velocidad Quantum con asesoría de China, Rusia e Irán, que a todas luces competiría con los europeos. El país andino se convertiría así en la potencia energética del continente algo que los países del primer mundo no podrían permitir, pues su riqueza y bienestar dependen en gran medida de la riqueza y explotación de regiones como la nuestra. Aquí se repite el viejo modelo imperial de la época colonial, donde la plata de Potosí sirvió para apuntalar buena parte de la riqueza europea. El litio es ese preciado material por que se generaran las guerras imperiales a venir.
El golpe de estado perpetrado contra el gobierno de Evo Morales, iniciando el mes de noviembre del 2019, marca el fin de la primera parte de una estrategia neocolonial de las trasnacionales que como hemos visto se comenzó a fraguar desde prácticamente la llegada al poder de esta alternativa política hacia el socialismo. Esta estrategia se aceleró por el atrevimiento del subalterno, el indio, al desafiar a los grandes patrones del mundo industrializado. Hoy una elite, minoritaria y fascista apoyada en una clase media alienada, verdadera piedra en el zapato de los procesos progresistas de la región, han obligado a refugiarse a Morales y su equipo de gobierno en el México López Obrador que les ha ofrecido asilo. Queda el pueblo indígena, campesino y popular, el que ha hecho posible este proceso sin precedentes en la historia de nuestra Latinoamérica. Podrán intentar desmembrar este proceso, tal y como hicieron con el cuerpo de Tupac Katari en el siglo XVIII, pero volverá a unirse pues como aún se oye en las calles de Chile: ¡El pueblo unido, jamás será vencido!