Bombas preelectorales

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En medio de una alocada retahíla preelectoral, el presidente Donald Trump acusó a los medios de comunicación desafectos a su gestión y a sus opositores demócratas, de ser los autores de una serie de paquetes explosivos que vía correo, fueron enviados hasta la semana pasada a una serie de figuras de la política doméstica, en su mayoría miembros del Partido Demócrata.

Sin embargo, la sensación que quedó en la opinión pública fue todo lo contrario, que los explosivos fueron autoría de fanáticos de Trump, que se sienten representados en su gobierno, y que la ola de atentados, a dos semanas de las elecciones parlamentarias de mitaca, crean un clima de pánico, que resulta funcional a los mensajes del mandatario, que busca mantener las mayorías republicanas en las dos cámaras legislativas.

Además, el fanático ultraderechista capturado como autor material de los envíos, Cesar Sayoc, de 56 años de edad, y activista en las campañas electorales de Trump, podría ser un chivo expiatorio, para ocultar a los verdaderos autores intelectuales de los atentados, seguramente pertenecientes a los llamados ‘neocons’ o a los ‘halcones’ de los grupos racistas y xenófobos, que han tenido aliento en los discursos del primer mandatario.

Opositores en la mira

En efecto, en los últimos días de campaña electoral, Trump promovió un discurso de odios, haciendo cálculos de que un electorado atemorizado, daría respaldo mayoritario a los aspirantes a permanecer en la Cámara de representantes y el senado. Trump dijo que los demócratas quieren imponer un régimen similar al de Venezuela en los Estados Unidos, que los inmigrantes que partieron de Honduras y se han reforzado con caminantes de otros países centroamericanos, son en su mayoría ‘bandidos’, enemigos de Estados Unidos; que China y Rusia tienen planes de agresión contra la potencia norteamericana, en fin, argumentos que llevarían a la convicción de que solamente Trump y su partido son la salvación de esa nación.

Entre los destinatarios de los paquetes bomba están, el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle; el expresidente Bill Clinton y su esposa la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, el exdirector de la CIA, John Brennan, el reconocido actor y crítico de Trump, Robert de Niro, el hombre de negocios George Soros, el edificio de Time Warner, sede de las oficinas de la CNN, y otras personalidades de la política norteamericana.

El exdirector de la CIA, Brennan dijo que ese clima de inestabilidad lo facilita el propio presidente Trump quien suele aplaudir actos de violencia contra sus rivales y señala a la prensa como un “enemigo público”. “Deje de echarles la culpa a otros y mírese en el espejo. Su retórica, sus insultos, sus mentiras y la manera como incentiva la violencia física son una vergüenza”, dijo Brennan.

“El presidente y la Casa Blanca deben entender que las palabras cuentan. Hasta el momento lo que han mostrado es que no tienen idea de lo serios que son sus ataques ni de las posibles consecuencias” que ello implica, dijo por su parte el presidente de la CNN, Jeff Zucker.