
Organizaciones sociales y personalidades que suscribieron un Manifiesto, plantean acciones que sobrepasen la crisis del coronavirus, y exigen medidas para disminuir los impactos de la actual crisis económica y sanitaria
Ricardo Arenales
En medio de la exigencia general de sectores de izquierda, de trabajadores, campesinos, de la intelectualidad, de oficiales militares y de, incluso, miembros de su gabinete ministerial, que le han dado la espalda, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comenzó esta semana uno de los períodos de mayor aislamiento político desde que asumió el poder.
El mandatario ha conseguido reunir un rechazo generalizado debido a una torpe política en el manejo de la epidemia del coronavirus, contrariando no solo las orientaciones de su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, sino de la Organización Mundial de la Salud, que recomendaron establecer medidas de cuarentena para doblegar la curva de expansión de la pandemia.
Bajo el título “Brasil no puede ser destruido por Bolsonaro”, al menos cinco partidos políticos, entre los que se cuentan el Partido Comunista do Brasil, el Partido Comunista Brasileño y el Partido de los Trabajadores, PT, el actual gobernador del Estado de Maranhao, excandidatos presidenciales de distintas tendencias, exgobernadores y personalidades de la política y la cultura, suscribieron un Manifiesto en el que solicitan al mandatario dar un paso al costado.
Miente y fomenta el caos
“Bolsonaro -dice el Manifiesto- no está en condiciones de seguir gobernando Brasil y de enfrentar esta crisis, que compromete la salud y la economía. Comete crímenes, defrauda información, miente y fomenta el caos, aprovechándose de la desesperación de la población más vulnerable. Necesitamos unidad y comprensión para enfrentar la pandemia, no un presidente que va en contra de las autoridades de salud pública y somete la vida de todos a sus intereses políticos autoritarios. ¡Basta! Bolsonaro es más que un problema político, se ha convertido en un problema de salud pública. Bolsonaro carece de grandeza. Debería renunciar para permitir una salida democrática del país”.
De otra parte, el Frente Brasil Popular y el Frente Pueblo sin Miedo, lanzaron el 31 de marzo la Plataforma de Emergencia para Enfrentar la Pandemia del Coronavirus y la Crisis Brasileña, que reúne un paquete de sesenta propuestas para salir de la crisis.
El lanzamiento programático se hizo en un canal de televisión del movimiento sindical, en presencia de Carmen del Foro, de la Central Única de Trabajadores, CUT, Guilherme Boalos, del Movimiento de los Trabajadores sin Techo, Joao Pedro Stedile, del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra y de voceros del movimiento estudiantil.
Distanciamiento con militares
Los dos bloques sociales coinciden en señalar que Bolsonaro es reticente a presentar medidas oficiales contra la propagación del coronavirus, convirtiéndose en la principal amenaza para la seguridad y el bienestar de la población.
Entre tanto, militares de diverso rango, algunos de ellos incrustados en la cúpula de gobierno, comienzan a pensar en la destitución del mandatario, lo que insinuaría al menos un distanciamiento y un malestar entre sectores de las fuerzas armadas con el gobernante. Para los militares lo más peligroso es que Bolsonaro niega la peligrosidad de la pandemia y alienta a sus seguidores a romper la cuarentena.
En las últimas semanas se han producido reuniones entre el alto mando para examinar la situación. En ellas se ha discutido un eventual escenario de destitución del gobernante o presionarlo a la renuncia. Hombres del Ejército, la Aviación y la Armada temen que el discurso de Bolsonaro contra los efectos del coronavirus termine por hundir su imagen y su gobierno.
Puntos de quiebre
Entre las cartas que juegan los militares, están de un lado, según afirma El País de Brasil, el ofrecimiento al vicepresidente Hamilton Mourao, de respaldo a un gobierno suyo. Esta propuesta, la habrían discutido inclusive con aliados del presidente. La otra salida es la del impeachment, por vía parlamentaria.
El manejo de la pandemia no es el único punto de quiebre con el gobierno. Desde hace rato, un influyente sector de la cúpula militar discrepa de la idea de involucrarse en una aventura intervencionista contra el gobierno constitucional de Nicolás Maduro, en Venezuela, como es el deseo de Bolsonaro, alineado con la ultraderecha continental. Por otro lado, en sectores tradicionalmente independientes del estamento militar, cayó muy mal el acuerdo de cooperación suscrito entre el presidente y el gobierno de los Estados Unidos, que pone en riesgo información privilegiada de la industria militar brasileña, que ahora sería usufructuada por el Pentágono.
Más allá de los cálculos militares, las organizaciones sociales y las personalidades que suscribieron el Manifiesto, plantean acciones que sobrepasen la crisis de la pandemia, y exigen medidas para disminuir los impactos de la actual crisis económica y sanitaria.
Desigualdad social
“Nos orientamos por la defensa de la vida, por la confianza en el movimiento científico y con la conciencia de que el egoísmo y el individualismo de nada sirven para enfrentar esta crisis. Todas las salidas pasan por someter los intereses privados a los de toda la sociedad, con acción colectiva, unión y solidaridad”, dice el documento.
“Nuestra economía está controlada por el capital financiero y las corporaciones transnacionales que, antes incluso de la llegada del coronavirus, ya imponían las peores condiciones de vida a nuestro pueblo. El virus llegó a Brasil en un momento de estancamiento económico, desmantelamiento de los servicios públicos, incremento de la pobreza y de la desigualdad social. El mercado laboral está severamente precarizado, con una alta tasa de desempleo y la mayor parte de los trabajadores en empleos informales, sin protección social”.
A Bolsonaro le queda el apoyo de un reducido núcleo político integrado por radicales de extrema derecha, sin mayor peso político y, desde luego, del sector más conservador y proimperialista de las Fuerzas Armadas. Este cuadro de la situación llevó al conocido economista y fundador del MST, Joao Pedro Stedile, a afirmar: “Después de derrotar al virus, vamos a derrotar al gobierno”.
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