Caballería ligera: Asalariados y empresarios

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La propuesta es, si a la defensa del empresariado nacional, si y solo si, si este gremio se compromete con una política de formalización del empleo, estímulo a la sindicalización y protección de los sindicatos y restitución del pago del salario nocturno a partir de la seis de la tarde.

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José Ramón Llanos

Puestos en una balanza asalariados y empresarios para determinar cúal de estos sectores de Colombia usufructúan más beneficios de las normas del país, la balanza se inclina a favor del empresariado. Por esa razón, mientras las utilidades de las empresas se elevan rápidamente, los salarios permanecen congelados o apenas se incrementan transitoriamente en los primeros meses del año. Posteriormente, la inflación deteriora el poder de compra de los ingresos de la fuerza de trabajo, en el segundo semestre del año, el salario real se sitúa muy por debajo del salario nominal.

En estos momentos se promueve la defensa de las empresas dedicadas a la producción de azúcar. Por supuesto, estamos de acuerdo con proteger la industria nacional para favorecer su competividad frente a las empresas trasnacionales, subsidiadas con elevadas sumas por sus gobiernos. Pero para tratar de equilibrar la balanza de ingresos y bienestar de empleados y empleadores es necesario reformar las leyes para que la inequidad se convierta en una mayor equidad y condiciones más aptas para el desarrollo del pueblo y la elevación de sus posibilidades de sindicalización y consolidación de las organizaciones defensoras de los trabajadores. En otras palabras, el gobierno debe propiciar leyes que promuevan el aumento del trabajo formal y eliminen las posibilidades de enganchar trabajadores por fuera de las normas laborales.

Para que el movimiento en defensa de los industriales del azúcar no tenga como resultado seguir consagrando ventajas para el empresariado y la inequidad para el pueblo de estratos bajos, debemos exigir protección legal para los creadores de riqueza, pero que vegetan en la pobreza y aún en la miseria. Defendamos al empresariado nacional, pero que genere empleos de calidad y estimule el real bienestar de los asalariados de estrato subuno, uno, dos y tres, especialmente. En esa forma todos seremos sembradores y cultivadores de la paz, fundamentada en la justicia social, la equidad, la solidaridad y la auténtica democracia política y económica.

El apoyo del sindicalismo a los industriales del azúcar, debería ir acompañado de la exigencia de la derogatoria de la Ley 789 de 2002 mediante la cual se determinó una rebaja del salario nocturno, disminución en el pago del trabajo de los domingos y festivos, así como también se estimuló el despido injusto al reducir en un alto porcentaje la indemnización por esta causa.

La propuesta es, si a la defensa del empresariado nacional, si y solo si, si este gremio se compromete con una política de formalización del empleo, estímulo a la sindicalización y protección de los sindicatos y restitución del pago del salario nocturno a partir de la seis de la tarde. El sindicalismo no debe defender gratuitamente al empresariado.