El proceso contra Lula está vinculado a Estados Unidos, a su Departamento de Justicia, a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y a la Oficina Federal de Investigaciones. Allí también se prepararon las acciones contra Dilma
Alberto Acevedo
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva es un preso político, como en su momento lo fue el histórico líder surafricano y premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela. Pero Lula, dada su avanzada edad, no puede soportar lo que sus enemigos quieren: convertir su detención en una cadena perpetua, no solo para castigar su lucha, impedir que se proyecte de nuevo al escenario político, sino cerrarle el camino a su colectividad, el Partido de los Trabajadores.
Este 7 de abril se cumplió un año de su arbitraria detención. Por esta razón, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, ICAP, anunció, en rueda de prensa en su sede en La Habana, que entre el 7 y el 10 del presente mes se realizará una campaña mundial por la libertad del líder obrero brasileño, puesto en prisión gracias a un proceso penal amañado, liderado por el entonces juez Sergio Moro, hoy flamante ministro de Justicia del régimen Bolsonaro.
Fernando González Llort, presidente del ICAP, al hacer el anuncio, dijo que la campaña, que se denomina ¡Lula libre ya!, tiene como objetivo de lucha la liberación del líder brasileño “que llevaremos a cabo de la mano de millones de hombres y mujeres dignos en el planeta”.
Acción internacionalista
Participantes en la reunión donde se hizo el anuncio coincidieron en afirmar que el mundo tiene una deuda con Luiz Inacio Lula da Silva, y debe arrancarlo de la prisión donde la derecha lo tiene confinado. Lula es un demócrata a toda prueba, con un prestigio político suficiente para haber llegado de nuevo al poder; pero la reacción brasileña impidió que participara en las elecciones e impuso a Bolsonaro, un personaje que está hundiendo a ese país, y que puede provocar una delicada situación internacional si se involucra en una aventura intervencionista en Venezuela por cuenta de Washington.
González Llort dijo que con la iniciativa se materializa una nueva acción internacionalista, y precisó que este es un llamado a los revolucionarios cubanos y del mundo, y al movimiento internacional de solidaridad. A partir de ahora multiplicaremos los esfuerzos en reclamo de libertad inmediata para el expresidente de origen obrero, que tanto hizo por los más pobres de su país, resaltó el vocero del ICAP.
No hay derrota para la verdad
En la rueda de prensa donde se hizo el anuncio, trascendió que el gobierno cubano hace suya la campaña, como evidencia de que jamás abandona a los amigos verdaderos, menos cuando son objeto de injusticias continuadas.
El abogado de Lula, y cofundador del Partido del Trabajo, Luiz Eduardo Greenhalgh, quien en ese momento visitaba La Habana, dijo que “no hay derrota definitiva para la verdad”, y aseguró que “la solidaridad ha sido grande, espontánea, hay iniciativas de pequeños grupos, sindicatos, estudiantes, movimiento feministas” y se mostró confiado en que en la campaña participarán muchos países.
El togado recordó que Lula fue condenado sin pruebas, con base en hechos indeterminados y que actualmente cursan en diferentes juzgados del Brasil al menos 13 recursos administrativos para examinar su caso.
Existen desde el punto de vista legal recursos que se pueden utilizar para lograr la libertad de Lula, pero se necesita la presión internacional. “Se precisa que la gente honesta del mundo exija ponerle fin a la injusticia. Lula es un perseguido político, los procesos contra él no han tenido una prueba, indicios, nada. El pueblo brasileño necesita a Lula libre”, dijo el abogado, quien agregó que a Lula en prisión lo tratan como a un criminal, irrespetando sus derechos, con el único fin de impedir su actividad política.
Está sufriendo en la cárcel, ya perdió a su hermano, a su nieto, le impiden comunicarse con el pueblo y solo puede hablar con sus abogados, tiene restringido el acceso a los medios. No tiene posibilidad de asistencia religiosa permanente y una vez por semana recibe a sus hijos.
Luiz Eduardo Greenhalgh agregó: “el proceso contra Lula está vinculado a Estados Unidos, a su Departamento de Justicia, a la Agencia Central de Inteligencia, CIA, y a la Oficina Federal de Investigaciones. Allí se prepararon las acciones contra Dilma y contra Lula. No por gusto, la primera visita del presidente Jair Bolsonaro en Estados Unidos fue a la CIA.”