Cartas

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Sin Dios ni ley

Soy colombiana y vivo en Venezuela. Doy mi testimonio del comportamiento de la “oposición”. Todos los días hay barricadas, sin Dios ni ley, se sientan en la mitad de las avenidas principales, colapsando las ciudades, luego arman morteros para lanzar a la policía, la policía después lanza gases lacrimógenos y ellos empiezan el vandalismo. Tumban y arrancan semáforos, rompen vidrios, saquean tiendas, pintan tanquetas con el guarda adentro, les botan botellones con gasolina a las tanquetas y les prenden fuego, echan tinta e incendian, queman llantas, colocan barricadas y no les pueden hacer nada porque se quejan de que no se les respeta el derecho a la protesta, impiden el paso de las busetas, de los alimentos, de los peatones, siembran terrorismo y el comercio cierra, no permiten que nadie filme o graben porque se van todos y le roban el celular o lo queman o le lanzan morteros pero cuando la policía actúa en su defensa inmediatamente filman, nadie puede pasar porque le botan gasolina o morteros o le dan palizas. Profesora colombiana residente en Venezuela (vía Internet).

 

La JUCO protagonista

A pesar de los tropiezos que se presentan en el proceso de paz, es necesario no perder las esperanzas de que el pueblo colombiano sabrá derrotar las pretensiones de la ultra derecha maltrecha pero envalentonada por sus relativos y pasajeros avances en América Latina y el mundo. Y esa esperanza estriba en las juventudes; son ellas las que, para forjar su futuro con seguridad y dignidad, tienen que afrontar con seriedad y responsabilidad el reto de prepararse política, cultural, científica y profesionalmente para dirigir los procesos que transformarán nuestra sociedad en un sistema verdaderamente humanista, incluyente y justo. Todo esto significa sacrificios, entrega, mutua confianza y sobre todo autonomía, para no seguir siendo objetivo del veneno informativo, farandulero, esnobista y mercantil que la introduce al existencialismo vano y oscuro y la conduce a su autodestrucción como ente social con responsabilidad. Y esa bandera deberá  portarla especialmente nuestra Juventud Comunista, matriz y cuna de grandes luchadores populares. Ante esta perspectiva, nuestra JUCO debe ser protagonista de primera línea en el próximo XXII Congreso Nacional de nuestro Partido Comunista. Luis E. Chaparro (vía Internet).

 

“Cierto pudor”

El domingo 7 de mayo de 2017, El Espectador publicó un artículo titulado: “La pesadilla de Venezuela”, cuyo autor Julio César Londoño, desborda cinismo e injusticia contra las víctimas de la guerra en Colombia. Afirma que los asesinos bajo las dictaduras de Chile y Argentina, o contra la UP y los falsos positivos en Colombia, tenían “cierto pudor”. ¡Le parece que las imágenes que ve en los noticieros sobre Venezuela no tienen “ese cierto pudor” como si la violencia lo tuviera! Me pregunto: ¿qué clase de “pudor” tenían los que siguieron a Aída Abella por las calles de Bogotá, armados con una bazuca que hasta ahora nadie ha explicado en qué lugar la adquirieron? o ¿cómo se clasificará el “pudor” de los asesinos del propio Guillermo Cano? O tal vez, el “cierto pudor” de los asesinos de Jaime Garzón o el de quienes asesinaron en El Dorado a Bernardo Jaramillo o a José Antequera. Tal vez piense que las desapariciones sí tienen “cierto pudor” porque el brutal acto de agresión contra ellos no se ve en la TV. El cinismo de quienes atacan al presidente Maduro y al pueblo venezolano es tan absurdo, que pretenden poner como ejemplo la propia violencia sufrida en Colombia sin conocer siquiera las verdaderas cifras, ni mucho menos saber de solidaridad. Mercedes de Álvarez (vía Internet).