Hacia el pasado
Al término de casi un año de mandato del subordinado presidente, Iván Duque, y el jefe máximo del Centro Democrático y presidente en mando, nos muestran unas actuaciones muy similares a las del autocrático periodo donde la justicia se politizó y vulneró el orden constitucional y legal, con fines de lucro personal y de grupo. Los incansables y acérrimos contradictores del necesario y positivo proceso de paz, han dedicado sus execrables esfuerzos a destruir el proceso que sacó a Colombia de una guerra inútil y sangrienta de más de 50 años. Han negado la autonomía, constitucionalidad y legalidad a la esencia del Acuerdo, cual es la Justicia Especial de Paz, JEP, encargada de juzgar a los implicados en la guerra entre hermanos. Se hizo de todo en el legislativo para tratar de retirar seis objeciones presidenciales a la JEP de la Ley Estatutaria. El Presidente en mando no permite que exista la JEP, para obtener una paz estable y duradera con verdad, justicia y reparación, porque al presidente en mando le perjudicarían las verdades que militares, paras, guerrilleros y civiles dirían en su contra. El Gobierno ha anunciado la extracción de petróleo mediante el fracking, negando lo que afirmó en campaña, método absolutamente perjudicial para el medio ambiente y los ciudadanos. Tratarán de implementar la fumigación con glifosato, rechazado por sentencia de la Corte Constitucional y de lesivo accionar en la vida de los colombianos. Interceptaciones ilegales según el exfiscal renunciado ante la Corte Constitucional. Vendrá como en la ocasión del “articulito”, venta de las pocas empresas públicas que nos quedan, entrega de bienes y territorio a multinacionales y multimillonarios, como el caso de Agro Ingreso Seguro, y para este nefasto regreso se busca desesperadamente una Constituyente para entronizar al presidente eterno, suprimiendo la reelección presidencial, acabar con los acuerdos y darle preclusión a sus procesos condenatorios. Entonces solo nos queda la desobediencia civil. Atentamente Omar León Muriel Arango, vía email.
Lecciones desde España
Vean cómo la atomización de la izquierda en España ayudó a que la derecha (centro/c’s), la derecha casposa (PP) y la ultraderecha (Vox) se pueda unir para gobernar varias ciudades que habían perdido hace cuatro años. La división no solo es de cara a las elecciones, se gesta en la misma administración pública y sus políticas que no son acordes con programas electorales planteados como un cambio. Parte de la nueva izquierda en España a veces se comporta como la vieja izquierda del PSOE violín: se sostiene en la izquierda y toca con la derecha. Las alianzas que se hacen para ganar también se deben sostener para gobernar, de lo contrario la división es casi inevitable. O al menos, la reducción de los apoyos y la participación electoral fundamental para seguir ganando. Una lección para nosotros de cara a las regionales de este año. Atentamente David Alejandro, vía Facebook.
Gracias
Escribo a la redacción del semanario VOZ desde mi ciudad de Kalamazoo, Estados Unidos, donde llegué el martes por la noche después de un viaje largo, pero sin contratiempos. Les quería agradecer una vez más la ayuda en permitirme el acceso a los archivos y facilitarme copias digitalizadas de varios años del periódico. Sin duda, serán de gran ayuda en mi proyecto de libro sobre la Unión Patriótica. Más aun, me ahorró muchísimo tiempo dedicado a repasar los periódicos y tomar fotos de los artículos relevantes. Entonces, ¡mil y mil gracias! Un abrazo. Atentamente John C. Dugas, vía email.