Cartas

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Para analizar las elecciones

Queda demostrado que cuando se atropella la democracia, siempre cuestionada por su ineficacia, ocasionando: pérdida de vidas por negación de la salud, violencia gubernamental o por infames guerras entre hermanos, menoscabo de la educación, violaciones al trabajo para aprovechamiento del capital, manteniendo míseros salarios y condiciones  laborales de explotación para obtener exageradas e injustas utilidades con perjuicio de la producción y del crecimiento económico del país, acumulación de la riqueza en unos pocos, despojo de los bienes públicos, el desalojo violento o engañoso  de habitantes con pérdidas de sus tierras y propiedades, constituyéndose un estado fallido, inviable, neoliberal, corrupto al máximo, entonces, aparecen las fuerzas progresistas y el pueblo enardecido, lleno de valor civil, se enfrenta a las bombas y fusiles de los opresores para cambiar el rumbo de la sociedad hacía la verdadera democracia donde reine la equidad, la paz y el progreso nacional. No es pues, de ninguna manera, “el castrochavismo” el causante de los cambios como lo pregona el chisgarabís de la extrema derecha, son precisamente, las injusticias y violaciones de los derechos humanos realizadas por la ultra. Los casos de Chile y Ecuador, últimamente y en hogaño corroboran lo expuesto. El acontecimiento electoral del 27 de octubre del año en curso, manifiesta el hastío y repudio “a los mismos con las mismas”. Ha sido un golpe certero al eterno presidente y seguidores, también a las amañadas encuestas las cuales dan ganadores a quienes las costean, el estado debe regularizarlas. Han perdido las elecciones en casi todo el país, incluso en Antioquia y Valle de Aburrá. Estas votaciones abren en Colombia el principio del fin del presidente eterno, y avizoran un rumbo diferente para ciudadanos y dirigentes y así construir un país digno, progresista y en paz para todos los colombianos. Atentamente Omar León Muriel Arango, vía email.

Equivalencias ridículas

La política colombiana no es otra cosa que la construcción de discursos para bobos mascababas. Ya pasaron del “paz, pero con justicia” (y se dieron cuenta que era una forma chistosa de pedir guerra), luego se concentraron en que nos íbamos a volver como Venezuela, porque el castrochavismo nos amenazaba (y nos estamos volviendo como Venezuela, pero en medio del neoliberalismo más predador y chambón de toda la historia). Luego, a los cristianos les metieron el cuento que la educación sexual es una forma de homosexualizar a los niños; ahora se inventaron una falacia más ridícula, basada en la falsa equivalencia, en la cual, supuestamente, Petro y Uribe son dos extremos del mismo mal. Háganme el favor… ¿De verdad les parece que son iguales? Entonces respóndanme algo: ¿Cuántos casos de corrupción ha destapado Uribe? ¿Cuántos políticos corruptos denunció Uribe? ¿Cuántas masacres ha financiado Petro? ¿Cuántos procesos tiene Petro en la Corte Suprema de Justicia? ¿Cuántos desplazados registró el “gobierno” de Petro? Con esas falsas equivalencias nos volverán a meter de Presidente a un inútil que finge las buenas formas y que no se inmuta ante el dolor del pueblo, solo porque vende el discurso que es de centro. Atentamente Gincy Zárate, vía Facebook.

Resistiendo

Las masas en la calle, resistiendo y combatiendo a los represores y sus mandatarios son la única garantía de triunfo. De nada valen ni valdrán las bravuconadas y aprietes del poder. A los contubernios entre los uniformados de cualquier institución del capital sean chilenos, argentinos, colombianos, brasileños, ecuatorianos y demás auspiciados, los vamos a derrotar. A seguir con el ejemplo de una América Latina unida, antiimperialista y combatiente. Atentamente Félix Clemente, vía Facebook.