Chavismo reordena estrategias

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Movilización en apoyo al gobierno de Maduro.

Mientras un ministro venezolano habla de “nueva arquitectura” para enfrentar planes golpistas, el chavismo no solo promete resistir, sino que exige a Maduro no abandonar la vía socialista

Alberto Acevedo

Una ofensiva diplomática, financiera, comercial y militar sin precedentes contra Venezuela, fue puesta en marcha en los días previos a la semana santa por la administración del presidente Donald Trump, en un desesperado y demencial operativo que busca a cualquier costo, la destitución del presidente constitucional, Nicolás Maduro, y colocar un gobierno títere que le permita al imperio llevar a cabo sus planes para apoderarse del petróleo y demás riquezas naturales que ostenta el país suramericano.

Entre las acciones que se destacan en esta ofensiva, está el reconocimiento que la Casa Blanca hizo a Carlos Vecchio, como ‘embajador’ ante Estados Unidos, nombrado por el ‘presidente encargado’, Juan Guaidó. En forma simultánea, una reunión del Consejo Permanente de la OEA reconoció a Carlos Tarre, como representante de la Asamblea Nacional de Venezuela ante ese organismo. En ambos casos, hay una flagrante violación de las normas del Derecho Internacional, que llevó a que la OEA, en un reato de conciencia no utilizara el término de “embajador de Venezuela”, sino de representante de las Asamblea Nacional, declarada en desacato por el máximo tribunal de justicia del país suramericano.

La votación de la OEA, reconocieron en privado fuentes diplomáticas, se dio después de una abierta y grosera presión de la Casa Blanca a las cancillerías de los países latinoamericanos, a quienes literalmente ordenó votar en favor del vocero de Guaidó, violentando incluso los reglamentos del organismo regional, que hablan de una votación cualificada de 24 votos (dos terceras partes de los asociados) y no los 18 votos alcanzados (mayoría simple). México y Uruguay dejaron constancia de que el reglamento de la OEA fue ‘acomodado’ para complacer a Estados Unidos e imponer a Guaidó.

Con el BID, sin el FMI

Anteriormente, complaciendo las imposiciones norteamericanas, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, reconoció a Guaidó y aceptó tener un representante suyo en los órganos de dirección económica regional. Actitud que no asumió el Fondo Monetario Internacional, FMI, que en sesión reciente, desconoció a Guaidó, desestimó las imposiciones norteamericanas, y mantuvo el reconocimiento al gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

Otro eslabón de la ofensiva antivenezolana de la administración Trump, fue la gira que entre el 11 y el 15 de abril hizo el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, por Chile, Paraguay, Perú y Colombia, y tuvo como última estación la ciudad de Cúcuta, donde el funcionario habló de nuevo de una pretendida “ayuda humanitaria”, que se desinfló en sus propósitos, pero recordó la consabida amenaza de que “todas las opciones están sobre la mesa”, en una clara alusión a los preparativos militares para una intervención directa en Venezuela.

En forma simultánea, el representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams, anunció una visita a dos países de Europa: España y Portugal, para buscar nuevos apoyos al flamante “presidente” Guaidó. El eje de las dos giras fue la necesidad de aumentar el número de sanciones contra Venezuela, tanto macroeconómicas, como contra los dirigentes del chavismo.

La intervención militar en concreto

Otros episodios de la campaña contra el gobierno de Maduro, fueron, en primer lugar, la reunión casi secreta, que el 10 de abril sostuvieron en Washington enviados especiales de Guaidó, con funcionarios del Comando Sur de los Estados Unidos, la Usaid, el Departamento de Estado y asesores de Trump, a instancias del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, CSIS, para analizar detalles de la intervención militar norteamericana a Venezuela.

El otro acontecimiento fue la reunión del llamado ‘Grupo de Lima’, en Santiago de Chile, el 14 de abril, en donde los cancilleres de ese organismo exhortaron a incrementar el aislamiento internacional al gobierno bolivariano de Venezuela. En sus cálculos febriles llamaron a la ONU, a la Corte Penal Internacional y a otras instancias internacionales a sumarse al coro de Washington para completar sus planes de colonialismo y piratería internacional.

Queda claro que Estados Unidos y sus aliados quieren más sanciones contra Maduro y la Revolución Bolivariana. Quieren asfixiar a como dé lugar uno de los más emblemáticos proyectos emancipatorios del continente. El 28 de enero pasado, Washington impuso sanciones a Pdvsa, que implican el congelamiento de 7.000 millones de dólares y el bloqueo de todos los pagos que hacen empresas norteamericanas que compran petróleo venezolano.

Pérdidas millonarias

El Asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, estimó que Venezuela perderá 11.000 millones de dólares anuales en ingresos por exportaciones petroleras, a causa de esas sanciones. Estados Unidos tiene además bloqueados más de 20 mil millones de dólares que Venezuela tenía destinados para la compra de insumos médicos y otros artículos de primera necesidad, para paliar lo que la Casa Blanca ha denominado ‘crisis humanitaria’, y que no es otra cosa que el resultado del criminal bloqueo a Venezuela, el que analistas de ese país califican como genocidio.

A esto se suman los ataques al sistema eléctrico, que las primeras pesquisas de la inteligencia venezolana indican que se han producido desde sofisticados centros de operaciones y de sabotaje en Estados Unidos, Chile y Colombia. Desde el 7 de marzo, en que se produjo el primer ataque, el país perdió 2.106 millones de dólares, el equivalente a 2.5 puntos del Producto Interno Bruto, según fuentes internacionales. Por cada apagón, Venezuela pierde entre 180 y 200 millones de dólares.

Resistir

Los apagones a su vez, generan traumas en el suministro de agua potable a los hogares, y en la producción nacional petrolera, aumentando las pérdidas y los daños a la economía nacional y familiar de los venezolanos. En un típico acto de piratería, la Casa Blanca se había apropiado de los activos de Citgo, una filial de Pdvsa, que al cierre contable de septiembre había registrado utilidades netas por 500 millones de dólares y una línea de crédito efectivo por 900 millones.

El gobierno Trump no las tiene todas consigo. Un importante grupo de países, entre quienes se cuentan China, Rusia, Turquía, Irán entre otros, rechazan las criminales sanciones y demandan respeto por los principios universales de la no injerencia en los asuntos de otros estados y respeto por su dignidad, su soberanía y la posibilidad real de que puedan resolver sus asuntos internos sin la intervención de actores extranjeros.

En el plano interno, las fuerzas del chavismo convocan a la movilización callejera para defender el proceso de cambios sociales en su país, en tanto que sectores democráticos prometen no solo resistir a las embestidas imperiales, sino que reclaman a Maduro no abandonar el proyecto socialista.