Los científicos asiáticos no solo han orbitado la luna, han cultivado en ella y ahora investigarán su geología
José Ramón Llanos
China el 23 de noviembre lanzó el con destino a la luna, este es el quinto vehículo de exploración autónoma lunar que el país asiático ha realizado en los últimos trece años. Los lanzamientos hacen parte de un plan de largo plazo cuya primera parte culminará en el 2030 con la instalación de unos astronautas en el satélite selenita. El plan se inició el 24 de octubre de 2007 con el Chang´e-1 que fue transportado por el cohete Larga Marcha.
El Chang’e-2 inició su viaje el primero de octubre de 2010 con el objetivo de levantar un mapa de toda la superficie lunar, labor que culminó el 9 de junio del 2011. En esta fecha abandonó la órbita selenita para intentar tomar fotos del asteroide Toutatis, lo cual hizo el 13 de diciembre del mismo año, a la cercana distancia de 3,2 kilómetros. China aprovechó este logro para dar a conocer su plan de estudiar hasta el año 2023 varios asteroides entre otros el Apofis en 2020 y el 1996FG3 en el 2023.
Las dos primeras misiones tuvieron el objetivo de estudiar la órbita de la luna y la tercera y la cuarta se llevaron a cabo para operar sobre la superficie de la luna.
El nombre de Chang se deriva de una diosa de la mitología china, la luna.
Las tareas del Chang’e-3 y e-4
El Chang’e-3 es un vehículo para explorar la luna que fue lanzado el 2 de diciembre de 2013 en el que se instaló un aparato de exploración espacial que se desplazaba a una velocidad de 200 metros por hora y funcionó durante tres meses. El plan tuvo un elemento innovador instaló un telescopio en la luna por primera vez en la historia. Este instrumento estudió los gases ionizados que circuyen la tierra y con un radar analizó la superficie lunar.
El 7 de diciembre de 2018 los chinos lanzaron el Chang’e-4, que entró en órbita lunar el 30 de diciembre. El 3 de enero de 2019, el módulo de descenso y un vehículo de exploración alunizó en el cráter Von Karmán localizado en el lado oscuro de la luna, que es una concavidad de 186 kilómetros de diámetro, el cual es el mayor cráter producto de un impacto conocido en el sistema solar; es uno de los cráteres más antiguos de la luna.
Esto constituyó una primacía ya que por primera vez en la carrera espacial un módulo alunizó en la cara oculta de la luna. El objetivo de Chang’e-4 era recoger muestras de la superficie lunar incluida rocas y traerlas a la tierra.
El alunizaje en esta parte de la luna tuvo por fin explorar los “mares”, estos no poseen agua sino son unas planicies oscuras de basalto formadas por un flujo de lava.
La misión de la Chang’e-4 presentó muchas dificultades ya que la comunicación estaba interferida por la masa de la luna interpuesta. Incluso desde el mismo vehículo explorador era difícil transmitir sus datos. Los chinos antes enviaron el satélite Quegiao que entró en órbita a una distancia entre 65 mil y ochenta mil kilómetros más allá de la luna. Este recibirá las instrucciones de la base aeroespacial en la tierra para enviársela a la sonda y el vehículo explorador comunicará a la tierra los datos.
Cultivo Lunar
El vehículo de descenso llevaba un contendor con tres kilos de semillas de papas, de algodón y huevos de gusanos de seda para hacer un experimento biológico. Esta actividad fue diseñada de forma colectiva por 28 universidades chinas. La finalidad del experimento es estudiar la respiración de las semillas y la fotosíntesis en la luna.
Desde el 2003 lo sabemos porque Quyang Ziyuan, quien fue entrevistado por la BBC expresó que “la exploración lunar tiene una enorme importancia para el futuro del hombre. Primeramente, destacó que las misiones científicas de este tipo son útiles para ensayar nuevas tecnologías”. Por otra parte, afirmó también, que era necesario aprender a alunizar y procurar muestras obtenidas en el satélite, enviar misiones tripuladas y explorar las posibilidades de la explotación de los recursos del satélite. Allí también se encuentra Helio-3 que es utilizable como combustible para la fusión nuclear en esta forma pudieran proporcionarse energía utilizable por el hombre durante 10.000 años. “La luna está llena de recursos afirmo Quyang, principalmente minerales raros, titanio, uranio que son muy escasos en la tierra”. Y concluyó: “podemos utilizar la luna para apoyar el desarrollo sostenible de los humanos y la sociedad”.
China ha dado los primeros pasos para construir una estación espacial llamada Tiangong-3 que se programa para que esté lista en el año 2022. El país considera que en el 2030 estará en capacidad de enviar misiones tripuladas a la luna.
La misión Chang’e-5
Las misiones Chang’e-5 y 6 tiene el objetivo de explorar la superficie lunar y cavar en ella para extraer muestras de rocas y del suelo lunar.
La agencia china Xinhua informa que el 23 de noviembre los científicos chinos lanzaron una sonda espacial para traer muestras del cuerpo extraterrestre. El cohete Gran Marcha-5 con la sonda lunar Chang’e-5 fue lanzada del centro espacial de Wenchang situado en Haignan. La Chang’e-5 es una de las misiones más complejas “y desafiante de la historia aeroespacial de China. La misión ayudará a promover el desarrollo científico y tecnológico chino y sentará unas importantes bases para futuros alunizajes tripulados y exploración del espacio profundo”, según expresó Pei Zhaoyu subdirector del Centro de Exploración Lunar y Programa Espacial de la Administración Nacional del Espacio.
El objetivo es que la Chang’e-5 traiga dos kilos de muestras lunares para eso tiene un orbitador, un aterrizador, un ascensor y un dispositivo de reingreso a la tierra que tiene un peso de despegue de 8,2 toneladas. Las muestras se tomarán algunas a una profundidad de dos metros. Esta misión permanecerá unas pocas semanas y reingresará a la tierra muy probablemente en Mongolia interior.
Las actividades en el suelo selenita
La zona escogida para el alunizaje tiene como característica estar llena de domos volcánicos y su composición es relativamente joven aproximadamente mil millones de años comparado con los 4.5 mil millones de años de la luna. La ventaja de estos terrenos es que pueden permitir determinar la cronología del suelo lunar de gran utilidad para los planetólogos del mundo.
Según el comentarista Felipe Cue los chinos están interesados en el estudio del Polo Sur mediante el alunizaje de unos robots que instalarán una base que permita a unos astronautas llegar a la luna en el 2030.
Los científicos se han propuesto investigar la región del alunizaje para estudiar muestras lunares y en la tierra hacer un análisis de laboratorio de largo plazo de ellas. El Chang’e-5 alunizará en el Océano de las Tormentas en la cara visible de la luna.
Se debe destacar que las actividades exploratorias de este programa chino ubican esta nación a la vanguardia en cuanto se refiere al conocimiento de la luna.
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