Cierre del gobierno norteamericano: Cortina de humo

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La congresista Nancy Pelosi, jefe de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, se alza en contra el presidente Trump.

El presidente Trump parece olvidar, que ya no maneja el Congreso a su antojo, que ha perdido las mayorías en la Cámara de Representantes, donde ahora la iniciativa política la tiene el Partido Demócrata

Alberto Acevedo

Ya promedian las cinco semanas de parálisis parcial del gobierno de los Estados Unidos, desde cuando el 22 de diciembre pasado, el presidente Trump se negó a firmar un proyecto de presupuesto de la nación, porque no incluía una partida de 5.700 millones de dólares para la construcción del anunciado muro sobre la frontera con México, que el mandatario justifica en una pretendida ‘crisis humanitaria’ en esa parte del país.

El tema del muro se ha convertido en un verdadero pulso de poder en su enfrentamiento con la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, que domina mayoritariamente esa corporación y se niega a aprobar fondos para una iniciativa que considera ‘inmoral’ e inocua, por cuanto el problema del ingreso de migrantes suramericanos, en su opinión, no se resuelve con un muro.

Trump ha respondido a los demócratas que está dispuesto a mantener el cierre del gobierno por otras semanas más, por meses o por años hasta tanto la cámara baja del congreso le apruebe esa partida. En los últimos días insinuó que podría decretar una ‘emergencia nacional’, un mecanismo extraordinario que le permitiría, por su cuenta y riesgo, ordenar un traslado presupuestal de otro rubro, para atender la construcción del muro. Juristas y parlamentarios de ambos partidos, dicen que esa medida es ilegal, y el mandatario podría ser juzgado por eso, acusado de una especie de abuso de poder.

Efectos del cierre

Mientras tanto, 800.000 empleados del sector público han visto cesar sus pagos salariales; 38 millones de personas con ingresos bajos, han comenzado a perder sus cupos de alimentos; dos millones más se quedan gradualmente sin auxilios para arrendamientos y corren el riesgo del desalojo. Cada vez es mayor el cierre de museos, parques recreacionales, aeropuertos y otras instituciones que funcionan subsidiadas. Se registra una tendencia a la baja en la bolsa de valores y hasta los guardias que protegen la frontera con México, han dejado de percibir sus salarios.

El presidente Trump parece olvidar, que ya no maneja el Congreso a su antojo, que ha perdido las mayorías en la Cámara de Representantes, donde ahora la iniciativa política la tiene el Partido Demócrata, que ya no tiene tanto poder como él quisiera, que comienza a quedarse solo, y que tiene que morigerar su arrogancia. Los analistas políticos toman en cuenta que en esta ocasión no pudo viajar a la cumbre de Davos a reunirse con sus homólogos de las principales potencias, y además toma cuerpo la versión de que Estados Unidos se retiraría de la Organización del Tratado Atlántico Norte, OTAN.

Problemas más serios

En la idiosincrasia del norteamericano medio, ha calado con preocupación una noticia, revelada por el Washington Post el 12 de enero, que revela que ni en los archivos clasificados de los servicios de inteligencia de ese país existen reportes, trascripciones o minutas sobre los cinco encuentros personales que Trump ha tenido con Putin en los dos últimos años. De ellos, el presidente tampoco rindió informes detallados al alto gobierno; limitó el acceso a esas reuniones de su equipo asesor, y al menos en una ocasión confiscó los apuntes a su traductor. A sus asesores cercanos les prohibió hablar del tema.

El día anterior a esta publicación, otro rotativo, el New York Times, dijo que el FBI estaba alarmado por el despido del jefe de esa oficina, James Comey, quien encabezaba la investigación por el denominado caso de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, que comprometen al actual mandatario de los Estados Unidos.

Estos hechos, sumados a otros escándalos recientes, que comprometen la familia del gobernante, muestran que Estados Unidos es una democracia de papel, al borde de un desbordamiento social. Y que propuestas de la Casa Blanca como la construcción de un muro en la frontera, con el argumento de una crisis humanitaria, no son más que cortinas de humo para desviar la atención de los ciudadanos de problemas mucho más serios y reales.